Los trabajadores sanitarios españoles difícilmente pueden ejercer su profesión en el país, una tendencia que se ha invertido desde 2010



5 jun. 2014 14:48H
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Cristina Alcalá / Imagen: Miguel Ángel Escobar. Madrid
España ha pasado de ser un país receptor a exportador de profesionales sanitarios en los últimos cuatro años. Con esa idea, Laura López de Cerain, directora de Cooperación Multilateral, Horizontal y Financiera de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) ha inaugurado este jueves el taller 'La migración del personal sanitario, un camino de ida y vuelta', un acto que ha contado con la participación de José Javier Castrodeza, director general de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad, y Enrique Revilla, presidente de la Federación de Asociaciones de Medicus Mundi.

De izquierda a derecha, Laura López, directora de Cooperación Multilateral, Horizontal y Financiera de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo, Enrique Revilla, presidente de la Federación de Asociaciones de Medicus Mundi y José Javier Castrodeza, director general de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad.

La crisis que vive el sector desde hace casi tres años, sumada a la recesión económica en la que está sumergido el país desde 2008, ha llevado a los trabajadores a emigrar fuera de sus fronteras, tanto a países comunitarios como extracomunitarios.

El objetivo de este taller conocer mejor su situación actual y mejorar la aplicación del Código de Prácticas Global sobre la Contratación aprobado en 2010 por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Un documento que aborda las principales causas de migración y la fuga de cerebros, que se revisa cada año por falta de consenso político sobre esta materia.

Déficit de 7,2 millones de sanitarios

La situación laboral de este personal en el mundo pasa por sus horas más bajas y en los países de Europa no es mucho más óptima. Según las estimaciones de la Comisión Europea, en 2020 faltarán un millón de trabajadores sanitarios si continúan las capacidades de formación actuales. Una cifra que bajaría hasta los 970.000 en 2025, entre médicos, enfermeros y demás personal, según ha explicado Revilla.

Y en concreto en el caso de España, el déficit en este sector se traduce en un 14 por ciento para el año 2025. Castrodeza ha señalado que España es un país receptor en formación sanitaria, en las que cerca de 8.000 personas, principalmente procedentes de América Latina, se forman en hospitales del país. Sin embargo, y a pesar de esos datos, la falta de una planificación seria de los recursos humanos sanitarios están llevando al modelo español a vivir sus horas más bajas.

En más de 50 países, principalmente de África y del sur de Asia, padecen una carencia muy crítica de estos trabajadores, quienes muchos de ellos terminan emigrando a países más desarrollados, aumentando aun más esta insuficiencia. De hecho, y según estimaciones de la OMS, en la actualidad en el mundo se necesitaría otros 7,2 millones de trabajadores sanitarios para cubrir las demandas médicas del planeta. Número que podría crecer a 12,9 en los próximos 20 años.

Una “escasez clínica” que podría acabar “si la contratación se gestiona de forma adecuada, de manera que fortalezca los lazos de movilidad” de estos profesionales, ha detallado López de Cerain. “La salud es un derecho”, por lo que “la Unión Europea debería facilitar unas políticas de migración circular” que faciliten el flujo migratorio, según López.

Código de Prácticas de la OMS

A modo de conocer a fondo estas deficiencias y de aportar un poco de luz, la primera mesa del taller ha abordado la aplicación del Código de Prácticas de la OMS, una herramienta que adoptaron 193 estados miembros en 2010 con el objetivo de acabar con la escasez mundial de personal de salud y garantizar unos recursos humanos suficientes y accesibles para una cobertura sanitaria universal.

De izquierda a derecha, Pilar Carbajo, subdirectora adjunta de la Secretaría General de Ordenación Profesional, Amani Siyam, oficial técnico en el Departamento de Personal Sanitario en la sede de la Organización Mundial de la Salud de Ginebra, y Sergio Galán, jefe del Área de Salud de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarollo.

“El código pretende fortalecer los sistemas sanitarios, especialmente de los países en desarrollo, a través de una contratación internacional ética que favorezca el desarrollo profesional sanitario y el trato justo a estos trabajadores”, ha remarcado Pilar Carbajo, subdirectora adjunta de la Secretaría General de Ordenación Profesional, organismo encargado de aplicar este documento en España y dependiente del Ministerio de Sanidad.

Por su parte, Amani Siyam, oficial técnico en el Departamento de Personal Sanitario en la sede de la OMS de Ginebra, ha puesto el punto de mira en una visión más global, afectada en los últimos años por la crisis económica. “El personal sanitario a nivel mundial continua siendo muy deficiente”, según Siyam, quien ha explicado que la situación de España es “similar a la de los países en desarrollo”.

Sergio Galán, jefe del área de salud de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) ha puesto el tono más crítico sobre el asunto, quien ha lamentado que este “código sea solo de voluntaria aplicación” entre los países firmantes.

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