El envejecimiento de la población crece a un ritmo anual del 2,6 por ciento



16 abr. 2012 18:50H
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Redacción. San Sebastián
El progresivo envejecimiento de la población plantea un nuevo mapa de atención sociosanitaria con grandes oportunidades de negocio, que además resultan ser coste-efectivas para el sistema nacional de salud (SNS). En concreto y a la luz de las conclusiones del estudio Tecnologías para el envejecimiento activo presentado este lunes en San Sebastián, la inversión en sistemas de teleasistencia rebajará el coste asistencial de los pacientes.

Según el informe elaborado por la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin) y la Fundación Observatorio de Prospectiva Tecnológica Industrial (Opti) con la colaboración de Tecnalia, aunque es preciso realizar estudios concretos de coste-beneficio, algunas experiencias ya realizadas “permiten albergar la esperanza de que la generalización de estas soluciones permitirán rebajar costes asistenciales y colaborar con la sostenibilidad del sistema, que inevitablemente deberá ser revisado para hacer frente a la nueva realidad”.
 

De izda. a dcha.: Juan Jiménez de la Fundación Opti; Cocha Toribio, de la Fundación Tecnología y Salud; y José
Miguel Azkoitia, de Tecnalia.

La población de personas mayores está creciendo a nivel global a un ritmo anual del 2,6 por ciento y se espera que esta tendencia de crecimiento sufra un aceleramiento superior que, según los cálculos, provocará que en el año 2045 el número de personas mayores exceda por primera vez al de la población infantil. De hecho, a tenor de los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el crecimiento de la población se hará negativo en 2020 y la población mayor de 64 años se duplicará de aquí a 2050, representando el 30 por ciento de la población total.
Un desafío y una oportunidad

Por tanto, el desafío y oportunidad es “facilitar los medios para que los mayores no dejen de formar parte activa de la sociedad y puedan llevar una vida plena y de calidad, siendo dueños de sí mismos”. En este sentido, el estudio desvela que las nuevas tecnologías deberán dar a problemas relacionados con actividades básicas de la vida diaria como por ejemplo la higiene personal, la movilidad o la seguridad. También deberán resolver otras cuestiones prácticas como le gestión de la medicación y, en mayor medida, servir de apoyo en los aspectos psicoemocionales de la persona.

Modelos personalizados de comunicación

Así, a medio plazo, lo equivalente a entre 6 y 10 años, los expertos apuestan por modelos personalizados que permitan la intercomunicación entre dispositivos y la solución de los aspectos éticos y legales asociados a la gestión y tratamiento de la información relativa al tratamiento y seguimiento de las personas. A quince años vista, el estudio augura una extensión en el uso personalizado de sensores biométricos, la computación fisiológica y la convivencia con robots asistenciales en el hogar.

La intención, plasmada también en el estudio, es promover el conocimiento y la participación de las personas mayores en el uso de las nuevas tecnologías y en las redes sociales, de tal manera que éstos dispongan de más oportunidades para ser partícipes en su desarrollo asistencial y se faciliten la conexión con los profesionales sanitarios. Todo ello, teniendo en cuenta que el desarrollo de nuevas tecnologías pone sobre la mesa la oportunidad de crear nuevos programas de teleasistencia.

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