La Revista

José Luis Martín, ingeniero, intenta cambiar el rumbo de la atención en la cuna mundial de la tecnología

José Luis Martín Romera unió tecnología y sanidad "por amor".


24 sept. 2016 20:00H
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Las historias más sorprendentes, y también las más importantes, empiezan con alguien que decide seguir al corazón. La de José Luis Martín Romera no es diferente. Este ingeniero de Telecomunicaciones, que está en Silicon Valley (EEUU) participando en el desarrollo de una aplicación tecnológica que revolucione al sector sanitario entró en el mundillo de la salud por amor. “El gusanillo comenzó porque mi chica es médico” reconoce. Ahora, se dedica a solucionar por la vía tecnológica “todos los problemas que, a diario, afectan a los profesionales sanitarios”.

La presión a la que son sometidos los candidatos a la formación sanitaria especializada fue uno de los primeros aspectos en captar su atención. “Me había fijado que dedican muchísimas horas a preparar el examen del MIR. Por aquel entonces había un 'boom' de aplicaciones, pero ninguna orientada a los residentes”. De ahí que diera el salto con la creación de 'MirMeApp', una plataforma que permite a los aspirantes realizar simulacros desde el móvil. A pesar de que las primeras versiones eran previstas para los médicos, posteriormente se extendió a Enfermería, Psicología y Farmacia.

Ese fue su primer gran éxito dentro del mundo sanitario. La aplicación, que ha sumado una valoración de 4,7 sobre cinco en la ‘Playstore’, ha logrado quedar "muy por encima de soluciones como son ‘Whatsapp’ o ‘Facebook’”, afirma Martín. ¿La clave del éxito?, “tener una alumna como consejera médica y usuaria de estas aplicaciones. Ella nos dio los ‘inputs’ necesarios para poder hacer una aplicación adaptada al usuario”. Sin embargo, reconoce que aún quedan muchos aspectos donde las soluciones tecnológicas podrán ser un punto de cambio sanitario importante. “Especialmente, en todas las áreas que estén relacionadas con los pacientes”, puntualiza.

Su 'salto al estrellato' se produjo gracias a una app para residentes.

“Hace falta crear un sistema que permitan seguir con la evolución del tratamiento e, incluso, cambiar el modelo de los informes médicos”. En este sentido, promueve uno de los proyectos que le gustaría desarrollar en el corazón de Silicon Valley: un acceso universal al historial de un paciente para facilitar su control en cualquier centro sanitario dentro y fuera del país. Una solución que pondría punto final a algunas trabas como la imposibilidad de modificar el informe cuando se accede desde otro centro, así como un uso poco explotado o incómodo -desde la perspectiva del profesional sanitario- de los datos presentados. “Si se pudiera acceder a esa información de forma más organizada, podríamos mejorar la salud de todos los pacientes de España”.
 
El ‘elegido’ de España

Con su pasión centrada en el mundo sanitario, Martín encontró un nuevo reto. “Nos llamó la atención que no existen plataformas que den información actualizada de forma global. Los profesionales sanitarios están hambrientos de conseguir información en formatos mucho más accesibles y entretenidos, así como cómodos para leer, a diferencia de lo que ocurre con un PDF de muchas páginas”, precisa el ingeniero español, quien ha destacado la necesidad de la inmediatez y precisión.  

Con el sueño de crear una plataforma internacional de contenido médico, Martín puso la mira en Estados Unidos. Su proyecto captó el interés de la Universidad Singularity y fue aceptado en el programa ‘Global Solutions’, donde sólo se abren las puertas a 80 de los 3.000 candidatos que se presentan cada año. Así, contra las estadísticas, el español puso el primer pie en Silicon Valley. “La institución académica intenta crear proyectos que impacten a un total de 1.000 millones de personas en 10 años, así como que se apoyen sobre tecnologías exponenciales para llegar a una población muy grande en un tiempo limitado”, precisa Martín. Un perfil que coincide con las características intrínsecas del proyecto nacional.  

La experiencia de su llegada a Estados Unidos fue similar a la de un niño al entrar a una juguetería. “Como ingeniero me sentía en un patio de recreo, donde estás viendo cosas que te llaman la atención continuamente, conoces empresas que te han maravillado y a personas que habías visto en la televisión o por internet y que para, para nosotros, son famosos”, reconoce. Sin embargo, como en todo reto hay obstáculos que superar. “Tienes una sensación de ser muy pequeño, de venir de un sitio minúsculo y se genera lo que llaman ‘el síndrome del impostor’. Incluso después de haber sido seleccionado entre tantos candidatos, llegas para encontrare con personas brillantes y sientes que no has hecho nada, de que no eres nadie”.

Dejando los complejos, Martín encontró confort en una sola frase. “Se suele decir que si eres la persona más lista de una habitación, es que no estás en la habitación correcta. No era mi caso, porque yo me sentía el más tonto, por lo que comprendí que podía aprender de todo el mundo; la verdad es que es una experiencia estupenda”. La actitud ha sido la acertada, ya que después de meses desarrollando su proyecto, y ya de vuelta a España, ha vuelto a ser llamado para un nuevo proyecto en Estados Unidos: ‘Luna’, un chatbot para evitar el reingreso de los pacientes al hospital.
el secreto del éxito
“Está un poco manido, pero salir de la zona de confort es clave para emprender”. Así de claro lo tiene Martín, quien reconoce que “empecé por dejar mi trabajo y me surgió la oportunidad de aprender programación Android en San Francisco. Nunca había viajado a Estados Unidos, pero en 10 días me planté en el aeropuerto y dejé paralizada toda la vida que, hasta el momento, había desarrollado en España”. Lejos de arrepentirse, ha sido el primer paso de su crecimiento internacional.

“Muchas veces, estamos muy restringidos por nosotros mismos, frenando nuestras capacidades. Sin embargo, cuando rompes un poquito, rascas e intentas salir de ahí, te das cuenta de que no es tan complicado”, precisa. Una capacidad que se adopta con mucha más naturalidad con el paso del tiempo, ya que “te acostumbras y deja de ser un problema. Los miedos desaparecen”. Con este nivel controlado, “cualquier paso que sea salir de la zona de confort, puede ayudar a innovar y encontrar un camino que lleven a nuevas metas”.


Tecnología dedicada al paciente

“Hemos visto que solo un cuatro por ciento de la información que se transmite entre el médico al paciente es retenida. Esto genera que, cuando el paciente llega a su casa, haya olvidado prácticamente todas las indicaciones de cara al postoperatorio, especialmente en operaciones quirúrgicas de digestivo, traumatología o cardiovascular”, indica Martín. “El no seguir las indicaciones del médico, provoca una vuelta al hospital de 1 de cada 7 pacientes en Estados Unidos, lo que supone un coste de 41.000 millones de dólares (unos 36.787 millones de euros), puntualiza.

Su próximo reto tiene forma de chat para evitar rehospitalizaciones.

Para solucionar esta problemática están diseñando un ‘chat’ que acompañará al paciente y le guiará durante el proceso de recuperación, recordando las indicaciones del médico y resolviendo las dudas puntuales que podrían ocasionarse con el paso de las semanas. “El chatbot, al ser una aplicación de mensajería instantánea, puede detectar anomalías y reseñar alarmas, avisando al paciente que sería recomendable acudir al especialista en el caso de preverse una posible complicación inesperada”. Un proyecto que, a pesar de que está siendo desarrollado en Estados Unidos, podría importarse a España.

“A pesar de que hemos enfocado el discurso y estudios en Estados Unidos, la iniciativa es exportable a todo el mundo. De hecho, nuestra idea es contar con proyectos con un impacto en grupos de 1.000 millones de personas, siendo su internacionalidad un factor clave”, puntualiza uno de los fundadores de MirMeApp. En este sentido, reconoce que solo se tendrían que enfrentar a problemas como el cambio de idioma o la adaptación con las legislaciones de cada uno de los países.

El nacimiento de ‘Luna’ estará en las manos de un equipo de élite donde se encuentra el ingeniero español. “De los 80 profesionales que fueron escogidos por la Universidad Singularity se ha llamado, por primera vez en este programa, a un total de 30 para que sigan trabajando en equipo y se pueda dar seguimiento a los proyectos diseñados”. De ahí que, durante las próximas semanas, Silicon Valley se convierta en su hogar, aunque admite que, una vez terminada esta etapa, espera volver a España e implementar todos los conocimientos que ha adquirido en el extranjero.

¿Su sueño?, emprender desde España un modelo de publicaciones médicas que rompa con los actuales paradigmas. “Quiero que ningún médico en el mundo tuviera que pagar por acceder a información sanitaria, que haya sido sufragada por fondos públicos. Con sólo este logro, mejoraríamos muchísimo los problemas que existen dentro del sector”.
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