El horizonte para la farmacéutica británica GlaxoSmithKline (GSK) no es nada halagüeño… o por lo menos no lo parece para sus trabajadores. La compañía ha anunciado que va a llevar a cabo un recorte en su plantilla de 320 puestos, todos en Reino Unido. El tijeretazo es consecuencia de la decisión de la compañía de vender sus marcas de complementos alimenticios Horlicks y MaxiNutrición, que llevarán al cierre de un centro de producción en tierras inglesas y a realizar los despidos correspondientes. A esto hay que sumar que GSK está buscando comprador para las plantas inglesas en las que produce cefalosporinas y que ha anulado los planes que tenía para construir unas instalaciones para fabricar biológicos que iban a permitir crear 500 nuevos trabajos…
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