Un estudio retrospectivo confirma el dato durante el periodo 2001 a 2013



10 feb. 2016 16:51H
SE LEE EN 3 minutos
Redacción. Madrid
David Jiménez, del Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria y neumólogo del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, y Javier de Miguel, del Servicio de Neumología del Hospital Gregorio Marañón de la capital, han realizado una investigación que analiza las tendencias en la mortalidad de los pacientes con tromboembolia de pulmón, que es la tercera causa de muerte cardiovascular, sólo por detrás del ictus y del infarto agudo de miocardio.

Javier de Miguel.

Para el estudio, ambos investigadores han usado datos del registro internacional Riete analizando las tendencias en la mortalidad de los pacientes con tromboembolia de pulmón (TEP) entre los años 2001 a 2013.

El estudio ha sido publicado en el número de enero de Journal of the American College of Cardiology, que es la revista sobre Cardiología con mayor factor de impacto del mundo (16,503, para ser precisos).

“Se trata de un estudio observacional en el que se demuestra que, en los últimos años, se han producido cambios en el manejo de los pacientes con tromboembolia pulmonar, según las recomendaciones de las guías nacionales e internacionales, lo que se ha acompañado de una disminución de la mortalidad a lo largo del tiempo, tanto por la propia embolia pulmonar como por todas las causas”, ha señalado De Miguel.

Menos ingresos y menos mortalidad

Los investigadores del registro Riete (internistas, neumólogos, hematólogos y cirujanos vasculares), dirigidos por Manuel Monreal, han incluido en el registro a pacientes con diagnóstico confirmado de trombosis venosa profunda y/o TEP.
Jiménez analizó, en este contexto, la información de 23.858 pacientes con TEP procedentes de 136 hospitales de todo el mundo.

Menos días de estancia en el hospital

Los investigadores del estudio comprobaron que los pacientes con TEP permanecen cada vez menos días ingresados en el hospital (14 días en 2001 frente a  nueve días en 2013). También se observa una tendencia significativa, desde el punto de vista estadístico, a un mayor uso de heparinas (anticoagulantes) de bajo peso molecular, tratamiento trombolítico y embolectomía quirúrgica.

Estos cambios en el manejo de los pacientes se acompañan de una reducción significativa de la mortalidad por todas las causas y de la mortalidad por la propia TEP.

David Jiménez.

Los resultados de este estudio son muy importantes; la TEP se asocia a una morbimortalidad y gasto sanitario significativos. De manera que el estudio, comentado por los especialistas Stavros Konstantinides y Valentín Fuster, ha confirmado que los clínicos “cada vez tratan mejor a los pacientes con TEP” según ha precisado Jiménez.

Manejo de la TEP en el futuro

Entre los años 2009-2013 se han publicado los ensayos clínicos que han demostrado la eficacia y seguridad de los anticoagulantes orales de acción directa. Jiménez y De Miguel han señalado que la facilidad de uso de estos medicamentos permitirá la reducción de la estancia hospitalaria de los pacientes con TEP, e incluso el tratamiento ambulatorio de algunos de ellos (es decir, desde el mismo Servicio de Urgencias).

Los autores del estudio han advertido de que la introducción progresiva de estos anticoagulantes en la práctica clínica mejorará aún más el pronóstico de los pacientes con esta enfermedad.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.