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Lucía Galán, más conocida como 'Lucía, mi pediatra', compagina su faceta médica y familiar con el éxito literario

"Los antivacunas viven desde el rencor"
Lucía Galán, más conocida por su blog Lucía, mi pediatra, en una fotografía realizada en su consulta médica.


6 may. 2017 20:00H
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Además de ser pediatra del Hospital Internacional Medimar de Alicante se suma a la larga lista de ‘supermamás’ que compaginan la tarea profesional con la familiar. La pasión por ambas facetas hicieron en 2014 embarcarse en la aventura bloguera, con la que ha intentado ayudar a las familias a través de sus experiencias más personales. Esta aventura le llevó a escribir dos libros: ‘Lo mejor de nuestras vidas’ y ‘Eres una madre maravillosa’ (Planeta), con los que ha dado un nuevo salto, recientemente, esta vez a la fama literaria. Ahora, compagina estas tres tareas; la de pediatra, madre y escritora y muestra su visión de la especialidad y la vida en general en esta entrevista a LA REVISTA de Redacción Médica. 

‘Eres una madre maravillosa’ es el segundo libro de Lucía, mi Pediatra. ¿Qué tal la acogida?

Lo cierto es que muy bien. Salió a la venta el pasado 31 de enero y ya va por la cuarta edición. Ha sido un éxito editorial, con una intensa promoción detrás.

¿Cómo una pediatra por vocación se convierte en una autora de éxito?

Lo cierto es que siempre me ha gustado escribir. Desde pequeña lo hacía, incluso gané un par de certámenes de literarios infantiles: Desde entonces, ha sido algo que me ha dado mucho disfrute personal. Hace un par de años surgió la idea de embarcarme en la aventura de escribir todas las experiencias que me sucedían, y pensé: ¿y por qué no recogerlas en un libro?  

¿Qué fue lo que le inspiró a escribir su primer libro?

Realmente fue algo que no parte de mí. Estando en casa y a raíz de un artículo que se hizo viral en las redes sociales me animaron a escribir. Lo cierto es que la idea apareció, así como si nada y en ese momento lo vi tan claro que me lancé a la aventura. Esa misma tarde escribí a Planeta, explicándoles que tenía un blog, que me gustaría escribir un libro con ellos. Mi sorpresa fue mayúscula al cabo de un mes cuando recibí un email de uno de los editores. Me explicó que se había leído mi blog de arriba abajo, que estaba maravillado. A las dos semanas me planté en Barcelona para conocernos. 

Lucía Galán posa con sus dos últimos libros.

Hablando de lo viral. Hace unos días una respuesta suya a una ‘antivacunas’ triunfó en las redes sociales. ¿Qué le diría a esa persona si la tuviera delante?

Cara a cara le diría exactamente lo mismo que le escribí. Que aunque respeto su decisión, le animo a buscar información fiable, que le permitan ir más allá y no se deje cegar por personajes o mensajes que no tienen ninguna credibilidad. Pero decida lo que decida, nosotros los pediatras siempre estaremos ahí para todo lo que necesiten. Los profesionales sanitarios no vivimos desde el rencor y la venganza como si hacen ellos. 

Pero cada vez son más las personas que se suman a esta corriente ‘antivacunas’. ¿Qué se puede hacer?
Es cierto que esta corriente está creciendo en toda Europa. Afortunadamente, España tiene una de las mayores coberturas vacunales europeas. Por lo tanto, deberíamos sentirnos orgullos. Nuestra forma de actuar siempre debe ser desde la serenidad, y desde el bien hacer. Formando y apoyando a las familias con información veraz. En el terreno personal cada pediatra en su consulta ha tenido familias que rechazan vacunar a sus hijos.

¿Cómo lo hace usted?

En mi caso, y desde mi experiencia, lo que me ha funcionado hasta ahora es ganar confianza con ellos en otros terrenos. Si detectas en la primera consulta que las vacunas es un punto caliente, hay que avanzar y ganarse su confianza en todo lo demás. Por lo tanto, cuando el niño enferma varias veces y ven que estás ahí, que con cada consejo que le aportas el niño mejora, poquito a poco te vas ganando su confianza. Entonces llega el momento en el que uno se da cuenta que cada mensaje que se le transmite sobre las vacunas va calando más y más. Ya no somos los desconocidos que le abrimos la puerta el primer día de consulta, sino que ya pasas a formar parte casi de la vida de las personas. Con muchos padres lo he conseguido así. 

También hay otros padres que acuden directamente al ‘doctor Google’ para encontrar diagnóstico para sus hijos.

Sí, pero es inevitable consultar en internet, todos lo hacemos. Pero yo creo que esto pasaba mucho más al principio, pero la gente es cada vez más consciente de que en internet hay de todo y no del todo válido. Ahora, me pasa lo contrario. Muchos padres vienen a verme antes de consultar en internet. Esto es un logro para la pediatría, el conseguir esa confianza para impedir que se dejen llevar por el primer impulso de creerse todo lo que leen en internet.

¿Cómo es el día a día en la consulta de un pediatra?

Entro a las nueve y salgo a las tres, y es un niño detrás de otro sin parar. Durante ese tiempo te pasa de todo: desde temas que no tienen mayor importancia, hasta urgencias que te desmontan todo lo planificado. Es un trabajo muy entretenido porque cada día ves cosas diferentes, estas en contacto con muchísima gente que confía en ti y es muy enriquecedor profesionalmente, y como madre también al estar en contacto con tantos padres.

¿Recuerda el día más difícil que ha vivido como pediatra?

"Todos esos días de guardias que tienes que comunicarles a unos padres que acaban de perder a un hijo, son momentos imborrables"



Hay varios. Todos esos días de guardias que tienes que comunicarles a unos padres que acaban de perder a un hijo, ciertamente son momentos imborrables. Son niños que se graban a fuego en tu cabeza con nombres y apellidos. Afortunadamente, son pocos. Pero es algo difícil de olvidar. Cuando la adrenalina desaparece tras intentar salvar la vida de alguien y tienes que salir fuera y recuperar la serenidad para decir la fatídica noticia a unos padres, es un momento que no está pagado en la profesión.

Y por el contario, ¿el más feliz?

Felices hay muchos. Desde las decenas de besos que recibo por parte de mis pequeños pacientes que entran cada día a la consulta, hasta el reencontrarme con unos padres a los que conocí hace trece años y te recuerdan una conversación que tuvieron contigo el primer día que nació su bebe y que les dio el ánimo que necesitaban en ese momento. Recuerdan tanto de ti, que me hacen darme cuenta de la importancia de nuestra profesión. Y eso es algo que me hace muy feliz.

¿Por qué es tan importante la pediatría en la atención de los niños?

Los niños deben de ser llevados por médicos especialistas que para eso nos hemos formado en la salud de estos. Se merecen que les demos lo mejor de nuestra profesión y eso pasa porque sean atendidos por médicos que se han especializado en Pediatría. No lo concibo de otra manera.

¿Y cómo se compagina la tarea de ser pediatra y escritorio de éxito?
En CORTO
Un libro
'Lo que le falta al tiempo', de Ángela Becerra.
 
Una película
'Los Miserables'.
 
Una canción
'I´ll find a way' Rachael Yamagata.

Una ciudad para vivir
Alicante.
 
Una ciudad para viajar
París.
 
Un objeto imprescindible
Un reproductor de música y unos auriculares.
 
Un personaje de tu vida
Mis padres.

Un personaje histórico
Teresa de Calcuta.

Un equipo de fútbol
Siguiente pregunta. En el minuto dos de cualquier partido yo ya he desconectado.

Un lema
¡Vive!

Qué le hace feliz
Ver felices a mis hijos

Como puedo (risas). A raíz de todo el éxito de los libros el año pasado decidí dejar las guardias en el hospital. Al hacerlo gané mucho tiempo con mis hijos. Ahora trabajo por las mañanas y tengo todas las tardes libres.

Y con dos hijos…

Tengo dos niños de 10 y 8 años que absorben buena parte de mi tiempo libre. Precisamente ellos están muy presentes en los dos libros. Cuento muchas anécdotas personales y profesionales. Y al principio es algo que afronté con cierto miedo, pero luego descubrí que es lo que más conecta con la gente. Ver que una pediatra habla ya no solo desde la consulta, si no desde el sofá de su casa, o desde la cama de sus hijos contándole un cuento. Porque siempre hay experiencias tanto buenas, como menos buenas. Las experiencias en definitiva de una madre, porque antes de pediatra soy madre, es lo que ha conectado con los lectores.

¿Alguna paciente se ha acercado a su consulta para que le firmara su libro?

Si claro, muchas veces (risas). Todas vienen con el libro, para que se lo firme. O con un tarjetón para enviárselo a alguien. Pero ayer precisamente me pasó lo contario. Una mamá a la que conozco desde hace siete años, es decir desde que su hijo nació, llegó a la consulta y me dijo: Pero Lucía, que me acabo de enterar que tienes un blog y que encima has escrito libros. Y es una mujer que viene cada mes y no sabía nada. Nos reímos mucho las dos.

¿Se deja de ser pediatra en algún momento del día?

Yo soy pediatra en mi trabajo y punto. Cuando se ponen enfermos mis hijos mentalmente me pongo la bata, pero siempre intento desconectar. Cuando entro por la puerta de mi casa soy la mamá de mis hijos, voy a recogerlos al colegio o animarlos al fútbol. Intento disfrutar de mi maternidad y desconectar.

Por último, ¿veremos pronto un tercer libro de Lucía, mi pediatra?

Mi intención era parar y disfrutar del momento. Pero no puedo. Tengo muchas ganas de escribir. Me sienta muy bien a nivel personal y ahora me he lanzado a escribir una novela que estoy a punto de terminar. Pero sí, tengo en mente un tercer libro sobre maternidad. Lo único que me falta es tiempo para prepararla. Hay Lucía para rato.
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