"La mayor lección del covid es la inmejorable respuesta de los sanitarios"

El director general del Servei de Salut de les Illes Balears (IB-Salut), Juli Fuster, también se suma al documento 'Lecciones del Covid', impulsado por Redacción Médica, que da la palabra a los altos cargos de los servicios de salud autonómicos. Fuster comenta que "la gestión sanitaria no es fácil en épocas normales, aunque a mí me apasiona, pero en momentos de pandemia es extremadamente complicada". Con esta idea resume su experiencia al frente del IB-Salut durante el Covid-19 y también desgrana otros aspectos de lo mejor y lo peor de la sanidad española en esta crisis sanitaria.

¿Qué balance hace de la gestión de la pandemia tras dos años del primer caso del coronavirus Covid-19 detectado en España?

En primer lugar hay que tener en cuenta que la pandemia originada por el Sars-Cov 2 no era una pandemia esperada ni conocida, por lo que los Servicios de Salud no estaban preparados para afrontarlo. Sin embargo, y a pesar de no estar preparados, la capacidad de reacción de los sistemas de salud fue enorme. Por tanto, esta capacidad de adaptación y de reacción del sistema sanitario, resistiendo los envites de las diferentes olas de covid, hace que el balance de la gestión sea positivo. No obstante, hemos tenido que lamentar hasta la fecha 1.223 personas fallecidas, y eso sin duda es la parte más triste y dolorosa de la pandemia.

Si me gustaría destacar, dentro de este balance de gestión, la capacidad demostrada por parte del Sistema Nacional de Salud de actuar por consenso, a pesar de las diferencias ideológicas entre los partidos que gobiernan las diferentes comunidades autónomas y de las discrepancias internas, el Consejo Interterritorial ha sido foro de discusión de cuyo seno han salido decisiones muy consensuadas. Y no quiero dejar pasar la ocasión de señalar también el compromiso y esfuerzo que ha hecho el Govern de Illes Balears en el sentido de no escatimar ningún recurso y facilitarnos todo lo que hemos requerido a lo largo de estos dos años.

¿Cuáles cree usted que han sido los puntos más fuertes de la sanidad española a la hora de hacer frente a la pandemia? ¿Y los débiles?

En el caso de Illes Balears podemos destacar diferentes puntos fuertes. En primer lugar, la capacidad de entrega y lucha contra el Covid-19 de nuestros profesionales sanitarios y no sanitarios, desde el primer minuto todos arrimaron el hombro dando lo mejor de sí. En segundo lugar destacar el despliegue realizado por la Atención Primaria, creando servicios que  no existían como las unidades volantes de atención domiciliaria, se creó una central de coordinación y rastreo, se habilitaron puntos de diagnóstico rápido, se crearon puntos de atención para población pediátrica y unidades de atención a la población vulnerable (residencias). En tercer lugar, una gran fortaleza fue la capacidad de adaptación de los hospitales para habilitar zonas covid y ampliar sus zonas de UCI. Y por último, una ventaja que nos ha ayudado desde el primer momento, ha sido la contratación de personal llevada a cabo, tanto en atención hospitalaria como en Primaria. En los 2 últimos años se han contratado más de 900 profesionales sanitarios.

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"Nuestros sistemas de información no estaban preparados para tener la información que requeríamos"

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Como puntos débiles hay que mencionar en primer lugar el stock de material. En dos días se multiplicó por mil el consumo de Equipos de Protección Individual y tuvimos que reinventarnos para conseguir traer material de China. No fue fácil pero en ningún momento llegamos a tener una rotura de stock. Otro punto débil fue la incertidumbre, ante una enfermedad nueva no tienes experiencia de cómo va a evolucionar y por lo tanto no estás preparado. Las medidas se tomaban en función de las evidencias, pero incluso estas iban cambiando a lo largo del tiempo. De esa manera era muy difícil tomar medidas de gestión, ya que es imposible adelantarse a la incertidumbre. No era fácil tomar decisiones. Y no hay que olvidar que nuestros sistemas de información no estaban preparados para tener la información que requeríamos, que además era cambiante constantemente, para tomar decisiones en situaciones de incertidumbre, sin experiencia de la enfermedad y de la cual había que informar constantemente a la población.

¿Cree usted que la sexta ola será la última ‘gran ola’ de la pandemia?

A estas alturas yo quiero creer que sí, pero no tengo ninguna seguridad de ello y por lo tanto en Illes Balears no vamos a bajar la guardia. Creíamos que con la vacunación bajarían los índices de contagio y no ha sido así, por lo tanto no podemos bajar la guardia y hay que mantenerse alerta. Yo deseo que así sea pero hay que ser prudentes.

¿Es el momento de gripalizar el Covid-19? ¿Cómo debe ser el seguimiento de la enfermedad llegado ese punto?

La experiencia de las enfermedades la da el tiempo de evolución. Del Sars-Cov-2 llevamos dos años, no es tiempo suficiente para tener certezas de la enfermedad. Si realmente el covid se sigue comportando como hasta ahora, es decir, si a las personas vacunadas les afecta de manera leve, entonces sí podríamos comenzar a pensar en tratarla como a cualquier otra enfermedad contagiosa.

¿Qué aprendizaje personal le deja a usted la pandemia del Covid-19?

En mis casi 30 años de experiencia en gestión sanitaria nunca creí enfrentarme a una pandemia de estas características. La gestión sanitaria no es fácil en épocas normales, aunque a mí me apasiona, pero en momentos de pandemia es extremadamente complicada. Sin duda lo que más me ha reconfortado y la mayor lección que me llevo es la inmejorable respuesta de todos mis compañeros, todo el personal que forma parte del sistema de salud y la capacidad de adaptación de toda la sociedad y en particular del sistema sanitario, para afrontar un reto tan complejo.