La Revista

Mónica Tapias recibe la tercera dosis en el aniversario del inicio de la campaña y pide confianza en los fármacos

Un año de la primera sanitaria vacunada de covid: "Espero ser un ejemplo"
Mónica Tapias y Araceli Hidalgo, primera vacunada de Covid-19 en España


27 dic. 2021 18:40H
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El 27 de diciembre se ha convertido ya en una fecha especial para Mónica Tapias por un doble motivo. Hace exactamente un año, esta auxiliar de Enfermería se convertía en la primera sanitaria vacunada del Covid-19 en España. Este lunes, en el aniversario de la campaña, la trabajadora recibía la tercera dosis del "antídoto que supuso el principio del fin" con la misma ilusión que hace 12 meses. 

Su mensaje, a pesar del tiempo transcurrido, también se mantiene intacto: "No tenemos que tener miedo a las vacunas", explica, tras observar las dudas que han causado el rápido desarrollo de los fármacos y sus efectos adversos en la población. Como pionera en la vacunación sanitaria, espera haber servido de ejemplo no solo a sus compañeros sanitarios, ya de por sí "concienciados", sino al resto de la población. 

"Realmente se ha visto que no ha habido ningún problema y en general no ha dado tanta reacción", afirma la profesional. Tapias cree que los efectos secundarios de algunas de ellas han causado cierta presión, a pesar de ser en un porcentaje moderado, y teniendo en cuenta que "todos los medicamentos pueden provocar reacciones" y "tienen su riesgo". "En general son mayores los beneficios que los perjuicios que pueda causar". 

La llegada de las vacunas a finales de diciembre supuso un antes y un después en residencias como la suya, la de Los Olmos, en Guadalajara. Con cada 'pinchazo' el ambiente entre los residentes, incluida la primera vacunada en España, Araceli, era más "confiado" y "esperanzador", tras meses sufriendo lo peor de la pandemia. "Ellos estaban expectantes porque lo que querían, sobre todo, era ver físicamente a sus familias y poderse tocar". 

Poco a poco, y con precauciones, las videollamadas y cristaleras dieron paso al contacto social, aunque limitado, entre los mayores y sus familias. Los brotes en estos centros residenciales se redujeron y la planta covid, preparada para cuarentenas y pacientes con sintomatología compatible, quedó prácticamente inutilizada, a excepción de los aislamientos preventivos en residentes que llegaban del hospital. 


Obligación "moral" en el uso de la mascarilla


La protección vacunal es lo que les permitirá celebrar las navidades fuera del centro al contrario que el año pasado, aunque el peligro sigue ahí. "Van a casa, están con sus hijos o sus nietos sin mascarilla, luego vuelven a la residencia y ahí es donde pueden venir los problemas. Esperamos que esto no ocurra", plantea la profesional, sobre todo a raíz del nuevo envite de la variante Ómicron. 

En cualquier caso, la normalidad tardará en llegar a estos centros, "donde entra y sale tanta gente" y la vulnerabilidad de sus inquilinos es elevada. "Esperemos que este día llegue pronto". Su vida también ha cambiado en este último año. Gracias a una oposición, Tapias pasaba a formar parte en julio de la Delegación de Bienestar Social en Castilla.La Mancha. 

De momento, la sexta ola ha hecho que los profesionales, ya vacunados con la dosis de refuerzo, vuelvan a llevar doble mascarilla y aseguren aún más su uso entre los residentes, especialmente en aquellos que debido a su capacidad cognitiva "se la quitan o no la aguantan". "Yo llevé el gorro y la bata hasta que me fuí", reconoce. 

En su opinión, un año de pandemia, debería haber llevado a la ciudadanía a tener una "obligación moral" más allá de las imposiciones legislativas en lo que respecta al uso de mascarilla. "Nadie me tiene que decir que me la tengo que poner, tengo ese deber moral como ciudadana cuando hay mucha gente".

Tapias tiene la sensación de que "hemos pasado de la nada al todo" en muy poco tiempo y "no ha sido bueno". La flexibilización de las restricciones debería haber sido, bajo su punto de vista, "más paulatina" de cara asegurar el camino.

Tampoco ayuda la excesiva "relajación" mostrada por algunos sectores de la población ante el avance de la inmunización en forma de "macrobotellones, vermuts multitudinarios o una Plaza de Sol abarrotada en el Puente de Diciembre". 

Aún así, agradece que, poco a poco, y sin abandonar las medidas, se haya conseguido avanzar "tímidamente" hacia la normalidad, recuperando cosas tan sencillas como ir al cine o al teatro. "Hay que ir despacito y no a campo abierto".


"Respeto por la pandemia"


A sus compañeros sanitarios les envía un mensaje de ánimo, sobre todo a los continúan "al pie del cañón luchando contra esta enfermedad" y "curando nuestras vidas". Si el año pasado el deseo para de 2021 era conseguir la vacunación de todos, este año Tapias le pide a 2022 " que pronto pase esto y vuelva la normalidad a los puestos de trabajo". 

La profesional hace suyo el mensaje pronunciado por Araceli durante el homenaje de Estado a las víctimas del covid el pasado 15 de julio, en el que pedía "respeto a esta pandemia". Un buen consejo que " lo resume todo". "Hay que tener respeto y teniendo ese poquito de miedo es como mejor se curaría esta pandemia". 
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