La Sociedad Balear de Medicina Intensiva reúne las diferentes sociedades científicas implicadas en el tratamiento



4 mar. 2011 14:51H
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Redacción. Palma
La infección grave en el paciente oncohematológico, es el tema que se ha debatido en el Colegio Oficial de Médicos de Baleares (Comib), en una mesa redonda, organizada por la Sociedad Balear de Medicina Intensiva, con la participarán reconocidos expertos del ámbito nacional e internacional.

Antonio Bennasar, presidente del Colegio Oficial de Médicos de Baleares.

Y es que, el enfermo con un cáncer que presenta infección grave debe ingresar en un Servicio de Medicina Intensiva para iniciar el tratamiento antibiótico.

Por este motivo la Sociedad Balear de Medicina Intensiva ha considerado una buena ocasión reunir las diferentes sociedades científicas implicadas en el tratamiento de la infección grave en pacientes con cáncer para intercambiar opiniones sobre el tratamiento en una mesa redonda, en la que han participado Juan Bargay, jefe de Servicio de Hematología del Hospital Son Llatzer; Marcio Borges, adjunto del Servicio de Medicina Intensiva y coordinador de la Unidad de Sepsis del Hospital Son Llatzer; Jordi Rello, jefe de Servicio de la UCI del Hospital Vall d´Hebron y experto internacional en el tratamiento del paciente crítico afecto de Gripe A, y Elie Azoulay, jefe de Servicio Reanimación Médica. Hospital Saint-Louis et Université París.

Terapias, papel fundamental

En pacientes con cáncer, las alteraciones de la respuesta inmunológica a la infección son consecuencia de varios factores, que actúan en forma concomitante o secuencial. Sin duda, la enfermedad subyacente y las terapias médicas ejercen un papel fundamental.

De hecho, muchos de los tratamientos que se utilizan en la actualidad favorecen el crecimiento de microorganismos que con anterioridad se consideraban no patógenos o saprófitos.

Se sabe que la capacidad de un determinado germen para ocasionar enfermedad no sólo es consecuencia de su propia virulencia sino también de la competencia inmunológica del huésped y de la integridad de las barreras inmunitarias.

En la medida en que se introducen nuevos tratamientos para el cáncer, la evolución del perfil epidemiológico y microbiológico de las infecciones en pacientes con esta afección motiva nuevos desafíos para el especialista en enfermedades infecciosas.

Los dos efectos más comunes del cáncer y su tratamiento son el debilitamiento del sistema inmunológico y una disminución en la producción de las células sanguíneas de la médula ósea, lo que da como resultado una disminución del número de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Este dato disminuye la capacidad de combatir las infecciones. Así, estos pacientes tienen más probabilidad de desencadenar una infección grave con respuesta lenta o sin respuesta a los antibióticos.

La mortalidad de estos enfermos comprende entre un 50-70 por ciento en función de la extensión del número de órganos que estén afectados. La necesidad de tratamientos como la ventilación mecánica, drogas vasoactivas y diálisis aumentan la mortalidad hasta un 80 por ciento. El tratamiento multidisciplinar y el ingreso temprano de estos enfermos en una UCI pueden disminuir considerablemente la mortalidad de estos enfermos.

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