Ibeas critica la supresión de Consejo Asesor de esta enfermedad



7 nov. 2012 15:45H
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Redacción. Zaragoza
La portavoz de CHA, Nieves Ibeas, interpelará este viernes durante el pleno al consejero de Salud, Ricardo Oliván, sobre la política del departamento en prevención del cáncer y la atención a los pacientes oncológicos y sus familias, tras conocer los recortes en recursos, personal o los dilatados tiempos de espera para acceder al tratamiento, o la supresión del Consejo Asesor del Cáncer, entre otras.

Nieves Ibeas.

Ibeas ya denunció hace unas semanas los tiempos de demora en el inicio de los tratamientos radioterápicos en el Miguel Servet y en el Clínico están entre los 25 y los 36 días desde que tiene lugar la primera solicitud de consulta. Concretamente, un paciente debe esperar 10 días en el Servet para la primera consulta y 21 en el Lozano Blesa, y otros 15 días hasta el inicio del tratamiento, especifica la información aportada por el departamento de Salud. “Es demasiado”, ha señalado.

Además, se han producido demoras provocadas en las revisiones de los pacientes por la supresión de horas de servicio en los escáneres del hospital Miguel Servet, y recientemente se ha suprimido también, por obsoleto, uno de los aceleradores lineales del Clínico, “lo que supone una merma de recursos“, ha señalado la portavoz de CHA durante la rueda de prensa que ha ofrecido en las Cortes.

En 2007 fue aprobada por unanimidad en las Cortes una propuesta de CHA para que hubiera, como mínimo, seis aceleradores lineales en Aragón, para ajustarse a las recomendaciones de la Asociación Española de Radioterapia y Oncología (AERO) sobre estándares asistenciales mínimos en servicios de oncología radioterápica, que son de una máquina por cada 200.000 habitantes o fracción.

El volumen de población requeriría, al menos, el funcionamiento de seis unidades, y ahora, tras la supresión del Clínico, hay cuatro en el sistema público (más uno en un hospital privado), pero no hay ninguno ni en Huesca ni en Teruel: “esto obliga a que las personas que residen en esas comarcas tengan que hacer viajes de varias horas para someterse a tratamientos de diez minutos”, ha explicado Ibeas, que exige que se haga un esfuerzo de inversión en este sentido.

Otro de los aspectos insuficientes en la atención a los pacientes oncológicos y sus familias son los recursos en psicooncología. Los especialistas del Salud son insuficientes y por eso el Gobierno suele concertar, mediante contratos menores con asociaciones como la Asociación Española contra el Cáncer, AECC, la Asociación de Mujeres Aragonesas con Cáncer Genital y de Mama, AMACGEMA, y la Asociación de Padres de Niños Oncológicos de Aragón, ASPANOA. “En estas asociaciones recae una gran responsabilidad, porque apoyan donde no llega el Salud, pero en este momento no hay ninguna garantía de continuidad y no creemos que toda esa labor pueda mantenerse sólo con carácter voluntario, sin financiación”, ha afirmado.

Nieves Ibeas también ha criticado que el departamento que dirige Ricardo Oliván haya decidido suprimir el Consejo Asesor sobre el Cáncer en Aragón creado en 2006. Oliván reconoce que el Consejo no llegó a funcionar nunca, salvo para una reunión constitutiva el 6 de marzo de 2007, y que “esta falta de operatividad” hacía “aconsejable” la supresión. “Es decir, el consejero dice que lo quitan porque no funciona, en lugar de plantearse su reactivación”, ha señalado la portavoz de CHA, para quien las Comisiones de Tumores Hospitalarias a las que se remite Oliván para garantizar la asistencia al paciente oncológico “no pueden sustituir al Consejo porque no tienen las mismas funciones, ya que el Consejo estaba diseñado como órgano de asesoramiento, evaluación y seguimiento e implicaba a la administración y a las asociaciones de afectados por la enfermedad”.

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