La Organización Mundial de la Salud recomienda que en las habitaciones de los hospitales no se pase de los 40 decibelios

Los hospitales públicos quieren el mismo silencio que las bibliotecas
Candela Calle, directora del ICS.


2 mar. 2017 13:10H
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Bajar el volumen de los dispositivos electrónicos, hablar en voz baja o cambiar los horarios de reposición de los almacenes son algunas medidas que el ICS quiere introducir para reducir el ruido en sus hospitales. Su objetivo es cumplir la recomendación de la OMS, de forma que en las habitaciones de los enfermos el ruido no sobrepase los 40 decibelios.

Los hospitales del ICS (Vall d'Hebron, Bellvitge, Germans Trias i Pujol, Arnau de Vilanova, Joan XXIII, Josep Trueta, Verge de la Cinta y Viladecans) llevan a cabo actuaciones para reducir la intensidad sonora durante las noches para facilitar el descanso de los pacientes. Según el ICS, la puesta en marcha de campañas informativas dentro de los centros ha logrado disminuir ya "de manera considerable" el ruido en las plantas de hospitalización, que superaban los niveles recomendados.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que en las habitaciones de los hospitales no se pase de los 30 o 40 decibelios, un nivel equivalente al de una sala de biblioteca o al de una conversación en voz baja. La realidad es que a menudo se superan estos niveles y, de hecho, las alarmas de muchos equipamientos médicos superan los 80 decibelios, el nivel de intensidad sonora de un tren en marcha.

14 quejas 

Ante la percepción de que el ruido en el hospital es un problema que los pacientes viven en silencio, varios centros del ICS han querido objetivar esta cuestión a través de reuniones con usuarios y profesionales, y con medidas sonométricas. En julio de 2016, a partir de una queja por ruido en el centro, la Unidad de Atención al Ciudadano del Hospital de Bellvitge organizó un grupo de discusión con pacientes, médicos y familiares.

Todos coincidieron en que el silencio es fundamental para mejorar el descanso y la recuperación de los pacientes, y que el hospital podía reducir la intensidad sonora en las áreas asistenciales cambiando rutinas y hábitos de los profesionales. A continuación, realizaron dieciséis medidas de la intensidad sonora, en horarios diferentes, con una duración de quince minutos por cada evaluación.

El valor mínimo fue de 58,6 decibelios (equivalente al sonido que provoca una aglomeración de gente) y el máximo 69 decibelios (el ruido que hace una aspiradora en marcha), por encima de las recomendaciones de la OMS.


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