Mario Secorun, director de la Unidad de Cirugía Plástica de HLA Montpellier, explica en qué consiste esta técnica

El 85% de cirujanos usa injertos de grasa para el rejuvenecimiento facial
El lipofilling es una novedosa técnica de cirugía estética.


22 feb. 2019 11:50H
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El injerto de grasa o lipofilling, que transfiere pequeñas cantidades de la propia grasa del paciente a otras áreas estratégicas, se está convirtiendo en una técnica habitual para el rejuvenecimiento facial. Este procedimiento proporciona nuevos conocimientos sobre el uso actual del injerto de grasa para mejorar los resultados de la cirugía de estiramiento.

En esta técnica, el cirujano realiza inicialmente una pequeña liposucción para obtener células de grasa o adipocitos de otra parte del cuerpo, como el abdomen o los muslos que luego inyecta cuidadosamente en la zona receptora para proporcionar volumen adicional en las áreas seleccionadas de la cara. “En general, el 85 por ciento de los cirujanos plásticos usan injertos de grasa durante los tratamientos de estiramiento facial. De acuerdo con el reciente aumento en el uso de esta técnica, más del 70 por ciento de los cirujanos han comenzado a realizar injertos de grasa en la cara en los últimos diez años”, apunta Mario Secorun, cirujano plástico y director de la Unidad de Cirugía Plástica y Estética de HLA Montpellier.

Existen variaciones en las técnicas utilizadas para recolectar y transferir los injertos de grasa, incluidos los pasos de obtención, procesamiento y transferencia de grasa. En primer lugar, se extrae la grasa de la zona donante, esta puede ser del abdomen, cartucheras o cualquier otra zona con exceso de tejido adiposo. La grasa extraída es tratada mediante lavado, filtrado y centrifugación para ser purificada y a continuación se inyecta en las zonas receptoras en pequeñas cantidades.


Anestesia local


La anestesia utilizada es local, y la intervención tiene una duración de 30 minutos. Este corto tiempo de intervención se debe a una depurada técnica quirúrgica basada en la protocolización de los distintos elementos que participan en el tratamiento y al uso de los mejores medios tecnológicos. La cantidad de grasa inyectada oscila entre 11 y 35 cc.

Uno de los sitios más comunes donde se inyecta la grasa es el área de la mejilla (malar o pómulos), donde los injertos se utilizan con el fin de  contrarrestar la atrofia asociada al envejecimiento, proporcionando una apariencia más rellena a las mejillas. El área debajo de los párpados inferiores (ojeras) y los pliegues nasogenianos (entre la nariz y las comisuras de la boca) son también sitios habituales para el injerto de grasa.

Los niveles de satisfacción de pacientes y cirujanos con los resultados del injerto de grasa son muy buenos. Si bien una pequeña parte de la grasa inyectada se reabsorbe con el tiempo, la mayor parte permanece en la zona más de un año después del lipofilling. Si es necesario, se pueden realizar tratamientos de ajuste para mejorar los resultados. Esta intervención consigue un aumento de volumen en múltiples áreas de la cara utilizando la propia grasa del paciente, mediante un procedimiento seguro, fiable y duradero en el tiempo.
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