Carmen Vargas, rectora de la Universidad de Sevilla
Carmen Vargas,
licenciada en Farmacia y catedrática de Microbiología, ha llegado al
rectorado de la Universidad de Sevilla para marcar el comienzo de una nueva etapa, siendo la primera rectora en la historia de la
universidad hispalense. Después de ocupar durante
13 años el puesto de vicerrectora en el equipo de su predecesor, Miguel Ángel Castro, se puede afirmar que conoce bien cómo funciona una institución por dentro y también en calidad de alumna de la misma. Vargas ha estado hablando con
Redacción Médica de su proyecto de mandato, con la
misión de modernizar la institución académica, adecuándola al momento presente y apostando por la internacionalización, además de tener la mente puesta en
potenciar la vía investigadora, también en el ámbito de la
Farmacia.
Usted es licenciada en Farmacia y catedrática de Microbiología, lo que hace que tenga un papel destacado en las Ciencias de la Salud. ¿Cómo influye esta mirada científica en su forma de entender la universidad y la gestión académica?
Creo que la gente de ciencias afrontamos los problemas de una manera estructurada, no es algo único de Ciencias de la Salud, no es un menosprecio al resto, es mi forma de trabajar. Yo estoy acostumbrada a trabajar por proyectos y así he abordado las elecciones, como el gran proyecto de mi vida. Cuando uno tiene un proyecto por delante, lo primero que hace es analizar el estado de la cuestión y eso es lo que yo hice en un principio. De ahí ha salido un documento de revisión que se llama La Universidad de la Sociedad del Futuro, y de esa manera tan estructurada, tan sistemática, es cómo me gustaría seguir abordando la hoja de ruta que nos queda por delante ahora con, por supuesto, de una manera muy participativa y contando con la comunidad universitaria para todo.
La Universidad de Sevilla imparte muchas titulaciones de Ciencias de la Salud, como Medicina, Farmacia o Fisioterapia. ¿Qué retos ve actualmente en la formación de estos futuros profesionales?
Las carreras de salud son muy vocacionales. Yo creo que el principal reto es que tenemos una fuerte demanda por parte de la sociedad y no somos capaces de absorberla porque no tenemos recursos suficientes. El Gobierno ha hecho un esfuerzo adicional financiando plazas extra para Medicina, pero si nos fijamos en concreto en nuestra Facultad de Medicina vemos que necesita una rehabilitación integral, con sistemas de simulación adaptados a las necesidades actuales. Otro ejemplo es el Máster en Psicología General Sanitaria. Nosotros deberíamos de ser capaces de duplicar el número de estudiantes, por lo menos, que entran en esa titulación y ¿por qué no lo hacemos? Porque no tenemos suficientes plazas para que esos estudiantes hagan prácticas. Yo creo que la formación está bien, aunque continuamente nosotros estamos adaptando nuestros planes de estudios a las nuevas demandas, por eso veo más el reto en los recursos que en otra cosa.
En los últimos meses se ha estado debatiendo la necesidad de ampliar las plazas en Medicina, concretamente. ¿Cómo afronta la Universidad de Sevilla esta demanda? ¿Qué condiciones cree que son necesarias para hacerlo sin perder la calidad formativa?
Pues ya estamos ampliando el número de plazas gracias a la subvención del Gobierno. Hay un gran proyecto de reforma de la Facultad de Medicina que pasa por un aulario nuevo, que ya se está construyendo… todo lo veo desde el prisma de la necesidad de recursos para nuestra facultad.
Hay un debate abierto sobre si es necesario hacer más práctica clínica y tener un contacto temprano con el paciente en la formación médica o en la Enfermería. ¿Qué avances o mejoras plantea en este sentido?
Sé que la Facultad de Medicina ha estado enfrascada en una modificación de su plan de estudios y pienso que ellos tienen los rotatorios y las prácticas muy bien organizadas y si no hacen más es porque realmente a lo mejor no tienen los recursos. Pero por el otro lado, creo que debemos también acercar más a los profesionales sanitarios que están en los hospitales a la universidad. Tenemos que incrementar el número de profesorado vinculado.
La LOU nos da la opción del profesor ayudante doctor vinculado, y creo que es una manera importante de incrementar las plazas vinculadas. Tenemos que poner en valor a los asociados clínicos. Muchas veces ellos encuentran incompatibilidad a la hora de poder ejercer su ejercicio profesional dentro del hospital, su función asistencial, con el hecho de dar clases en la Universidad de Sevilla. Tenemos también que poner en valor a los tutores clínicos, que realizan una labor encomiable que yo pienso debe ser reconocida. Creo que tenemos también que incentivar la carrera académica, la carrera investigadora en nuestros residentes. Algunos de nuestros residentes quieren hacer la tesis doctoral en nuestra universidad y a veces pues se quedan fuera de los programas de doctorado. Pienso que es un gran reto que tenemos que solucionar.
Y en el ámbito de la Farmacia, ¿cree que la universidad tiene que reforzar la conexión con la investigación biomédica y la industria farmacéutica para favorecer la empleabilidad y la innovación?
Claro, por supuesto que sí. Aquí tenemos el gran reto de que en nuestra región, desgraciadamente, hay muy poca industria farmacéutica. Pero, por ejemplo, en el máster de especialización profesional en Farmacia tenemos tres itinerarios. Uno de ellos es el de la Industria Farmacéutica, y ahí hacemos todo lo posible por mandar a estudiantes por esa vía. Sí que tendríamos que intentar, y eso pues es una labor más a nivel institucional, que hubiera más investigación biofarmacéutica y farmacéutica en general en nuestra región. Pero desde luego, la Facultad de Farmacia forma profesionales “todoterrenos”, que lo mismo se van a una oficina de farmacia, que se van a una farmacia hospitalaria o que se van a la Industria Farmacéutica.
La sostenibilidad y la salud ambiental son temas cada vez más relevantes. ¿Cómo se están incorporando estos valores en la formación sanitaria y en la vida universitaria, concretamente en la Universidad de Sevilla?
La sostenibilidad en realidad es un tema que no es exclusivo de la formación sanitaria. La sostenibilidad es uno de los grandes retos que tienen todas las instituciones y las universidades en general, para nosotros es un eje transversal. Nosotros debemos ser capaces de formar en sostenibilidad, que los ciudadanos que salgan de nuestras aulas tengan una mentalidad en sostenibilidad. Eso, eso lo podemos hacer bien implicando asignaturas concretas dentro del plan de estudios o de una manera quizás más flexible a través de este nuevo formato de las microcredenciales.
¿Qué legado le gustaría dejar en el ámbito de la Ciencias de la Salud durante su periodo en el Rectorado?
Pues a mí me gustaría, primero, que tengamos la posibilidad de incrementar el número de plazas en nuestras titulaciones sanitarias. Nuestros resultados de rendimiento académico son muy altos y terminan siempre con unos índices de empleo muy altos. Yo creo que deben ser ciudadanos de futuro que, aparte de estar muy bien formados desde el punto de vista sanitario, tengan una mentalidad muy abierta, muy moderna, muy europea y que se centren en las personas y me gustaría que fueran también internacionales. Las instituciones sanitarias están también fuera de España y creo que hay muchos ejemplos de buenas prácticas donde también tenemos que aprender y, sobre todo, también nosotros tenemos que dar muy buen ejemplo.
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