La Revista

El actor defiende a enfermeros e investigadores en la presentación de un proyecto para atajar la leucemia infantil

El actor Luis Tosar opina que el neoliberalismo rampante ha empeorado la sanidad pública
El actor Luis Tosar, en la presentación de Punto y final.


17 sept. 2023 13:30H
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La Academia de Cine de Madrid acogió este miércoles la presentación de Punto y final, un proyecto audiovisual impulsado por la Fundación Unoentrecienmil que busca contar con la colaboración ciudadana para conseguir los títulos de créditos más largos de la historia y, así, reivindicar más recursos en investigación en busca de una cura para la leucemia infantil. Dirigido por Santiago Zannou, el cortometraje, de apenas dos minutos, está protagonizado por Blanca Suárez y Luis Tosar, quien, además, estuvo presente en el acto junto al citado Zannou y al alma máter de la fundación, José Carnero, padre de un niño que superó la leucemia. El actor gallego, conocido por títulos como Los lunes al solCelda 211 y Quien a hierro mata, filme en el que interpreta a un enfermero, defendió, en conversación con Redacción Médica, una sanidad pública de calidad y reivindicó la figura de los enfermeros y los investigadores como pilares fundamentales de una sociedad avanzada.

¿Por qué es necesario este proyecto y por qué se embarcó usted en él?

Es necesario por la carencia de recursos que hay en investigación médica, tanto para esta enfermedad en la que ahora nos centramos, la leucemia infantil, como para otras. Todo vino de la mano de Penélope Cruz. Ella fue la primera que me escribió para contarme cómo había sido su historia de colaboración con la fundación Unoentrecienmil y el documental de 2016 sobre la leucemia infantil. Me habló de Jose, de la fundación, de todo su equipo, y nos puso en contacto. En una primera reunión me contaron en qué consistía la campaña, cuál era la idea de lo que querían que yo aportase.

Para mí fue un privilegio, en primer lugar, conocer a Jose, con toda la generosidad que él muestra a la hora de contar su experiencia personal, de la que parte la idea de la fundación, y en segundo, tener la sensación de saber que iba a aportar algo que tenía que ver con mi profesión, con la actuación, pero que no se limitaba sólo a aportar mi imagen, mi rostro conocido. Esto no es que esté mal, porque uno intenta aprovechar esa repercusión para colaborar con todo lo que puede, pero a veces tienes la sensación de que no puedes aportar mucho más aparte de tu popularidad, y en este caso hay una parte mucho más proactiva y que me apetecía explorar.

Finalmente, sacamos adelante la pieza, logramos combinar todas las agendas, que muchas veces no es fácil, y con Santiago Zannou, Blanca Suárez y un equipo fantástico lo rodamos en un día, en tiempo récord, como suele pasar con estas cosas. Ha sido de los trabajos más emocionantes que me ha tocado interpretar en menos tiempo.

Luis Tosar, en la puesta de largo de Punto y final.



Los actores se forman y se informan a la hora de preparar un papel. Usted, que ha hecho de enfermero en Quien a hierro mata y de investigador en esta nueva pieza para la fundación, ¿qué ha aprendido de la profesión sanitaria y de estos perfiles concretos de la Enfermería y la investigación médica en ese proceso de maduración e interpretación de esos personajes?

En cuanto a la Enfermería, uno, por suerte o por desgracia, conoce a muchos enfermeros y enfermeras a lo largo de su vida conforme vas cumpliendo años, como yo (ríe), y, además, tengo a varias personas en la familia que se dedican a esto. Es una de las profesiones más vitales de nuestra sociedad, y, sin embargo, de las menos reconocidas a pesar del trabajo intenso que los enfermeros y las enfermeras tienen que acometer cada día y que, además, va en aumento. Creo, de hecho, que depositamos una responsabilidad sobre ellos y ellas que, seguramente, debería ser mucho más liviana. Ya lo hemos visto durante los años de pandemia: fueron un ejemplo de coexistencia, de compromiso y de aporte a la comunidad que creo que no fue suficientemente aplaudido.

Y, en el caso de los investigadores, diría casi lo mismo: creo que cuando estás preparando una pieza de este estilo te das cuenta de que prestamos menos atención de la que merece a gente que es un pilar fundamental del avance de nuestra sociedad en cualquier ámbito, no sólo el estrictamente médico. Cualquier investigador está tratando de que nuestra forma de vida mejore y, sin embargo, parece que la tendencia en los últimos tiempos es la de echar abajo sus avances, sus trabajos y sus descubrimientos en pro de una especie de negacionismo generalizado. Parece que nos hemos empeñado en denostar a la gente que dedica toda su vida a prepararse para algo, a estudiar, a abrir nuevos caminos de investigación, a intentar conocer y esclarecer la maraña de información en la que nos movemos. Por eso creo que, de alguna manera, hay una denuncia implícita en Punto y final para conseguir un compromiso mucho mayor por parte de las instituciones para con la investigación. La investigación lo es todo, y la ciencia médica es vital. Si no hay recursos, no podremos avanzar, y la prueba está en que, cuando sí los ha habido, se han traducido en avances notorios.

Precisamente hablando de la falta de apoyo institucional, usted ha denunciado en varias ocasiones las carencias de la sanidad pública y se ha mostrado a favor de la misma, por lo cual ha recibido críticas al haber sido usuario de la privada. ¿Qué opina de dichas críticas y cómo valora la situación sanitaria actual en España?

Con respecto a las críticas, no les doy mucha bola porque tengo claro lo que defiendo: un bien común, que creo que es algo que tenemos que cuidar porque ha sido el fruto de la lucha de mucha gente a lo largo de muchos años: una sanidad pública buena y de mucha calidad, pero que, por desgracia, hemos estado descuidando mucho los últimos años. Seguramente por culpa de un neoliberalismo rampante se ha intentado privatizar hasta la extenuación para intentar frenar los recursos y que cada vez esté en peores condiciones. Pero creo que no se va a conseguir. Creo que, finalmente, tenemos claro que somos un país privilegiado en ese sentido. Creo que, si miramos un poco hacia afuera, nos daremos cuenta de que, realmente, lo que tenemos es un privilegio absoluto de poder contar con una sanidad pública que te cubre, que te sostiene, que no te deja tirado, que no te deja endeudado de por vida, que es un refugio y un seguro para el ciudadano. Es un ejercicio de reflexión que tendremos que hacer mucho más porque se trata de algo que tenemos que proteger claramente.


Presentación del proyecto Punto y final en la Academia de Cine.


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