3 jun. 2015 16:15H
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Sin el ingeniero es “inviable” hacer las cosas bien en sanidad

Javier Barbado /  Cristina Cebrián / Imagen: Cristina Cebrián. Salamanca

El director general de Asistencia Sanitaria de Castilla y León, José María Pino Morales, ha colocado a los ingenieros en el punto de mira de la futura política de la comunidad autónoma, habida cuenta del papel que ha demostrado el colectivo en el uso eficiente de los recursos disponibles, “lo único que está en nuestra mano hacer”, ha resaltado.

III ENCUENTRO INGENIERÍA HOSPITALARIA
Sin el ingeniero es “inviable” hacer las cosas bien en sanidad
La Paz de Madrid ahorrará más de un 30% con su nueva central térmica
El suministro energético en el hospital tiene todas las garantías, pero es más caro
La UE insta a los hospitales a reducir sus emisiones de gases con efecto invernadero
Los ingenieros sanitarios reclaman transparencia al proveedor en los contratos públicos
Sin un profesional concienciado, no sirve la labor del ingeniero ante epidemias
Las nuevas ‘salas B4’ contra el ébola, al detalle
Los gobiernos abren la mano a la compra de tecnología innovadora
Lo que diferencia al ingeniero del piloto
Sus declaraciones forman parte de la inauguración de III Encuentro Global de Ingeniería Hospitalaria, que se celebra en Salamanca este viernes y sábado de finales de mes y que ha organizado Sanitaria 2000, empresa editora de este periódico, con la colaboración y el auspicio de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH) y el patrocinio de diversas compañías, entre ellas Carburos Médica-Grupo Air Products.

Morales se ha referido, asimismo, a la pasada crisis del ébola, donde los ingenieros desempeñaron, en su opinión, una función imprescindible: “Agradezco al colectivo que dé la cara; en Castilla y León tenemos en marcha muchos proyectos, como la gestión energética, que dependen de él”.

Además, ha considerado “inviable” hacer las cosas bien sin el trabajo de los ingenieros. “En este sector, los recursos siempre serán limitados, de modo que la clave está en poner prioridades en su uso, no se puede poner más; en el aspecto de la eficiencia, por lo tanto, se encuentra el papel principal de los ingenieros sanitarios”, ha recalcado.
 
45 millones de actos sanitarios al año sin apenas reclamaciones

Pino hace balance de la asistencia en su comunidad.

Pino Morales también se ha referido a que, en la comunidad autónoma castellanoleonesa, se llevan a cabo al año 45 millones de actos sanitarios con muy pocas reclamaciones registradas: “El servicio de salud es propiedad de todos los ciudadanos, no de ningún político; desde mi punto de vista, los ingenieros forman una parte muy importante de la sanidad”.

Por otro lado, el presidente de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH), Luis Mosquera, ha repasado los asuntos abordables en la doble jornada del encuentro, entre otros la gestión energética, del riesgo, la emergencia del virus del ébola y la compra pública-innovadora.

Por su parte, el presidente de Sanitaria 2000, José María Pino, ha recordado que la empresa que lidera “se ha convertido, en 16 años, en empresa referente en su sector, resaltando su capacidad para apostar por la innovación y, más en concreto, la información on-line”.
 
Asimismo, Pino se ha referido a Publicación de Ingeniería Sanitaria como la única cabecera del sector especializada en esta área; “más allá del médico y la enfermera existen profesionales que también trabajan en el hospital y que deben ser conocidos”, ha reseñado.

Por su parte, el director de Carburos Médica, Javier Godoy, se ha referido a la colaboración público-privada como uno de los recursos más importantes para que el sector salga adelante “y más en este tiempo de incertidumbre”.

Godoy ha puesto especial énfasis en que la sanidad no puede pasar sin responsabilidad social corporativa, de la que la compañía que dirige hace gala con importantes contribuciones.



Javier Godoy, director de Carburos Médica-Grupo Air Productos; José María Pino Morales, director general de Asistencia Sanitaria de Castilla y León; Luis Mosquera, presidente de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH) y José María Pino, presidente de Sanitaria 2000.


De Carburos: Patricia García, José Ángel Gallardo (departamento de Instalaciones); Eduardo Arroyo (director de Energía de Carburos Metálicos); Luis Blázquez, Javier Godoy, Susana Garrido y Judith Ros.


José María Pino, Francisco Javier Guijarro, secretario general de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH), y José Nieves, director de gestión del Hospital 12 de Octubre.


Ricardo López, director general de Sanitaria 2000; Juan Carlos Antony, director general de Dräger y Manuel Álvarez, director de infraestructuras del Hospital de Burgos.


José Maria Pino, José María Pino Morales, Luis Mosquera y Javier Godoy.


José Antonio Mezquita y Ángel González, ambos de Ferrovial, y Daniel Benito, de Veolia.


De Imtech: Juan José Roseta, Lucía Martín y Daniel Santamaría.


Francisco Villalobos, director general de Veolia; Javier Guijarro, secretario general de la AEIH; Pedro González, de Imtech; y Alberto López, director de Electromedicina en la misma compañía.

De izq. a dcha.: Ángel Bienayas, director de Calidad de APR; Ana Cabrero, jefa del Área de Ingeniería del Hospital de Fuenlabrada de Madrid; José Luis de los Frailes, subdirector de Infraestructuras del Hospital Fundación Alcorcón de Madrid; y Juan Saz, responsable de Mantenimiento del Hospital de Fuenlabrada.


En la primera imagen, Juan José Díaz Ariza, del Hospital Puerta del Mar de Cádiz, maestro industrial de Electromedicina, y Ángel Valera, jefe de Mantenimiento del Hospital de Guadarrama. A la dcha., Fernando Luis Sánchez Prieto, director de Gestión y Servicios Generales del Hospital Príncipe de Asturias de Madrid, y Fernando Sedano, de Ferrovial.


José Maria Pino; Tomás Ruiz, director general del Grupo Empresarial Electromédico; y Javier Guijarro.

Patricia García, comercial de Carburos, y Ángel Valera, jefe de Mantenimiento del Hopsital de Guadarrama. En la siguiente imagen, Carlos Ramírez, de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH), y Álvaro Guijarro, vocal de la misma asociación e ingeniero industrial.


Ramón Alonso, comandante de Iberia; Rafael Mur, responsable de Marketing Service de Dräger; y Carlos Jiménez Alonso, director de Servicios de Dräger.


Alfonso Quiroga, coordinador de Proyectos de la Consejería de Sanidad de Canarias; Francisco Galonce Rodríguez, subdirector de Gestión del Complejo Hospitalario de Salamanca; Luis Mosquera, presidente de la AEIH; y Eduardo Corrales, jefe de Mantenimioento del Complejo Asistencial de Zamora.


Ricardo López, director general de Sanitaria 2000; Carmen Pérez Canal, director de Gestión del Hospital de Guadarrama (Madrid); Raquel Beltrán García, técnico de la administración en el mismo centro, y Javier Guijarro.


Carlos Ramírez; los periodistas de Sanitaria 2000 Javier Barbado y Cristina Alcalá, y Álvaro Guijarro.


Aspecto de la sala: más de cien ingenieros y otros profesionales del sector han asistido a la primera jornada.


De izquierda a derecha, Luis Mosquera, presidente de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH); Antonio Fernández-Campa, director gerente del Servicio Gallego de Salud (Sergas) de la Xunta de Galicia; y José Luis López, vocal de la AEIH.


Jesús Gutiérrez, jefe del Servicio Técnico del Príncipe de Asturias de Madrid; Martín Herrero, vocal de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH); Carlos Ramírez, de la AEIH; y Dan Mudarra, director de la unidad de negocio de Prhoinsa.


De izquierda a derecha, Luis Blázquez, director comercial de Carburos Médica; Javier Negredo, jefe de Sección de Mantenimiento del Hospital La Paz de Madrid; Chema Muñoz, de Carburos Médica; José María Pérez, jefe de Mantenimiento del Hospital Nuestra Señora del Prado; y Manuel Álvarez, director de Infraestructuras del Hospital de Burgos.


Julián Arranz, arquitecto de BernA10 Arquitectos; José Nieves, director de Gestión y Recursos Humanos Hospital Universitario 12 de Octubre; Beatriz Blanco, ingeniera del Hospital Ramón y Cajal de Madrid; José Antonio Rodríguez, gerente de SIAC; y Antonio Romero-Toro, subdirector de Gestión Técnica del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.


De izquierda a derecha: José Luis de los Frailes, del Hospital Universitario Fundación Alcorcón; Zackary Ballard, de Siemens; y Carmelo Alejandro de la Higuera, jefe de mantenimiento del Hospital Santos Reyes.


Raúl Valdeolmillos, inegniero técnico industrial de mantenimiento del Complejo Asistencial de Zamora; Eduardo Corrales, jefe de Servicio de Mantenimiento del mismo hospital; Tomás Romera, del Servicio 112 de Castilla y León; Vicente Pérez, subdirector de gestión del Hospital Clínico de Valladolid; Antonio Villarreal, responsable de Electromedicina del Hospital Universitario Álava; Andrés Zarzuelo, ingeniero del Hospital Clínico de Valladolid; José Cesareo Martín, ingeniero técnico industrial del Hospital Universitario de Salamanca; y Javier Fernández, jefe de Mantenimiento del Hospital Santiago Apostol.


Jordi Vivancos, director de Infraestructuras y Mantenimiento del Complejo Sanitario Integral de Barcelona; Carlos Ramírez; y María Eugenia Conia, jefa de Mantenimiento de este mismo hospital.


José María Pérez; Javier Godoy, director de Carburos Médica; José Antonio Rodríguez; Luis Blázquez; y Jesús Gutiérrez.


En la imagen de la izquierda, Ángel Bienayas, director de Calidad y Desarrollo de APR, y Enrique Bordería, director de Desarrollo de Veolia. En la imagen de la derecha, Pablo Domínguez, consejero del Hospital de Molina, y Salvador Villanua, coronel del Ejército y Jefe de la Unidad de Proyectos.


Javier Negredo, Javier Godoy, Javier Guijarro, secretario general de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH), y Luis Blázquez.


En la imagen de la izquierda, Julián Arranz y Salvador Villanua. En la imagen de la derecha, Paulino Pastor, presidente del Comité 100 de Climatización de Aenor; y Javier Torrón, gerente de Camfil.



Imagen de uno de los descansos del III Encuentro Global de Ingeniería Hospitalaria, celebrado en el Parador de Salamanca.



La Paz de Madrid ahorrará más de un 30% con su nueva central térmica

Javier Barbado / Imagen: Cristina Cebrián. Salamanca

El ingeniero industrial y director general de Veolia Francisco Villalobos, ha desgranado el reto de la compañía para instalar la nueva central térmica del Hospital La Paz de Madrid. Con la relación societaria de Gas Natural, Veolia desarrolla el proyecto, que está previsto culmine en el mes de noviembre.

Herrero explica el proyecto de La Paz.

De acuerdo con Villalobos, tras invertir casi ocho millones de euros la adjudicataria, se garantizará al hospital un ahorro de algo más del 30 por ciento gracias al plan energético respecto al precio base de licitación, al fin y al cabo la principal “palanca” que mueve esta clase de obras. “Las empresas privadas son movilizadores de actividad económica en casos como éste”, ha subrayado.

Por su parte, el director de Gestión del centro hospitalario, Juan José Pérez Blanco, ha explicado la instalación paulatina de esta central de calor. Según ha matizado, un contrato mixto de suministro y obras fue la fórmula final por la que salió adelante el proyecto, del que, no obstante, lamentó “como gestor” que se hubiera tardado diez años en llevar a cabo “debido al considerable coste económica y de emisión de gases con efecto invernadero” atribuibles a esa demora.
 
Por su parte, Javier Negredo, jefe de Sección de Mantenimiento del hospital, dio algunas explicaciones técnicas de esa misma central térmica: “24 horas al día, 365 días al año”, ha matizado para aclarar a continuación que, desde que fue inaugurado el hospital en 1964, las tuberías se degradan con el paso del tiempo debido a su uso continuado.

 Javier Negredo, jefe de Sección de Mantenimiento del Hospital La Paz de Madrid; Martín Herrero, vocal de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH); Juan José Pérez Blanco, director de Gestión del Hospital La Paz de Madrid; y Francisco Villalobos, director general de Veolia;

 
Además, hay partes de la central que, si se estropean, no tienen reposiciones disponibles en el mercado, lo cual obligaba a renovarla de forma integral, ha insistido. “Las pérdidas económicas, el peligro de las ollas a presión de que está compuesta (de al menos 8 bares de presión y 9 metros cúbicos de volumen cada caldera), el propio temblor de las instalaciones… todo apuntaba a construir una nueva central de calor, si bien el reto no es hacerla, sino conseguir que conviva con la antigua sin merma del funcionamiento normal del hospital”, ha explicado Negredo.




El suministro energético en el hospital tiene todas las garantías, pero es más caro

Cristina Alcalá / Imagen: Cristina Cebrián. Salamanca

Seguridad del suministro y precio son dos caras de una misma moneda, el de la energía, dos características que normalmente convergen de forma inversa pero que, en el caso del sector sanitario, debe aplicarse de forma equilibrada, algo que, hasta el momento no se está dando. En base a esta idea ha girado la conferencia del III Encuentro Global de Ingeniería Hospitalaria, evento que ha organizado Sanitaria 2000 con el auspicio de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH) en el Parador de Salamanca, en Castilla y León.

Eduardo Arroyo Martín, director de Energía de Carburos Metálicos, ha dado las claves de las diferencias en cuanto al consumo de energía en el sector hospitalario y en el industrial, especialmente en la gestión que cada consumidor realiza. Mientras que en el sector hospitalario requiere una gestión de cargas con poca modulación, en el electrointensivo es lo contrario, y necesita un impacto muy fuerte en el precio final del producto (que puede llegar al 50 por ciento del total).

El suministro energético en un hospital es diferente.

Asimismo, el primero no puede ser interrumpido, ya que ofrece un servicio esencial como es el sanitario y, por tanto, unas infraestructuras mayor a un precio mayor y menos competitivo; mientras que el segundo es más adaptable y el precio final es más bajo. Eso sí, las garantías en el sector sanitario es total y algunos hospitales, incluso, instalan una doble línea de conexión, lo que supone un incremento del coste pero refuerza la potencia contratada.

Otros factores que influyen en el coste final de la energía se da, desde la propia instalación, como del mercado (precios de los combustibles, demanda de energía o combinación de las mismas, impuestos especiales o políticas de cada gobierno).

La gestión energética en Castilla y León

Por su parte, Álvaro Guijarro Rubio, vocal de la AEIH, ha sido el encargado de moderar esta conferencia, donde también ha puesto sobre la mesa lo que se está haciendo en la comunidad que acoge el evento, Castilla y León. En esta autonomía, la Gerencia de Salud gasta un 0,7 por ciento en energía, lo que supone un presupuesto de 32 millones de euros.

Los hospitales de Castilla y León llegaron a estos niveles después de una auditoría energética iniciada en 2002, donde se revisaron las instalaciones "que eran muy viejas", se reformaron los hospitales y se acabó con una situación "que era muy desordenada", ha explicado Guijarro. "Creamos una estrategia, a través de una normativa internacional, para hacer innovación y gestión de forma sostenible". Una iniciativa que continuaron con otro plan de choque desde 2009 a 2012. "El objetivo es hacer las cosas bien, conseguir que el hospital llegue a un nivel óptimo de consumo pero, primero, es necesario ponerlo a un punto óptimo de asistencia".

Eduardo Arroyo, director de Energía de Carburos Metálicos, junto a Álvaro Guijarro, vocal de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH).






La UE insta a los hospitales a reducir sus emisiones de gases con efecto invernadero

Javier Barbado / Imagen: Cristina Cebrián. Salamanca

El director de Gestión y Servicios Generales del Hospital Príncipe de Asturias de Madrid, Francisco Luis Sánchez Prieto, ha revelado que, con el nuevo contrato de gestión energética integral firmado por el centro en octubre de 2014, se reducirán las emisiones de gases productores del efecto invernadero en un 26 por ciento.

Herrero expone el proyecto del Príncipe de Asturias.

En cuanto al ahorro con el plan energético a partir del precio base de licitación, ha sido de un 16 por ciento con previsión de que aumente a largo plazo.

En este sentido, Sánchez Prieto ha recordado los objetivos que ha marcado la Unión Europea (UE) en materia de eficiencia energética con la peculiaridad, en España, de la reciente conversión del modelo eléctrico que, según ha subrayado, ya ha tenido sus primeros buenos resultados desde el punto de vista económico pero que, en todo caso, da muestra de la incertidumbre vivida tanto en ese mercado como en el del gas. A éstas entre otras razones ha atribuido la dificultad del compromiso inversor en proyectos de esta naturaleza.
 
Por su parte, el jefe del Servicio Técnico del hospital, Jesús Gutiérrez, ha confirmado que el impacto ambiental se reducirá de forma muy considerable en el tiempo y, además, se supervisará por medio de auditorías energéticas y un balance periódico que incluye comparaciones retrospectivas.

Francisco Manuel Bernardino, director regional de Ferrovial Francisco Luis Sánchez Prieto; Martín Herrero; Jesús Gutiérrez, jefe del Servicio Técnico del Príncipe de Asturias de Madrid; y Manuel Balsera, coordinador de infraestructuras hospitalarias de Ferrovial.


Gutiérrez ha señalado que se utilizará gas natural en lugar de gasóleo “en un plazo breve de tiempo”, lo cual garantiza un ahorro del 26 por ciento respecto al coste total y del 40 por ciento respecto al gasto de mantenimiento.

En el mismo contexto, el director regional de Ferrovial, empresa adjudicataria del contrato, Francisco Manuel Bernardino, ha precisado que la compañía ha apostado por una inversión muy relevante con este proyecto, en tanto que Manuel Balsera, el coordinador de Infraestructuras Hospitalarias de la misma compañía, Manuel Balsera, lo ha analizado con detalle.

Según ha precisado, el Príncipe de Asturias, con dos centros anexos (uno de especialidades y otro de salud mental), requiere de esta clase de obra a partir de una calderas eficientes de baja temperatura y de la conversión del gasóleo a gas natural; la sustitución de las torres de refrigeración por otras más eficientes; el cambio de climatizadores; modificación del sistema de control automático; reforma global de la iluminación de la totalidad de centro; reemplazo de batería de condensadores; nuevos puntos de acceso del agua caliente sanitaria, y, por último, la acción sobre los cerramientos para que la energía no se desperdicie.




Los ingenieros sanitarios reclaman transparencia al proveedor en los contratos públicos

Cristina Alcalá / Imagen: Cristina Cebrián. Salamanca

El mercado del mantenimiento de la electromedicina es cada vez más feroz y competitivo, lo que hace llevar a muchos proveedores que sirven a los hospitales a "ofrecer unos precios escandalosamente bajos" para conseguir los contratos públicos y, una vez que se lo adueñan, renegociarlo con la Administración.

Pautas en la gestión de riesgos en electromedicina.

Una práctica que rechazan de lleno los ingenieros que trabajan en el sector sanitario, que piden una total transparencia a la hora de ejecutar estos contratos, tal y como han expresado en el 'A Fondo' celebrado en el III Encuentro de Global de Ingeniería Hospitalaria, organizado por Sanitaria 2000 y la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH).

Férrea competencia en este sector

"Todo negocio implica aceptar ciertos riesgos", explica Álvaro Medina, director de Riesgos y Cumplimientos de Imtech. "Siempre hay que ir a por las oportunidades de negocio, pero siempre sabiendo dónde van a estar estos riesgos", alerta Medina, quien afirma que en el sector sanitario la competencia cada es más férrea, pero eso no puede repercutir en la transparencia de los contratos que se hacen con la pública. "Si la ciudadanía está exigiendo ejemplaridad a las administraciones, es lógico que estas lo hagan con los proveedores sanitarios".

Exigencias también en otros aspectos técnicos, como reducir las tasas de fallos en los equipos o mayor rendimiento de estas instalaciones. "Es importante que los gestores sanitarios exijan a las empresas que cumplan con lo que han firmado en los pliegos, si no, se puede resentir la calidad del servicio", alerta Medina.

Unificar una política de gestión y mantenimiento en toda España

En esta línea, Rafael Provencio, regional marketing manager de la compañía Dräger, explicaba la necesidad de aplicar una política unificadora en toda España para el control y la gestión del equipamiento sanitario. Algo que, de momento, no ocurre por la falta de homogeneidad que existe en todo el territorio en este sentido. "No tenemos el mismo sistema en España pero todos los pacientes son los mismos", añadía.

De izquierda a derecha: Zachary Ballards, Álvaro Medina y Rafael Provencio.


Por su parte, Rafael López Iglesias, gerente del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca y moderador de esta actividad, ha explicado la importancia de buscar la seguridad del paciente ante los riegos del material que el médico utiliza y ha alertado de la "obsolescencia de los aparatos" que se utilizan en el hospital, por lo que es necesario elaborar un plan.

La actividad ha dado acogida a representantes de otros sectores. Ramón Alonso, comandante de Iberia y campeón del mundo de acrobacia aérea, ha explicado los riesgos que existe en este sector, donde la comunicación y la toma de decisiones adecuadas son imprescindibles a la hora de gestionar los problemas.

Una idea que comparte Carlos Sánchez Barba, del Grupo Empresarial Electromédico, y el encargado de explicar a la sala las formas de gestión de los riesgos en el sector de la información. "Hay herramientas del sector que permitan dar un conocimiento importante del negocio, tanto de un hospital como de cualquier otro campo", ha declarado.

En la imagen de la izquierda, Ramón Alonso. A la derecha, Carlos Sánchez Barba.


Por parte de Siemens, Zachary Ballard ha expuesto las formas de gestionar las decisiones, especialmente en los hospitales, ya que "gestionan vidas humanas", por lo que hay que aplicar las medidas adecuadas "como ingenieros que somos".

Al final del acto, el público se ha pronunciado sobre una serie de cuestiones. En concreto, han considerado necesario que las empresas privadas compartan la responsabilidad de la gestión del riesgo en sanidad con las Administraciones públicas; así como la importancia de cuantificar el riesgo del hospital con una herramienta informática universidad y la de cambiar la normativa que regula la gestión del riesgo en la sanidad española.

De izquierda a derecha, Rafael Provencio, regional marketin manager de Dräger; Rafael López Iglesias, gerente del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca; Ramón Alonso, comandante de Iberia; Zachary Ballard, de Siemens; Álvaro Medina, director de Riesgos y Cumplimiento de Imtech; y Carlos Sánchez Barba, del Grupo Empresarial Electromédico.



Sin un profesional concienciado, no sirve la labor del ingeniero ante epidemias

Javier Barbado / Imagen: Cristina Cebrián. Salamanca

Venancio Giménez, ingeniero técnico industrial y jefe del Servicio de Mantenimiento del Hospital La Paz-Carlos III de Madrid, ha desgranado lo aprendido tras la irrupción del primer caso de infección por virus de ébola secundaria en España de la auxiliar Teresa Romero, y ha avanzado que la nueva unidad de máximo aislamiento en que se trabaja dispondrá de cinco habitaciones, una de ellas un laboratorio central y, en sus dos extremos y separadas por las esclusas, las salas de confinamiento.
 
“Todo ello se ha equipado con una solución de accesos integrales y puertas automáticas; asimismo, en la primera esclusa, si una persona sale contaminada, está previsto su acceso a ducha y descontaminación”, ha precisado.

La reforma del Carlos III se debió a razones clínicas.

Según su relato, “en el laboratorio de urgencias nuevo, hay acceso con dos sistemas de esclusas laterales para la introducción de muestras, así como ascensores montacamillas, uno de los cuales va desde la planta menos uno (entrada del paciente sospechoso en el menor recorrido posible) hasta la sexta; además, existe un sistema de bloqueo con llavín sin parada en ninguna planta”.
 
“El segundo ascensor dispone de un tarjetero activado sobre la marcha, y el tercero es bloqueado directamente”, añade. También se han dispuesto tres ascensores de personal, “uno que sube al paciente y que también se reserva de uso exclusivo para el residuo; y los otros dos quedan para el uso personal con un vestíbulo de entrada y un sistema de bloqueo electromagnético activable con tarjeta autorizada, todo lo cual queda confinado al uso de personal autorizado”, explica.

Asimismo, la unidad contará con cámaras de videovigilancia, sistemas de monitorización y de comunicación multiparamétrica con el personal sanitario. En este sentido, Giménez citó como curiosidad que, para preservar la intimidad del enfermo, el software de la cámara del baño permite bloquear la cámara de vigilancia (de la que no obstante dispone, al contrario de lo que sucede, según puntualizó, en la unidad del Hospital Gómez Ulla).
 
Confinamiento y su desarrollo en España

Por otro lado, el gerente de la compañía Camfil, Javier Torrón, ha analizado el confinamiento entendido éste desde un punto de vista técnico y aplicado a las unidades de máximo aislamiento en que trabajan diversos gobiernos autonómicos en este momento.

En España, salvo la industria nuclear y farmacéutica, apenas se ha hecho uso del confinamiento. “Se trata de proteger a una persona, un producto o al medio ambiente”, ha señalado Torrón en alusión al containment, una de las partes de proceso que parte del cambio de los filtros de aislamiento mediante un sistema específico.

En el caso del Carlos III, se usó una gama de productos que protegen al operario y al entorno: “Utilizamos dos niveles de seguridad, que es lo que define el nivel 4 de acuerdo con las normas internacionales, es decir, cambio de presión negativa con cambio seguro”, ha resaltado.

De izquierda a derecha, Javier Torrón, gerente de Camfil; Venancio Giménez, jefe del Servicio de Mantenimiento del Hospital Carlos III de Madrid; Carlos Ramírez, vocal de la Asociaicón Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH); y Paulino Pastor, presidente del Comité 100 de Climatización de Aenor.


Campos de acción de los ingenieros

Por su parte, Paulino Pastor, presidente de Comité 100 de Climatización de Aenor, aclaró algunos aspectos generales como, por ejemplo, la necesidad de que las salas de máximo aislamiento estén pensadas no solo para el virus de ébola, sino también para cualquier otro agente infeccioso de similar naturaleza.

“Los ingenieros –dijo a continuación dirigiéndose a la sala– podéis actuar, ante todo, en la parte de arriba, por así decirlo, poniendo vuestro interés en los reservorios, entendiendo por tales las superficies, el ambiente, etc., donde se halla vuestra labor de control y mantenimiento; luego está la parte de abajo, que es la referida a la protección personal y el aislamiento, donde la concienciación de los sanitaros es muy importante”.
 
En la actualidad, Pastor coordina la modificación normativa para que se diseñen habitaciones para infecciosos de diversos tipos, “pues no todos estos procesos requieren de los máximos niveles de bioseguridad, y, así, un hospital ordinario dispondrá de salas de primer o segundo nivel (equivalentes a los llamados BS1 y BS2 en los estándares internacionales) y otras de tercer y cuarto nivel o BS4 que son a las que nos hemos referido”. 

Las nuevas ‘salas B4’ contra el ébola, al detalle

Javier Barbado / Imagen: Cristina Cebrián. Salamanca
Las ocho instalaciones de máximo aislamiento en sendos hospitales para aislar a los enfermos de ébola (o de otras enfermedades infecciosas de alto riesgo de contagio) que se construyen en este momento en España, dispondrán de sistemas de control, vigilancia y limpieza que los aproximan a los que se utilizan en las salas B4 o de alta bioseguridad de los mejores laboratorios del mundo preparados para esta clase de amenazas (y de los que el país carece).

Así lo han detallado ingenieros y especialistas durante el III Encuentro Global de Ingeniería Hospitalaria organizado por Sanitaria 2000 en Salamanca con la colaboración de la AEIH, entre ellos algunos de los protagonistas menos conocidos de las sucesivas crisis que afrontó la Comunidad de Madrid a partir del verano de 2014.  

El ingeniero y miembro de la AEIH Carlos Ramírez, en este contexto, ha revelado que un sistema informático de control automático regulará el tránsito de personal escogido para atender a enfermos de ébola y enfermedades similares en las unidades de aislamiento que se construyen en este momento en España.

Ramírez explica las instalaciones del Gómez Ulla.

Este mecanismo es sofisticado, pues debe ser resistente al peróxido de hidrógeno que se utiliza en todo momento como desinfectante, y cumple diversas funciones: visionado del enfermo, de su historia clínica, comunicación con el centro de control, acceso a servicios digitales para el paciente, incluida la conversación remota con sus familiares.

Asimismo, ha hecho especial hincapié en la calefacción, la refrigeración, la electricidad y cualquier otras clase de prestación energética “que no deben faltar en ningún momento” en esta clase de unidades, donde funcionan sistemas de extracción con filtros especiales desinfectables con agua oxigenada.

Ramírez se ha referido también a los extractores, climatizadores y filtros que han hecho necesarios sistemas de combinación tecnológica muy específicos para estas salas, que deben mantener la temperatura y el flujo de aire en la dirección adecuada del lado más limpio al más sucio. “El sistema dispone de agua hiperclorada, tratamiento de los residuos y posibilidad de instalación de diálisis ante el daño renal del enfermo, entre otras complejidades adicionales”, ha subrayado.

Hasta 15 sanitarios por paciente en el Gómez Ulla

Julián Arranz, arquitecto responsable del proyecto de las instalaciones del Hospital Central de la Defensa o Gómez Ulla de Madrid (que incluye ocho habitaciones con un coste total de otros tantos millones de euros) para aislar y tratar a enfermos de ébola y otras enfermedades infecciosas de elevado riesgo de contagio, ha puesto énfasis en el número de personal que requieren (hasta quince personas por paciente) y el grado de complejidad de las infraestructuras adyacentes.

Arranz ha detallado el diseño de las habitaciones, que incluye el acceso y las esclusas, y también se ha referido a los protocolos de actuación del personal, que exige la colación de cámaras (incluso se planteó ubicarla en el baño, a lo que los ingenieros se negaron y lo reemplazaron por otros métodos más respetuosos con la intimidad del paciente). Entre las salas, se encuentran los vestuarios para los equipos de protección individual (EPI).

De izquierda a derecha, Salvador Villanua, coronel del Ejército y Jefe de la Unidad de Proyectos; Julián Arranz, arquitecto de BernA10 Arquitectos, Venancio Giménez, jefe del Servicio de Mantenimiento del Hospital Carlos III de Madrid; Carlos Ramírez, vocal de la Asociaicón Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH); Dan Mudarra, director de unidad de negocio de Prhoinsa; y Enrique Díaz, delegado de Interiores de Madrid de Clece.


El coronel Villanua y la crisis de 2014

Salvador Villanua, coronel del Ejército y Jefe de la Unidad de Proyectos, se ha ocupado desde julio de 2014 de planificar en el Gómez Ulla la instalación de las habitaciones, es decir, antes de la crisis de los misioneros y de la paciente Teresa Romero que hubieron de ser atendidos en España ese mismo verano.

De acuerdo con el relato de Villanua, se conformó entonces la Comisión presidida por la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, “y fue entonces cuando contratamos al arquitecto Julián Arranz. “Todo lo que se ha diseñado desde entonces se ha hecho pensando en la seguridad biológica”, ha recalcado.

El servicio militar de construcciones construye, en la actualidad, la instalación de la planta número 22 del citado centro más otras dos plantas por encima de ella, según ha recordado.

El biólogo que se enfundó el EPI

Dan Mudarra, biólogo y director de la Unidad de Negocio de Prhoinsa, ha explicado la naturaleza del ébola y el abordaje de las crisis acaecidas en todo el mundo. “Aunque el último brote ha sido el año pasado, se han registrado otros de menor impacto que no se han extendido años antes; cuando llega a occidente, alrededor de 1.100 casos y una mortalidad muy elevada, la Organización Mundial de la Salud declara la alarma internacional”.

Como recordó Mudarra, el 14 de agosto falleció en Madrid el primero de los misioneros contagiado con el virus; en esa diatriba se encontró él mismo, enfundado en su EPI, para descontaminar la habitación en que había yacido el enfermo: “Vaporizamos el agua oxigenada con un vapor seco que se descompone en agua y oxígeno con altas propiedades oxidativas; se trata de un compuesto, el vapor seco, compatible con el material en líneas generales salvo algunos como el cobre, que actúa como catalítico de la reacción y puede interferir en ella”, razonó.

El circuito mantiene constante el flujo de aire en la sala. El ciclo consta de cuatro fases: humidificación, condicionamiento, descontaminación y aireación. “Una parte muy importante es la de los indicadores químicos y biológicos (papel indicador) que viran de color y sirven para verificar la ausencia de microorganismos en la sala”, ha añadido.

La desinfección de la casa de Teresa Romero

Enrique Díaz, delegado de Interiores de Madrid-Clece, ha informado del encargo del Servicio Madrileño de Salud (Sermas) que le fue consignado a esta compañía para que descontaminara la casa en que permaneció la paciente enferma de ébola Teresa Romero en el Hospital Fundación Alcorcón: “Trabajamos con diez voluntarios; dedicamos tres días, uno para la vivienda de la auxiliar, y el resto para las zonas comunes del vecindario”, ha relatado.

“Coordinamos un equipo multidisciplinar que, en pocas horas, formó a las diez personas y logró llevar a cabo la intervención en menos de un día”, exhortó. “Evitamos riesgos para los ciudadanos y calmamos a la población”, señaló; “en general somos, los españoles, muy buenos en la improvisación, pero falta continuar la labor desarrollada en el tiempo; por eso hicimos un estudio de mercado y concluimos que el método de la compañía estadounidense Xenex era la más avanzada; fundada por científicos, provee a los ciudadanos americanos de más de 250 dispositivos que emiten ratos ultravioleta y erradican los patógenos”, ha puntualizado. La empresa Clece dispone de la exclusividad para esta clase de operaciones especiales de limpieza.

El líder del equipo médico de La Paz
 
Con independencia del foro mencionado y en declaraciones exclusivas a Redacción Médica, el jefe de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital La Paz-Carlos III de Madrid y miembro de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc), José Ramón Arribas, confirmó que el comité de expertos conformado en su momento para atajar las crisis desatadas por el virus de ébola se continúa reuniendo en la actualidad con periodicidad.

Arribas, que aprovecha la conversación para reivindicar la especialidad de Medicina de Enfermedades Infecciosas en España (en la actualidad inexistente), centra ahora su esfuerzo en la selección de personal cualificado para la unidad de máximo aislamiento del hospital en que trabaja, que fue el primero que afrontó una situación de estas características.
 
“Vamos a tener  habitaciones con mejores recursos técnicos para atender esta clase de enfermedades, y estamos en pleno proceso de selección de personal al tiempo que seguimos haciendo entrenamientos periódicos con los equipos de protección individual”, ha relatado. “Todos los meses, de hecho, se hace un reentrenamiento, pero ahora estamos priorizando para escoger al mejor personal preparado para afrontar estas situaciones”.
 
Esta misma tarea “también la están llevando a cabo” los otros siete hospitales que planifican la instalación de unidades de máximo aislamiento, y, de hecho, se ha creado al efecto una comisión interterritorial “que también está lista para ponerse operativa y tomar decisiones en caso de alarma”.
 
Para Arribas, no cabe duda de que “la crisis del ébola ha multiplicado nuestra capacidad de respuesta para hacer frente a esta clase de enfermedades”.

De izquierda a derecha, Luis Mosquera, presidente de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH); Antonio Fernández-Campa, director gerente del Servicio Gallego de Salud (Sergas) de la Xunta de Galicia; y José Luis López, vocal de la AEIH.


Jesús Gutiérrez, jefe del Servicio Técnico del Príncipe de Asturias de Madrid; Martín Herrero, vocal de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH); Carlos Ramírez, de la AEIH; y Dan Mudarra, director de la unidad de negocio de Prhoinsa.


De izquierda a derecha, Luis Blázquez, director comercial de Carburos Médica; Javier Negredo, jefe de Sección de Mantenimiento del Hospital La Paz de Madrid; Chema Muñoz, de Carburos Médica; José María Pérez, jefe de Mantenimiento del Hospital Nuestra Señora del Prado; y Manuel Álvarez, director de Infraestructuras del Hospital de Burgos.


Julián Arranz, arquitecto de BernA10 Arquitectos; José Nieves, director de Gestión y Recursos Humanos Hospital Universitario 12 de Octubre; Beatriz Blanco, ingeniera del Hospital Ramón y Cajal de Madrid; José Antonio Rodríguez, gerente de SIAC; y Antonio Romero-Toro, subdirector de Gestión Técnica del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.


De izquierda a derecha: José Luis de los Frailes, del Hospital Universitario Fundación Alcorcón; Zackary Ballard, de Siemens; y Carmelo Alejandro de la Higuera, jefe de mantenimiento del Hospital Santos Reyes.


Raúl Valdeolmillos, inegniero técnico industrial de mantenimiento del Complejo Asistencial de Zamora; Eduardo Corrales, jefe de Servicio de Mantenimiento del mismo hospital; Tomás Romera, del Servicio 112 de Castilla y León; Vicente Pérez, subdirector de gestión del Hospital Clínico de Valladolid; Antonio Villarreal, responsable de Electromedicina del Hospital Universitario Álava; Andrés Zarzuelo, ingeniero del Hospital Clínico de Valladolid; José Cesareo Martín, ingeniero técnico industrial del Hospital Universitario de Salamanca; y Javier Fernández, jefe de Mantenimiento del Hospital Santiago Apostol.


Jordi Vivancos, director de Infraestructuras y Mantenimiento del Complejo Sanitario Integral de Barcelona; Carlos Ramírez; y María Eugenia Conia, jefa de Mantenimiento de este mismo hospital.


José María Pérez; Javier Godoy, director de Carburos Médica; José Antonio Rodríguez; Luis Blázquez; y Jesús Gutiérrez.


En la imagen de la izquierda, Ángel Bienayas, director de Calidad y Desarrollo de APR, y Enrique Bordería, director de Desarrollo de Veolia. En la imagen de la derecha, Pablo Domínguez, consejero del Hospital de Molina, y Salvador Villanua, coronel del Ejército y Jefe de la Unidad de Proyectos.


Javier Negredo, Javier Godoy, Javier Guijarro, secretario general de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH), y Luis Blázquez.


En la imagen de la izquierda, Julián Arranz y Salvador Villanua. En la imagen de la derecha, Paulino Pastor, presidente del Comité 100 de Climatización de Aenor; y Javier Torrón, gerente de Camfil.


Imagen de uno de los descansos del III Encuentro Global de Ingeniería Hospitalaria, celebrado en el Parador de Salamanca.


Los gobiernos abren la mano a la compra de tecnología innovadora

Redacción / Imagen: Cristina Cebrián. Salamanca
Los gobiernos autonómicos abren paso a nuevas fórmulas de contratación pública tanto de tecnología innovadora como de otras clase de productos en el sector de la salud, a tenor de lo esgrimido durante la última sesión del III Encuentro Global de Ingeniería Hospitalaria que ha organizado Sanitaria 2000 en Salamanca con la colaboración de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH).

Los ponentes han coincido en su visto bueno a las nuevas posibilidades normativas comunitarias con relación a esta clase de compra flexible entre las empresas privadas y las administraciones.

Galicia apuesta por la compra pública innovadora.

En este contexto, el gerente del Servicio Gallego de Salud (Sergas), Antonio Fernández-Campa, ha revelado que el Sergas ya ha adjudicado 31 expedientes (de 33 anunciado) de compra pública innovadora y algunos de adquisición pública precomercial como biomarcadores.

“Aproximadamente 30 millones de euros se están dedicando a ello de los 90 totales destinados a financiar esta clase de proyectos, lo que incluye la financiación de gastos de personal y mantenimiento”, ha señalado.

En este método de compra, el Sergas ha entablado un “diálogo técnico” con un centenar de empresas privadas, universidades y otras instituciones en el que han recogido más de 300 ideas: “De ellas, el 56 por ciento ha sido considerado adecuado a las necesidades del servicio regional; un diez por ciento se ha desestimado y el 56 por ciento se han considerado adecuadas para encajarlas, o bien en nuestro programa InnovaSáude, o bien en el proyecto Hospital 2050”, ha revelado.

No existen tantas trabas administrativas como se presupone

Preguntado por la supuesta desconfianza de la administración frente a la compra pública innovadora, el jurista de Papilio Abogados Germán Bouso la ha atribuido, en todo caso, a la habitual resistencia al cambio “a la que siempre se invoca cuando hay un cambio normativo”, y ha aseverado, en este sentido, que no conoce a ningún gestor público que pudiendo hacer un contrato de esta naturaleza lo rechace, “porque le aporta un valor añadido a su función”, como tampoco lo hace el sector privado, del que ha subrayado su carácter emprendedor.

Por lo tanto, para este jurista el problema se ciñe al contenido de la normativa y no a la voluntad de los agentes públicos o privados.

Compras comerciales: regulares y de tecnología innovadora

En su discurso, Bouso ha precisado la diferencia entre compras comerciales regulares (“aquéllas en las que se adquieren productos que pueden ser entregados de manera directa al proveedor”) y las de tecnología innovadora.

Respecto a las primeras –ha explicado– existen dudas sobre si cabe introducir en ellas la innovación; en su opinión, ésta no se debe ceñir solo a la tecnología ni a los productos, pues también existe la innovación en los servicios y de tipo organizativo.

Cómo innovar en adquisición de servicios

El abogado se ha preguntado en voz alta cómo se puede llevar a la práctica la innovación, en España, en procedimientos de compras ordinarias en el ámbito de la sanidad, ante lo que ha enumerado algunas ideas, entre ellas “establecer criterios de adjudicación que primen la mejora de la eficiencia energética y del medio ambiente y permitir la introducción de mejoras y variantes en condiciones especiales de ejecución del contrato, en especial en concesiones de servicio de larga duración para que el contratista pueda terminar sus innovaciones”.

Sistema de votación para el público

En el último día del encuentro, los organizadores recurrieron de nuevo a sistema de votación del público (power vote) por medio al cual el moderador planteó tres cuestiones con sendas posibles respuestas.

De esta experiencia interactiva se concluyó que, para el 67 por ciento de los profesionales asistentes, el ingeniero sanitario debe asumir mayor poder decisorio en las contrataciones públicas con empresas privadas, frente al resto que no lo considera adecuado y un porcentaje no desdeñable de alrededor del 20 por ciento que sí lo ve idóneo siempre y cuando el ingeniero no tenga la última palabra en la negociación.

Asimismo, el 65 por ciento del público dio su voto favorable a que la administración española adapte la normativa europea sobre compra pública innovadora, y el 44 por ciento, en otra pregunta, sin embargo declaró con su voto que no ve al país preparado para el proyecto comunitario Horizonte 2020.

De izquierda a derecha, Antonio Fernández-Campa, director gerente del Servicio Gallego de Salud (Sergas); Javier Barbado, redactor de Redacción Médica; y Germán Bouso, abogado de Papilio Abogados.


Conclusiones del foro

Por último, el secretario general de la AEIH, Javier Guijarro, ha glosado las conclusiones del encuentro en una última intervención que ha servido de clausura del encuentro.

Con relación al panel de experiencias de la primera jornada, en el que se habló de la eficiencia energética, Guijarro ha asegurado que, mientras el sector eléctrico, en líneas generales, enfoca su atención en la inversión, el sanitario hace lo propio en el ámbito de la gestión.

Y, en este sentido, ha recordado las dos contrataciones de gestión integral de la energía que se dieron a conocer en el foro, en concreto las adjudicadas por la Comunidad de Madrid a los hospitales, por este orden, Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares y La Paz.

También se ha referido a las presentaciones, el segundo día, de casos reales de atención de crisis por virus del ébola en hospitales equipados y coordinados por ingenieros. “Hemos tenido la oportunidad de que nos expliquen sistemas de protección futuribles a partir de luz ultravioleta tipo C y gas xenon –ya desarrollada en otros países– aunque también hay otros sistemas más básicos que funcionan igualmente”, declaró. Acto seguido, pidió un aplauso “para los compañeros” que afrontaron la gestión por la alarma por virus del ébola en el Hospital Central de la Defensa y en La Paz-Carlos III.

Por último, aludió a la compra pública innovadora, que vinculó a problemas como la obsolescencia del parque tecnológico en España, que, según un informe reciente de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin), ocupa el cuarto lugar por la cola de 36 estados europeos en el ranking de antigüedad de los equipos de tecnología de la salud.

Lo que diferencia al ingeniero del piloto

Ismael Sánchez. Salamanca
Cada maestrillo tiene su librillo, y seguramente es igual de útil para cada cometido. El problema aparece cuando empiezas a comparar. Porque lo que dice uno no lo pone en el otro, y así comienzan las diferencias. En buscarlas y encontrarlas se aplicó Javier Guijarro, secretario general de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria, que al final llegó a una conclusión muy razonable y muy esperada desde el punto de vista de los ingenieros: ¡quién fuera piloto de aviación!  

En verdad, la intervención del comandante Ramón Alonso ha sido de las más renombradas del Encuentro. No sólo por la novedad –¿qué hacía un piloto entre un centenar de ingenieros?- sino también por su interesante aproximación a la gestión del riesgo. Interesante por irrepetible, ha venido a decir Guijarro a sus compañeros para, en realidad, poner en valor la profesión de ingeniero, ya sea comparando las horas de vuelo de un piloto experimentado como Alonso con las horas sanitarias de un ingeniero que trabaje en cualquier servicio público de salud, o bien advirtiendo que los simuladores aéreos, esenciales para obtener la capacitación de aviador, sencillamente no existen en la sanidad.

Guijarro da las claves del desarrollo del encuentro.

“Ojalá tuviéramos esos simuladores para gestionar riesgos que vemos a diario”, se ha lamentado Guijarro. Pese a esta dificultad, no cree, como apuntaba Zachary Ballard, de Siemens, que el ingeniero deba relajar su grado de autoexigencia. Al contrario, las decisiones deben estar siempre basadas en la evidencia, nunca en la intuición. Harina de otro costal es saber quién asume la responsabilidad de ese riesgo, cuando se convierte en incidencia, o directamente en accidente. Y este puede que sea uno de los grandes temas que haya quedado abierto para la próxima edición del Encuentro.

El colectivo por tanto ha salido reforzado en su autoestima y también en su visibilidad, gracias a manifestaciones como la de todo un director general de Asistencia Sanitaria en Castilla y León como José María Pino Morales, convencido de que en el ámbito de la eficiencia, tan esencial en la sanidad de nuestros días, el papel del ingeniero hospitalario es imprescindible. Si además observamos que la declaración también la suscribe un médico, es toda una declaración del momento de los ingenieros en un sistema en el que hace no mucho parecía que sólo trabajaban facultativos.

El comandante Ramón Alonso, en un momento de su intervención.


Los argumentos elogiosos no han sido solo teóricos. Ahí están las experiencias de los hospitales madrileños La Paz y Príncipe de Asturias, y cómo los esfuerzos del gestor, del técnico y del proveedor confluyen en un mismo punto y consiguen reducir consumos energéticos, costes e impactos ambientales, a la vez que contribuyen de una manera no suficientemente conocida pero en absoluto desdeñable, a la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud.

También ha quedado muy claro que el alcance del ingeniero en el sistema sanitario no sólo es económico sino también asistencial. Ahí está su valioso papel en la crisis del ébola, lo cual a primera vista está lejos del alcance habitual de la opinión pública, más centrada en el reconocimiento a los profesionales sanitarios. Pero el aplauso debería hacerse extensivo a biólogos, arquitectos y, por supuesto, ingenieros. En ellos estamos. Y seguimos.
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