Facultad de Ciencias de la Salud de la UGR
La aprobación del anteproyecto de la
Ley Universitaria para Andalucía (LUPA) este miércoles en el Consejo de Gobierno de la Junta de
Andalucía, trae cambios significativos para los estudiantes de todas las ramas de las Ciencias de la Salud, entre los que se encuentra
el derecho del alumnado a la "desconexión digital" en un contexto en el que las comunicaciones y, en muchos casos, las clases se hacen en un entorno inevitablemente gobernado por las tecnologías.
La futura norma, que se prevé que tenga luz verde en el Parlamento, se haría
efectiva a partir del año 2029 e implica que
no se podrá instar a los estudiantes a completar tareas, participar en comunicaciones o realizar actividades virtuales por parte de la universidad
fuera del horario académico previamente establecido, salvo que exista una justificación clara y necesaria. Además, que no haya una respuesta inmediata a correos electrónicos, mensajes en plataformas virtuales o publicaciones en foros
no será motivo de penalización si se produce fuera de los horarios lectivos o de actividad programada.
El derecho a la desconexión digital no es exclusivo del alumnado,
también beneficiará al Personal Docente e Investigador (PDI) aunque no se establece de forma directa: la
LUPA lo incorpora con medidas para mejorar el bienestar, facilitar la conciliación de la vida laboral y privada, y racionalizar las exigencias del trabajo digital.
Los sanitarios y su dificultad para desconectar del trabajo
Estas medidas se aplicarán a los estudiantes universitarios en Andalucía, algo que puede ser beneficioso concretamente para los futuros profesionales sanitarios de todas las especialidades a la hora de afrontar el mundo laboral.
Redacción Médica avanzaba en
julio de 2024 que los sanitarios, junto con los abogados y profesionales de medios digitales,
eran los que más difícil tenían salir del entorno digital, incluso en vacaciones, con datos de un estudio de
Infojobs sobre la "desconexión digital" en España.
El personal médico y de enfermería, particularmente el que trabaja en servicios de Urgencias y Emergencias, está
difícilmente excluido de la desconexión total. Debido a que la gestión de sus responsabilidades a menudo no puede delegarse ya que necesitan estar
permanentemente localizables para suplir bajas o responder a consultas, lo que resulta en altas y constantes cargas de trabajo. De forma que esta medida a nivel universitario podría servir para que
los futuros sanitarios puedan desconectar de estas comunicaciones, al menos, durante su época estudiantil.
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