Daniela Manda, árbitra profesional de Baloncesto y enfermera.
Aunque no lo parezca, el sector sanitario sí que tiene aspectos en común con el
deporte. Un claro ejemplo es el que representa
Daniela Manda, enfermera y
árbitra profesional de la Federación Española de Baloncesto, quien afirma que sus dos pasiones comparten
compromiso, sacrificio y mucha disciplina. "He aprendido muchísimo de las dos", ha reconocido.
Si Manda piensa en la sanidad, no puede evitar
recordar a su abuela. En un principio no tenía muy claro a qué quería dedicarse en el futuro, pero cuando era muy pequeña su abuela siempre le decía que tenía que ser sanitaria para que la pudiese cuidar cuando estuviese enfermera. "Fue una frase que me marcó mucho y esa unión con mi abuela fue la que me hizo decantarme por
Enfermería", ha reconocido.
Aun así, también reconoce que siempre le ha gustado ese concepto de cuidar, y que su personalidad ayuda con esa labor. "Soy una persona
muy sensible y empática, y la idea de cuidar a los pacientes me ayudó en la decisión de convertirme en enfermera", ha explicado a
Redacción Médica.
Compaginar deporte y Enfermería
Su otra pasión,
el deporte entró en su vida de manera muy temprana. Ya desde los diez años jugaba al fútbol, pero no terminó de gustarle lo suficiente y cambió de disciplina a l
a pelota valenciana. "Aquí llegué a mi primer torneo y quedé subcampeona de España a los 12 años. Pero, tras acabar la educación primaria, también terminó este deporte para mí, y al llegar a la ESO me apunté a
Voleibol, un deporte que no terminó de calar en mí y lo dejé rápidamente", ha detallado.
Fue a los 14 años cuando descubrió lo que, hasta ahora, es el deporte de su vida:
el baloncesto. Desde el comienzo se le daba "muy bien" y jugó su primera final con la Comunidad Valenciana tan solo con 15 años. "Empecé muy temprano a competir, pero me considero una persona muy ambiciosa y, con esa edad,
creo que es muy peligroso. Vieron mi potencial y
esa fue mi ventaja y mi tortura, porque mentalmente me destrocé. A los 18 años jugaba finales con el equipo superior, pero
sufrí un bloqueo mental. Me autoexigía tanto a mí misma que llegué a no sentirme bien en la pista, y dentro de mí se rompió ese amor por el deporte.
Me di cuenta que era momento de parar", ha subrayado.
Ser árbitra profesional y compaginarlo con Enfermería
Ese parón duró tan solo dos semanas y volvió al juego, pero su desempeño dentro de la cancha no fue el mismo. Siendo consciente de que en pista ya no era tan resolutiva como antes,
hizo el curso de árbitro y en 2021 asistió en su primer campeonato de España. "Se me dio muy bien y llegó un momento en el que me llamaron para avisarme de que me habían vinculado a la categoría española. Fue algo totalmente inesperado. Llevaba solo tres años arbitrando y me acababan de
vincular a la Tercera Federación Española de Baloncesto (FEB)", ha recordado.
Toda su evolución dentro del deporte
fue en paralelo a su recorrido dentro de la Enfermería. Tras terminar el grado, estuvo durante dos años ejerciendo como enfermera asistencial y los responsables del hospital vieron el potencial que tenía en la gestión, y le ofrecieron tomar este camino para su futuro laboral. "Me daba mucho miedo perder el contacto con el paciente,
pero entendí que desde este espacio también se puede cuidar", ha reconocido. Y, en la actualidad, esta sanitaria es responsable de Prevención y Control de la Infección del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre.
¿Qué tienen en común el deporte y la Enfermería?
Cuando comenzó su labor con la gestión, se dio cuenta que el arbitraje y el mundo de la Enfermería no era tan distinto. "En el primero tienes que empatizar, lidiar y gestionar personas en estados con
la adrenalina por los aires y la efusividad de la competición. Y, en el trabajo, también se gestionan equipos con individuos que tienen caracteres y formas de actuar muy distintas. En estos casos, e
l deporte me ha dado muchas herramientas para entender, empatizar y comprender que mi postura es la de
líder y lo que tengo que hacer es liderar, y no mandar. Tienes que entender que no todo el mundo es igual y que hay técnicas que funcionan con una persona, pero no con todas", ha reconocido.
De hecho, según ha añadido, ser árbitra le ha dado "muchas tablas" para ese tipo de gestión en su día a día en el hospital, porque se cruza con muchos tipos de personalidades y tiene que saber mantener la compostura. "De esa manera compagino las dos disciplinas, y he aprendido mucho de cada una", ha incidido.
Priorizar la Enfermería antes que el deporte
En este sentido, tiene tanta vocación por la Enfermería y por el baloncesto que, tras ser preguntada sobre cuál elegiría si tuviese que abandonar una de las dos,
reconoce que le es imposible tomar un camino. "Mis jefes alguna vez me lo han preguntado y no he podido contestarles. Me puedo lesionar, o mi hospital puede cerrar, pero
no me veo haciendo una cosa sin la otra", ha argumentado.
De cara al futuro, tampoco tiene metas muy definidas a largo plazo, prefiere centrarse en el presente y en objetivos que sean alcanzables en poco tiempo. "Por ejemplo,
no sabía que iba a ser doctoranda y estoy a punto de lograrlo. Voy cumpliendo pequeñas metas y voy decidiendo sobre la marcha. No sé dónde acabará mi futuro laboral, si mi techo es este o seguiré estudiando. No lo sé. El día que tenga familia sí que tendré que tomar decisiones, pero tengo la gran suerte de que mis padres son muy jóvenes y puedo contar con ellos.
Son mis dos grandes pilares", ha concluido.
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