17 jun. 2015 17:11H
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Rivero, a la farmacia de hospital: “Los gerentes van a agradeceros que gestionéis los recursos”

De izquierda a derecha: José Luis Gómez, director general de Becton Dickinson; José Luis Poveda, presidente de la SEFH; Agustín Rivero, director general de Cartera Básica de Servicios del SNS y Farmacia, y José María Pino, presidente de Sanitaria 2000.


SUMARIO
Rivero, a la farmacia de hospital: “Los gerentes van a agradeceros que gestionéis los recursos”
La evaluación tiene que limitar la incertidumbre que generan los nuevos fármaco
Poveda: “No es ético que no incorporemos tecnologías que nos permitirían reducir errores y mortalidad
Rivero: “Los IPT incluirán impacto económico, pero primero tenemos que definirlo
La farmacia debe certificarse para ofrecer servicios de seguimiento y conciliación
Valenzuela, sobre la especialidad: “Lo sociosanitario ha llegado y hay que estar allí"
La asombrosa y cruda verdad oncológica 
El ‘big data’ puede ahorrar hasta 260.000 millones de euros a los sistemas de salud
Macrodatos que nos hacen más pequeños
La gestión clínica tiene que demostrar resultados


Marcos Domínguez / Imagen: Miguel Fernández de Vega. Ávila
La farmacia de hospital “se está involucrando cada vez más en la gestión de recursos”, algo que los gerentes de los centros “van a agradeceros más”. Así lo ha señalado Agustín Rivero, director general de Cartera Básica de Servicios del Sistema Nacional de Salud y Farmacia, durante la inauguración del I Encuentro Global de Farmacia Hospitalaria, que organiza Sanitaria 2000 y se celebra este fin de semana en el Parador Nacional de Gredos (Ávila), con el patrocinio de Becton Dickinson y Gilead.


Rivero ha hablado de la creciente relevancia del farmacéutico de hospital, hasta adquirir un papel central en los centros de salud. “La relación del clínico con el farmacéutico”, ha señalado el alto cargo, “es de agradecimiento, para saber qué medicamento es el más adecuado”.

Agustín Rivero.

En la inauguración también ha estado presente José Luis Poveda, presidente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), que ha agradecido la sintonía y la “sensibilidad” que últimamente ha encontrado en el departamento que dirige actualmente Alfonso Alonso, sobre todo desde la dirección general que encabeza Rivero. “Ha establecido puentes para que la comunicación sea fluida”, tanto con la sociedad que Poveda encabeza como con otras organizaciones médicas y científicas. “Que las puertas del ministerio estén abiertas es algo positivo tanto para los farmacéuticos de hospital como para todo el SNS”, ha concluido, no sin antes reconocer la relevancia del grupo Sanitaria 2000 y su Publicación de Farmacia Hospitalaria a la hora de dar visibilidad a estos profesionales, cada vez más relevantes.

Por su parte, el presidente de Sanitaria 2000, José María Pino, ha puesto de manifiesto la necesidad de fomentar “el debate en un colectivo que es cada vez más influyente en la sanidad”. Recalcando que es el comienzo de un prometedor camino la organización de este encuentro para farmacéuticos de hospital, ha concluido que “nuestro objetvio es aportar a la sanidad reflexiones”.


Rivero y Poveda, en un momento de la inauguración. En la imagen de la derecha, Javier Ortizá, CEO de Innoárea, hace una demostración de las aplicaciones de las Google Glass en la Farmacia de Hospital.


Joaquín Giráldez, ex presidente de la Comisión Nacional de la Especialidad de Farmacia Hospitalaria, junto a Federico Tutau, Jefe del Servicio de Farmacia del Hospital del Henares. En la imagen de la derecha, María Dolores Fraga Fuentes, vicecoordinadora del Grupo Génesis de la SEFH, y Carolina González-Criado, subdirectora general de Farmacia del Sergas.


Bernardo Alonso Carús, vocal de la junta directiva de la Asociación Española de Bioempresas (Asebio), junto a José Luis Poveda. En la imagen de la derecha, Miguel Ángel Calleja, vicepresidente de la SEFH, y Ana María Molinero, vicepresidenta segunda de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac).


José María Pino y Agustín Rivero, con la mujer de éste último. A la derecha, Juan Carlos Valenzuela, vicepresidente de la Comisión Nacional de Farmacia Hospitalaria y Atención Primaria.


En la imagen de la izquierda, José Luis Gómez charla con Marc Ramentol, de Becton Dickinson, y José María Morera, de Gilead. A la derecha: Edgar D’Angelo y Emma Castro, de Gilead, junto a Mario García Gil, responsable del Servicio de Farmacia del Hospital Universitario de Fuenlabrada.


Javier Ortizá; Lore Guisasola, farmacéutica adjunta del Hospital Txagorritxu; Araceli López, jefa del Servicio de Farmacia del Complejo Asistencial de Ávila, y José Luis Fernández, de Innoárea.


En la imagen de la izquierda, Arturo Giménez, director general de Planificación Sociosanitaria, Farmacia y Atención al Ciudadano de Murcia, junto a Ricardo López, director general de Sanitaria 2000. A la derecha, Ana María Molinero; Encarnación Cruz Martos, subdirectora de Farmacia y Productos Sanitarios del Servicio Madrileño de Salud, y Mariluz Sánchez Gregorio, responsable del Servicio de Farmacia del Hospital de Guadarrama.


Gabriel Ramírez Soto, director de la Unidad de Gestión Clínica de Farmacia del Hospital del Hospital Universitario Virgen de la Macarena, con Federico Tutau. A la derecha, Juan José García, profesor titular del departamento de Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid, junto a Pascual Marco, vicepresidente primero de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia.


José María Morera y Edgar D’Angelo. A la derecha, Cristóbal Belda, director ejecutivo de la Fundación de Investigación Hospital de Madrid, junto a Arturo Giménez y Pascual Marco.


La evaluación tiene que limitar la incertidumbre que generan los nuevos fármacos

Eduardo Ortega. Imagen: Miguel Fernández de Vega. Gredos (Ávila)
La aparición de nuevos medicamentos, que están suponiendo abruptos cambios en áreas terapéuticas como la hepatitis C y la oncología, también ha abierto un camino de dudas respecto a su uso y sus efectos efectos a largo plazo, acentuados por las urgencias que generan sus elevados precios. La evaluación ha de poner fin a toda esta incertidumbre, y para ello es necesaria la aportación y colaboración de profesionales, gestores y Administración.

Pascual Marco, vicepresidente de la SEHH; Arturo Giménez, director general de Planificación Sociosanitaria, Farmacia y Atención al Ciudadano de Murcia; Carolina González-Criado, subdirectora general de Farmacia del Sergas; Federico Tutau, jefe de Sección de Farmacia Hospitalaria del Hospital Universitario de Henares, y Cristóbal Belda, director ejecutivo de la Fundación de Investigación Hospital de Madrid .


Así se resume el debate ‘Evaluación de medicamentos: Cómo alcanzar la transparencia’, celebrado en el I Encuentro Global de Farmacia Hospitalaria, organizado por Sanitaria 2000, con la colaboración de Gilead y  Becton Dickinson y bajo el auspicio de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria. En él, Carolina González-Criado, subdirectora general del Servicio Gallego de Salud (Sergas), ha advertido de que “la introducción de nuevos fármacos totalmente innovadores, que han cambiado el curso de enfermedades y mejorado la calidad de vida de los enfermos” sigue provocando el ascenso creciente del gasto hospitalario en medicamentos, con lo que son necesarios “estudios con resultados de relevancia clínica” para poder priorizar los productos que aporten “innovaciones disruptivas”.

Carolina González-Criado, del Sergas.

Asimismo, ha avisado del incremento creciente de “aprobaciones aceleradas o condicionales de medicamentos. Aunque facilitan acceder a determinados productos en situaciones de vacío terapéutico, muchas veces están basadas en estudios de Fase II, aumentando todavía más el grado de incertidumbre”, que es necesario gestionar entre la colaboración de todas los actores del medicamento.

La cuestión de la financiación

En este entorno, la cuestión del precio de los medicamentos innovadores, y la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud (SNS), es fundamental. González-Criado ha llamado a potenciar nuevas fórmulas como el riesgo compartido o la financiación según la indicación que se cubra.

Sin embargo, Cristóbal Belda, director ejecutivo de la Fundación de Investigación Hospital de Madrid (HM), ha sido mucho menos optimista, por así decirlo. “Los avances farmacológicos en oncología son caros, carísimos, y más que lo van a ser. La espiral del gasto va a continuar ascendiendo en farmacia hospitalaria. Y hay pocas soluciones”.

El especialista ha recordado que el paradigma en el tratamiento del cáncer va a vivir un cambio de 180 grados con la irrupción de la inmunología oncológica, que va a estar combinada con la tradicional quimiterapia. “Pero el precio que van a tener estas terapias es una locura. Lo ocurrido con la hepatitis C va a ser un juego de niños comparado con lo que va a venir”.

Pascual Marco y Cristóbal Belda.


Con todo, para Belda hay un “problema de raíz en España: no tenemos datos ni información sobre cuántos pacientes tienen cáncer ni cuánto cuesta tratarlos. Debería haber un registro nacional y ser una enfermedad de declaración obligatoria”. Asimismo, ha denunciado la situación de inequidad en el acceso a las terapias por parte de los pacientes. “Si vives al norte de la M30 en Madrid tienes acceso a unos medicamentos, si vives al sur a otros. Es inexplicable. El acceso debería ser homogéneo en todo el país”.

Poco contacto con la Administración

Por su parte, Pascual Marco Vera, vicepresidente de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia, ha denunciado el “poco contacto” que las sociedades científicas tienen con el Ministerio en la elaboración de los informes de posicionamiento terapéutico (IPT), otra fórmula más para evaluar, al fin y al cabo. “De hecho, no nos consideramos miembros activos en los IPT, y desconocemos qué valoración hace la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) de nuestras aportaciones, no hay feed back”. Asimismo, ha avisado de los problemas de acceso que hay en España en el acceso a los nuevos anticoagulantes orales, así como de las diferencias que hay, por comunidades autónomas, sobre su uso.

Arturo Giménez y Federico Tutau.


Mientras Federico Tutau, jefe de sección de Farmacia Hospitalaria del Hospital Universitario de Henares, ha recordado que siguen faltando datos económicos en las evaluaciones (que, en muchas ocasiones, están aportando los propios servicios) y que todos los profesionales del centro (médicos y enfermeras), deben poner su grano de arena.

Finalmente, Arturo Giménez, director general de Planificación Sociosanitaria, Farmacia y Atención al Ciudadano de la Consejería de Sanidad de Murcia, ha indicado que entre los principales valores que debe salvaguardar una comisión de farmacia autonómica (como la murciana) se encuentra la “transparencia y lograr los objetivos en salud asociados a un gasto sostenible”.

Un instante del A Fondo sobre evaluación de medicamentos.


Poveda: “No es ético que no incorporemos tecnologías que nos permitirían reducir errores y mortalidad”

Eduardo Ortega / Imagen: Miguel Fernández de Vega. Gredos (Ávila)
A pesar de que durante los últimos años se han hecho avances en materia de seguridad en la manipulación y formulación de medicamentos biopeligrosos, José Luis Poveda, presidente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), ha adviertido de que “hay bastante margen de mejora”. De hecho, ha denunciado que “no es ético que no se introduzcan tecnologías para hacerlo”.

José Luis Poveda.

Además, Poveda se ha referido particularmente a los centros que no tienen implementada la prescripción electrónica asistida en sus servicios de Oncología, y ha advertido de que “aquellas comunidades autónomas que tengan hospitales en los que no se haya incorporado deberían hacer un ejercicio de reflexión”.

Y es que, según ha explicado, este modelo de prescripción permite una reducción del riesgo absoluto en la manipulación de medicamentos quimioterápicos, de cara al profesional y al paciente, de casi el 40 por ciento, mientras que la reducción de riesgo relativo cae más de 92 por ciento. “Introducir estas tecnologías”, ha reiterado, “nos permite reducir errores y, por tanto, mortalidad.  Y no las estamos incorporando”.

El presidente de la SEFH ha abordado estas cuestiones en la conferencia ‘Seguridad del paciente y del profesional sanitario en el uso del medicamento y la gestión del riesgo', impartida en el I Encuentro Global de Farmacia Hospitalaria, organizado por Sanitaria 2000, con la colaboración de Gilead y Becton Dickinson. Y es que, no en vano, la farmacia hospitalaria maneja casi el 81 por ciento de los fármacos considerados biopeligrosos, caracterizados por su carcinogénesis, toxicidad reproductiva o genotoxicidad, entre otras características.

El presidente de la SEFH y Ricardo López, director general de Sanitaria 2000.

De hecho, Poveda ha reclamado que la Administración “actualice la lista de medicamentos biopeligrosos” y otras condiciones para optimizar la seguridad, más si cabe cuando se trata de productos cuya exposición ya supone un riesgo para los profesionales. Asimismo, ha indicado que, aunque el foco de este tipo de fármacos se ha puesto sobre los oncológicos, hay otros con los que comparten peligros.

Comisiones para las tecnologías

De hecho, Poveda ha ido más allá y ha puesto en valor las herramientas que permiten incrementar la seguridad de pacientes y profesionales. “Me pregunto cuántos fármacos en términos de magnitud han reducido tanto el riesgo como ellas. Fijaros si hemos creado comités para evaluar medicamentos, también tendríamos que crear alguno para introducir tecnologías que impidan los errores”, ha compartido con el auditorio.

Con todo, también ha destacado que la propia farmacia hospitalaria ha dado los pasos para mejorar su propia seguridad, apoyada en los avances informáticos y técnicos y con la propia iniciativa de los profesionales.

José Luis Poveda, en un momento de su conferencia.


Rivero: “Los IPT incluirán impacto económico, pero primero tenemos que definirlo

Eduardo Ortega Socorro / Imagen: Miguel Fernández de Vega. Gredos (Ávila)
Agustín Rivero lo tiene claro: “los informes de posicionamiento terapéutico (IPT) han sido un paso de gigante en la unificación de la evaluación de medicamentos en España. Tenemos que felicitarnos todos por el trabajo que hemos hecho con unas herramientas que son un referente dentro y fuera de nuestro país. Incluso nos las han pedido nuestros vecinos de Europa”. Sin embargo, el director general de Cartera Básica de Servicios del SNS y Farmacia del Ministerio de Sanidad también reconoce que “hay aspectos a mejorar, como la incorporación del impacto económico. Es cierto que esta información habría que incluirla y se incluirá, pero primero tenemos que definir qué es el impacto económico y lo que supone en fármacos innovadores”.

Bernardo Alonso, vocal de la junta directiva de Asebio; Encarnación Cruz Martos, subdirectora de Compras de Farmacia y Productos Sanitarios del Servicio Madrileño de Salud; Agustín Rivero, director general de Cartera Básica de Servicios del SNS y Farmacia, y María Dolores Fraga, vicecoordinadora del Grupo Génesis de la SEFH.


El responsable del Ministerio de Sanidad ha indicado que, con todo, de los aproximadamente 80 IPT en los que ahora mismo están trabajando las Administraciones Públicas, “50 de ellos ya incorporan impacto económico, aunque de una forma muy ‘sui generis’” y ha reiterado que estos análisis todavía tienen que evolucionar.

Rivero ha abordado estas cuestiones durante el ‘Tercer Grado’ (un formato de debate) al que se le ha sometido en el I Encuentro Global de Farmacia Hospitalaria, organizado por Sanitaria 2000 con el patrocinio de Gilead y Becton Dickinson, en el Parador de Gredos, en Ávila. También ha opinado sobre la aplicación de los IPT que hacen algunas regiones. “Hay comunidades autónomas que quieren hacer su propia gestión. Por eso, en la fase inicial en la que estamos, los IPT están siendo muy abiertos. La idea es que el cerco se vaya estrechando con el paso del tiempo, según se vaya logrando su protocolización”. Sin embargo, ha reconocido: “Tengo envidia de Portugal y Francia. Cuando dan un golpe en la mesa, todos obedecen”.

Agustín Rivero.

Hepatitis C

Precisamente, el espíritu cambiante de los IPT es lo que va a hacer que los correspondientes a los de los nuevos fármacos de la hepatitis C vayan a ser modificados “en breve”, basándose en la “evidencia clínica que estamos obteniendo a partir de su uso”.

Sin embargo, según ha dicho Rivero, existe evidencia de que varias regiones siguen sin dar el ‘salto’ a los últimos productos aprobados en este área terapéutica. “Hay comunidades autónomas que han decidido seguir solo con simeprevir (Janssen) y daclatasvir (BMS)”. Hay que recordar que, en el caso del primero, ya se ha rebasado el techo de gasto, razón por la que compañía ya ha devuelto “1,5 millones de euros al Estado”, tal y como indica este modelo de acuerdo para la financiación pública de medicamentos.

El propio director general ha afirmado desconocer “qué está pasando en lo referente a la factura de la hepatitis C. Con todo, este modelo de gestión es nuevo para todos, incluidas las consejerías de Economía”. Ha añadido que “algunas regiones están haciendo trampillas para mejorar esta gestión, pero son trampillas admisibles”.

Registros y resultados en salud

Por otro lado, Rivero ha avisado de que estos medicamentos, sumados a otros innovadores que ya están llamando a la puerta del Ministerio de Sanidad, están poniendo en el límite la situación financiera de la sanidad española. “Si seguimos a este ritmo, habrá fármacos que no podremos meter en el SNS, y para hacerlo habrá que llegar a acuerdos políticos”.

Bernardo Alonso, María Dolores Fraga, Encarnación Cruz Martos y Agustín Rivero, durante el Tercer Grado.


De hecho, los resultados en salud serán cada vez más importantes en cuanto al precio que se pagará por el fármaco. De ahí que haya anunciado que los registros de pacientes y de resultados de los medicamentos se pondrán en marcha gracias al esperado real decreto de precios y financiación, en el que estarán incluidos. El documento, además, “tendrá que estar antes del 30 de junio en la Secretaría Técnica del Ministerio”, ha concretado.

Asimismo, también ha valorado que “las empresas farmacéuticas se han dado cuenta de que tienen que moderar los precios que piden de forma importante. Se han de amoldar a una nueva idiosincrasia en España y en Europa”, un esfuerzo que “ya están haciendo”.

Sobre las peticiones de transparencia en materia de precios de medicamentos financiados que le han reclamado varios colectivos, Rivero recuerda que “en Europa todos mentimos en los precios oficiales de los fármacos. No podemos ser los quijotes del viejo continente".

José Luis Poveda, presidente de la SEFH, hace una pregunta bajo la mirada de José María Pino, presidente de Sanitaria 2000. A la derecha, Agustín Rivero.


En la primera imagen, Encarnación Cruz Martos. A continuación, Miguel Ángel Calleja, vicepresidente y presidente electo de la SEFH.


María Dolores Fraga y Bernardo Alonso.


Un instante del Tercer Grado protagonizado por Agustín Rivero, en el Parador de Gredos (Ávila).


La farmacia debe certificarse para ofrecer servicios de seguimiento y conciliación

Eduardo Ortega / Imagen: Miguel Fernández de Vega. Gredos (Ávila)

Conclusiones del Cara a Cara.

Hay más espacio para el acuerdo y la colaboración que para la discordia entre farmacia hospitalaria y botica. De hecho, la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) y la de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac) y convienen que la farmacia comunitaria debe tener una participación más activa en el SNS a través de canales de comunicación directos, aunque también reconocen que para dar servicios como la conciliación de la medicación y el seguimiento se han de certificar para ello.

“Queramos o no, estamos condenados a entendernos”, ha asegurado Ana María Molinero, vicepresidenta de Sefac, quien pide para la botica acceso a “la historia clínica digital, puesto que es información que debemos compartir todos y en la que nosotros podemos aportar datos”.

Miguel Ángel Calleja, vicepresidente y presidente electo de la SEFH.

Ana Marí Molinero, vicepresidenta segunda de Sefac.

De hecho, Miguel Ángel Calleja, vicepresidente y presidente electo de la SEFH comparte este punto de vista, y ha opinado que “la farmacia comunitaria debería poder escribir para hacer seguimiento del paciente. Y esta información debería de transmitirse y quedar plasmada en tiempo real para obtener respuesta en tiempo real”.

Sin embargo, Calleja precisa que para poder prestar los servicios de seguimiento y conciliación de la medicación “los farmacéuticos comunitarios tendrían que estar acreditados para ello”, una idea con la que Molinero se ha mostrado de acuerdo. Eso sí, la botica debería algún tipo de ‘plus’ por ello.

Homogeneidad

Estas son algunas de las cuestiones abordadas durante el debate ‘Cara a Cara’ celebrado en el I I Encuentro Global de Farmacia Hospitalaria, organizado por Sanitaria 2000 con el patrocinio de Gilead y Becton Dickinson, en el Parador de Gredos, en Ávila. Por otro lado, tanto Molinero como Calleja han reclamado homogeneidad en las medicamentos cuya dispensación las comunidades autónomas están llevando de las oficinas de farmacia al hospital.

Sin embargo, el farmacéutico de hospital ha considerado que esta medida se lleva a cabo para “mejorar el uso racional del medicamento”. Sin embargo, Molinero avisa de que, en todo caso, la causa detrás del trasvase es “económica, y no tiene nada que ver con la complejidad de los medicamentos. Muchos de ellos siguen en las oficinas de farmacia, la única diferencia con los que se han retirado de nuestros mostradores es el precio, que es inferior a los tres euros”.

Miguel Ángel Calleja y Ana María Molinero, durante el debate. En el centro, Juan de Dios Jódar, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Valladolid, que ejerció de moderador.



Valenzuela, sobre la especialidad: “Lo sociosanitario ha llegado y hay que estar allí”

Marcos Domínguez / Imagen: Miguel Fernández de Vega. Gredos (Ávila)

Poveda muestra su compromiso por tener un programa actualizado en el más breve plazo.

El cambio de denominación de la especialidad de Farmacia Hospitalaria, que ahora es también de Atención Primaria, implica un cambio fundamental para el profesional: la apertura a otros ámbitos alejados de su entorno natural, como el hospital de día, las urgencias y el ámbito residencial. “Lo sociosanitario ha llegado”, ha explicado Juan Carlos Valenzuela, vicepresidente de la Comisión Nacional de la Especialidad, “y tenemos que luchar por estar ahí”.

Valenzuela ha analizado los cambios que implica el cambio, introducido en el real decreto de troncalidad aprobado el pasado año, en el profesional durante el I Encuentro Global de Farmacia Hospitalaria, organizado por Sanitaria 2000 y patrocinado por Becton Dickinson y Gilead. Estos cambios suponen un “nuevo enfoque”, donde temas como la atención a los pacientes, el asesoramiento clínico o el control de costes cobran especial importancia. Es necesario “tener una visión integral del paciente”, ha sostenido el vicepresidente de la Comisión Nacional, “sin estamentos separados”.

Joaquín Giráldez, José Luis Poveda y Juan Carlos Valenzuela.


Sin embargo, el avance que ha supuesto la nueva denominación de la especialidad no ha pillado de sorpresa a los farmacéuticos de hospital, ha explicado Joaquín Giráldez, anterior presidente de la Comisión Nacional, que ha explicado que ya en 2008, cuando se presentó al Ministerio de Sanidad la propuesta del tercer programa formativo de la especialidad (que no llegó a ver la luz), éste le pidió que “incluyera más Atención Primaria”.

Juan Carlos Valenzuela.

Es un nuevo paso al que dio 1999, año en que entró en vigor el segundo programa formativo (el primero data de 1991), cuando el farmacéutico “abandona el Servicio de Farmacia y se abre al hospital”, siendo normal que haya un farmacéutico en otras unidades, ha explicado Giráldez, que ha vivido en primera persona la evolución del profesional desde principios de los 70, cuando solo había 138 farmacéuticos de hospital en España, hasta la actualidad, cuyo número ha crecido hasta los 3.728. De ellos, 3.325 provienen del FIR (Farmacéutico Interno Residente), puesto en marcha en el año 1978.

Hacer las cosas bien, mejor que hacerlas rápido

Dados los plazos en que se movió el tercer programa formativo de la especialidad, que tras seis años de preparación acabó por no ver la luz, parece poco verosímil exigir que el nuevo –que albergaría el gran cambio de incluir la farmacia de Atención Primaria en el seno de la especialidad– esté listo en un año, como establecen los plazos dados en el real decreto de troncalidad, que daba doce meses desde la conformación de las comisiones. Es decir, que para el 15 de diciembre de este año debería estar finiquitado, así como la acreditación y reacreditación de las unidades docentes.

Giráldez, durante su intervención.

Esta es la puntualización que ha hecho José Luis Poveda, presidente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) y de la actual Comisión Nacional de la Especialidad (que es la séptima en la historia de la farmacia hospitalaria), señalando además que “no somos la única especialidad que tiene que cerrar el programa en un año”. Durante su intervención en la mesa dedicada al análisis de la nueva especialidad, ha apelado a la responsabilidad de la comisión, asegurando que el plan formativo estará listo dentro del plazo dado, así como la acreditación y reacreditación de las unidades docentes, pero recordando a su vez que “hay que hacer las cosas bien antes que rápido”.





La asombrosa y cruda verdad oncológica

Ismael Sánchez. Gredos (Ávila)
El pan y el vino suelen tener otros nombres cuando hay que pronunciarlos en público. Pero cuando los escuchamos tal cual son, tal cual suenan, nos arrebatan y nos atrapan. Cristóbal Belda, director ejecutivo de la Fundación de Investigación Hospital de Madrid (HM), pasó por el Encuentro de Farmacia Hospitalaria para básicamente eso: llamar al pan, pan, y al vino, vino, cuando abordó el alcance de los nuevos tratamientos en su especialidad. Salió así un impactante testimonio que nos resumió la asombrosa y a la vez cruda verdad de la oncología para los próximos años.

Un cronista disfruta cuando en su libreta de notas aparecen muchas declaraciones y no sabe cuál elegir para empezar su relato. La gestión de la abundancia es siempre mejor, aunque ocurra menos. Belda acaparó todo el protagonismo en una mesa de indudable nivel porque supo decir unas cuantas verdades, tan seguidas como rotundas. Algunas sonaron como un jarro de agua fría para una sociedad que no quiere perderse ni una sola de las brillantes innovaciones que van apareciendo en los tratamientos pero que no está dispuesta a pagar el alto precio que ello supone. Y para Belda, no hay otro camino, cuando entiende que los fármacos oncológicos sean caros y augura que más lo van a ser. “Esto destroza cualquier presupuesto de farmacia”, sentenció.

En primer plano, con gesto reflexivo, el oncólogo Cristóbal Belda, durante su participación en el Encuentro de Farmacia Hospitalaria de Sanitaria 2000.

El precio del último grito es demencial y las ganas, y hasta el derecho legítimo, de acceder a él no harán que sea más bajo. Lo que está ocurriendo con la hepatitis C y las cifras mareantes que se han movilizado en solo unos meses van a quedar en minucia cuando se comparen con lo que se nos avecina en Oncología. Este argumento lo hemos venido leyendo entre las líneas de las intervenciones más moderadas y medidas de Agustín Rivero, el director de Farmacia que prefiere no arrendar las ganancias de su cargo a sus sucesores. Porque el dilema que van a tener que enfrentar va a ser macanudo: ¿qué tratamientos podemos pagar? ¿Por dónde empezar?

Libre de ataduras políticas y profesionales, Belda se gustó hablando como un clínico, única y exclusivamente: “No podemos saber cuánto nos vamos a gastar porque, en realidad, no sabemos cuántos pacientes tienen cáncer”. Y nadie va a ceder su cuota participativa en el milagro: “Todos caeremos en el síndrome del salvador: deme eso a cualquier precio, porque me va a curar”. Una especie de sálvese el que pueda que nos traslada a otro debate irresoluble: el del acceso. “Debería ser homogéneo y no es así. Resulta sencillamente inaceptable”.

La serena y afilada descripción que de la oncología hizo Belda nos presenta a una especialidad brillante en su desarrollo presente, repleta de posibilidades futuras, pero con un impacto muy controvertido sobre el sistema sanitario, no solo en su frente económico sino también en el ético, y puede que también en el jurídico. El experto no formuló directamente la pregunta, pero fue acumulando tantos argumentos en el lado de la autoridad sanitaria que la respuesta era obligada; el problema es que nadie aún la ha verbalizado, y puede que aún pase tiempo hasta que logremos escucharla.

Si la maravilla del progreso oncológico nos cautivara por entero como sociedad, nuestra única preocupación sería contar los ceros del cheque en blanco y gestionar con aplomo una leve demora técnica en el acceso. Pero la constatación del prodigio no nos hará más ilusos, ni tampoco más ricos. Y Belda lo sabe. Por eso le preocupa vislumbrar a lo que nos enfrentamos: a un dramático escenario con tratamientos cada vez más efectivos para frenar el cáncer, pero también más caros; con evidencias de curación, tan extraordinarias como la finitud de los presupuestos que las posibilitan, y con la competencia de otras enfermedades, no oncológicas, pero que también registran nuevos fármacos innovadores y que reclaman su papel en este desfile salvador en el que, de momento, no cabemos todos.

El ‘big data’ puede ahorrar hasta 260.000 millones de euros a los sistemas de salud

Marcos Domínguez / Imagen: Miguel Fernández de Vega. Gredos (Ávila)
El interés por el ‘big data’ en la sanidad ha crecido en los años exponencialmente. Las posibilidades del uso de enormes cantidades de información, estructurada o no, se van descubriendo con cada pequeño paso en esa dirección. En su conjunto, se calcula que el ‘big data’ puede ahorrar a los sistemas sanitarios hasta 300.000 millones de dólares (más de 260.000 millones de euros).

De izquierda a derecha: Martínez Sesmero, Sánchez Fierro, García Palomo y Hernández Medrano.


La cifra la ha proporcionado Andrés García Palomo, jefe de Oncología del Hospital de León, en la mesa dedicada a este concepto celebrada en el marco del I Encuentro Global de Farmacia Hospitalaria, que ha organizado Sanitaria 2000 y ha contado con el patrocinio de Becton Dickinson y Gilead. Pero avisa: “Necesitamos ‘real world data’, resultados en salud”, y eso implica pasar de la Medicina “como ciencia experimental a una basada en la observación”.

Y es que el ‘big data’ no son bases de datos: el volumen de información que implica “no es posible manejar en bases de datos”. Se trata de pasar de petabytes (un petabyte son mil terabytes) a exabytes (equivalente a mil petabytes) de información. Además, se trata de variedad: “No se trata solo de bases de datos estructurados, Facebook y Google son ‘big data’, pero también las cámaras de los móviles”. Y es que “la gente está comunicando continuamente su estado de salud”, ya hay algoritmos que detectan hipoglucemias basados en el número de llamadas de teléfono. García Palomo considera, no obstante, que para aprovechar el potencial de los resultados en salud hay que rediseñar las redes de atención “en función de la demanda y no de la oferta”.

Andrés García Palomo.

Priorizar pacientes

Por su Parte, José Manuel Martínez Sesmero, del Servicio de Farmacia del Complejo Hospitalario de Toledo, ha resaltado el análisis en tiempo real de los datos obtenidos para poder tomar decisiones. “Podemos identificar qué pacientes salen más caros y establecer estrategias de priorización”, ha señalado, y pone un ejemplo: estratificando el riesgo de los pacientes en el momento del alta hospitalaria “se puede evitar un tercio de los reingresos”.

Sin embargo, Martínez Sesmero hace dos matizaciones: por un lado, se pregunta si todos los datos tienen la misma calidad y si nos ayudan de igual manera a la toma de decisiones; por otro, apunta al ‘big data’ como “una herramienta más” en la gestión. Y para usarla hay que apostar por ella: incluso en un país tan avanzado tecnológicamente como EEUU “todavía hay un 30 por ciento de datos clínicos sin digitalizar”.

Ignacio Hernández Medrano.

La secuenciación del genoma, al alcance de la mano

El sueño –o la pesadilla, según se mire– de que un ordenador pueda realizar un diagnóstico certero todavía no se ha
conseguido, a pesar de que desde 2012 hay un premio de 10 millones de dólares en Silicon Valley (la cuna mundial de la informática) para desarrollar un algoritmo que permita diagnosticar mejor “que un equipo de médicos bien entrenado”, ha detallado Ignacio Hernández Medrano, adjunto a la Dirección Ejecutiva del Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria. “Pero probablemente no estemos tan lejos”.

Hernández Medrano no hace un brindis al sol: el desarrollo tecnológico da pasos de gigante en corto espacio de tiempo. Pone como ejemplo la secuenciación del genoma: a principios de la década pasada se consiguió pero costó mucho tiempo y dinero; ahora, se puede hacer por 300 dólares (267 euros), por lo que en breve “todo el mundo secuenciará su genoma”. Además, recalca el interés de los tecnólogos por la biotecnología, que vaticina que “se va a democratizar como hizo en su momento con la informática”.

Cuentas pendientes

Pero ojo: para aprovecharse del ‘maná’ que genera el análisis de grandes cantidades de datos quedan, no hay que olvidarse, algunas barreras más profanas, ha avisado Julio Sánchez Fierro, vicepresidente del Consejo Asesor de Sanidad, que ha moderado la mesa. “Falta cultura colaborativa”, ha advertido, “y consenso social e institucional al respecto”. Ha puesto como ejemplo puntual el rechazo del parlamento catalán al proyecto de ‘big data’ en la región, y es que hay suspicacias sobre su utilización por empresas privadas.

Según Sánchez Fierro, la sociedad tiene la convicción de la importancia del ‘big data’, pero para pasar al ‘open data’ (datos abiertos y en disposición de usarse) “primero hay que aprobar la anterior asignatura”.

A la izquierda, José Manuel Martínez Sesmero durante su ponencia. En la imagen de la derecha, Ismael Sánchez, director editorial de Sanitaria 2000, conversa con Julio Sánchez Fierro y Andrés García Palomo.


En la imagen de la izquierda, María Antonia Pedraza y Araceli López, del Complejo Asistencial de Ávila. A continuación, Joaquín Giráldez, ex presidente de la Comisión Nacional de Farmacia Hospitalaria, y Marcos Domínguez, periodista de Sanitaria 2000.


En la imagen de la izquierda, José Luis Poveda, presidente de la SEFH, posa junto a Julio Sánchez Fierro y Ricardo López, director general de Sanitaria 2000. A la derecha, Federico Tutau, jefe de Farmacia del Hospital del Henares; Juan Carlos Valenzuela, vicepresidente de la Comisión Nacional de la Especialidad de Farmacia Hospitalaria y Atención Primaria, y Miguel Ángel Calleja, jefe de Farmacia del Virgen de las Nieves y vicepresidente de la SEFH.


De izquierda a derecha: José María Morera y Emma Castro, de Gilead, y Ana Rosa Rubio y José Manuel Martínez, del Complejo Hospitalario de Toledo.


María Dolores Fraga, vicecoordinadora del Grupo Génesis de la SEFH, junto a Ana María Molinero, vicepresidenta segunda de Sefac.
A continuación, Nuria Fernández, periodista de Sanitaria 2000, junto a Ignacio Hernández, adjunto a la Dirección Ejecutiva del Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria.


En la primera imagen, Gabriel Ramírez, director de la Unidad de Gestión Clínica de Farmacia del Hospital Universitario Virgen de la Macarena, y Lore Guisasola, farmacéutica adjunta del Hospital Txagorritxu. En la de la derecha, Julio Sánchez Fierro, vicepresidente del Consejo Asesor de Sanidad, charla con Eduardo Ortega, periodista de Sanitaria 2000.


 Macrodatos que nos hacen más pequeños

Ismael Sánchez / Imagen: Miguel Fernández de Vega. Madrid

El progreso acelera una barbaridad, con todas sus fantásticas posibilidades. Mientras tanto, hay que seguir gestionando el urgente día a día, con sus miserias y pesares. Francamente, es muy difícil conciliar ambos escenarios y no solo para los farmacéuticos de hospital que escucharon maravillas de las posibilidades del big data, pero que a renglón seguido tuvieron que deprimirse y empequeñecerse al constatar el lentísimo discurrir de un proyecto como la gestión clínica, tan evidente como improbable.

A la derecha, difuminados, los ponentes García Palomo y Hernández Medrano.

Dos ponentes muy diferentes, pero muy atractivos, nos abrieron las puertas de par en par al universo de los macrodatos, como propone nombrar la Fundeu a uno de los términos de moda, no solo en la sanidad. Cada uno en un registro muy diferente, pero ambos con la capacidad de maravillar, prometiendo mundos inexplorados, que parecen discurrir a años luz, pero que están a la vuelta de la esquina. Primero el oncólogo García Palomo, serio, riguroso e implacable en el uso de evidencias. Después el neurólogo Hernández Medrano, audaz, desinhibido y hasta irreverente. Los dos coincidieron en que la revolución tecnológica terminará, más pronto que tarde, por revolucionar nuestro pequeño y estático sistema sanitario.

Y lo revolucionará porque el sistema está en crisis. No sólo el Sistema Nacional de Salud español, sino muchos otros de países a los que admiramos. El problema secular, que atraviesa todos ellos, es la ineficiencia. Y para combatirla, nada mejor que el ‘big data’, sostiene García Palomo, convencido de que el uso ordenado de la información (definida por las cinco uves: volumen, variedad, velocidad, veracidad y validez) evitará el peligro de derrumbe del sistema. El oncólogo augura que, gracias al big data, pasaremos de una asistencia prestada en el hospital a una asistencia prestada desde el hospital. No es una quimera, ya hay algunos ejemplos en marcha, como el Sant Joan de Deu, el ya conocido como hospital líquido.

Más inclinado a la emoción, que es un poco fantasiosa, Hernández Medrano compartió con entusiasmo sus expectativas: “Vivimos en una permanente explosión de datos. Los acumulamos sin parar y cada vez más. Generamos más conocimiento del que somos capaces de absorber”. Pequeñitos en una planicie futurista, rodeados de ordenadores capacitadísimos para encontrar cualquier respuesta, a los humanos sólo nos quedará el puñetero arte de la pregunta, ora capciosa, ora insidiosa.

Pero Hernández Medrano, que a veces parece venir del futuro, como Marty McFly, es tan animoso y positivo como el personaje de Zemeckis. Y más que predecir temores y cambios, prefiere identificar big data con grandes oportunidades. Como por ejemplo va a ocurrir, puede que ya mismo, con la secuenciación del genoma, un gran avance de la humanidad que solo unos años después de ser logrado puede presumir de un acceso universal: “Todos dispondremos de nuestro genoma”, ha predicho, marcando el camino a la llegada de la medicina de precisión que es en realidad a lo que siempre ha aspirado la medicina poblacional de siempre.

El cierre rozó, de manera seguramente voluntaria, un simpático apocalipsis: el proyecto secreto de Google, llamado Calico, para investigar el envejecimiento y quién sabe si, gracias a los macrodatos, apuntar al deseo último del hombre: la inmortalidad. Por soñar que no quede.

De tan grandes que nos supusimos durante las intervenciones, terminamos en realidad siendo muy pequeños, como acertadamente apuntó José Luis Poveda, mientras se arremangaba para hablar de una cosa tan terrenal, tan aburrida, pero ciertamente necesaria, como la gestión clínica, también para los farmacéuticos de hospital. El big data nos había dejado tan noqueados que volver al mundo real pareció toda una hazaña.

La gestión clínica tiene que demostrar resultados

Marcos Domínguez / Imagen: Miguel Fernández de Vega. Gredos (Ávila)
Las unidades de gestión clínica son una oportunidad para fomentar la participación y la corresponsabilidad de los profesionales sanitarios en diferentes ámbitos, fijando objetivos comunes y tomando decisiones compartidas y asumidas por todo el equipo. Sin embargo, este modelo de gestión, diferente al tradicional, se enfrenta a diversas dificultades y, la mayor de ellas, es la de tener que demostrar mejores resultados para los pacientes.

De izquierda a derecha: Ramírez, Poveda, Juan, Pedraza y Aleo.


Es una de las conclusiones a las que han llegado los especialistas reunidos por Sanitaria 2000 para charlar sobre el papel del farmacéutico en estas unidades, en el marco del I Encuentro Global de Farmacia Hospitalaria, patrocinado por Becton Dickinson y Gilead. Antoni Juan Pastor, director asistencial del Institut Català de la Salut, así lo ha expresado, señalando que deben dirigirse tanto a la gestión de los materiales como de los recursos humanos.

Antoni Juan: el farmacéutico, figura fundamental para la gestión clínica.

No obstante, Gabriel Ramírez Soto, director de la Unidad de Gestión Clínica de Farmacia del Hospital Universitario Virgen de la Macarena, ha señalado que, a pesar del peso de la Farmacia y de que los clínicos han aprendido a valorar la perspectiva del farmacéutico haciendo converger los objetivos de unos y otros, “no tenemos capacidad de maniobra en la gestión de personal”.

El prespuesto de Farmacia, punto delicado

Ramírez ha afirmado que los presupuestos de Farmacia, de las mayores partidas del hospital, son “una de las mayores dificultades que tenemos cuando nos enfrentamos a estructuras clásicas de gestión”. En cambio, Esther Aleo Luján, directora del Instituto del Niño y del Adolescente del Clínico San Carlos (que agrupa Pediatría, Neonatología y Cirugía Pediátrica), ha afirmado la ventaja que es trabajar interrelacionadamente con el Servicio de Farmacia. “Tenemos un servicio muy colaborativo”, ha explicado, “y tenemos reuniones mensuales con ellos y con la subdirección de gestión económica”, vitales para el funcionamiento adecuado del Instituto.

José Luis Poveda y Gabriel Ramírez Soto.

Más allá de lo puramente económico, Aleo reconoce el valor del farmacéutico dentro del equipo “en cuanto a la seguridad del paciente”. Por ejemplo, a través de formulaciones específicas para neonatos o nutrición parenteral.

Por su parte, María Antonia Pedraza, directora gerente del Complejo Asistencial de Ávila, ha advertido de que las unidades de gestión clínica no solo deben servir para controlar el presupuesto, ya que generarían “un rechazo muy importante, porque pierden su capacidad y cuota de poder”. La autonomía es un aspecto esencial, que se desarrolla en delegación de competencias, transparencia y generación de sistemas de información. Al contrario que en el caso de Ramírez, ha considerado que la gestión de recursos humanos es un aspecto esencial de estas unidades, y que el fin significa “pasar de un modelo de dirección a uno de supervisión”, rompiendo con las diferentes direcciones del hospital.

Figura jurídica definida

Esther Aleo y María Antonia Pedraza.

Pedraza ha considerado que el hecho de que estas unidades no tengan una figura jurídica propia “puede dar cierta seguridad a los profesionales que se están planteando cambiar al nuevo modelo”. En cambio, José Luis Poveda, presidente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) ve este hecho como una desventaja: “No entiendo autonomía y responsabilidad delegada si no van unidas a una figura jurídica”.

Poveda apunta a la necesidad de fijar indicadores “que comprometan a objetivos conjuntos” dentro de las unidades de gestión clínica, que se consiguen gracias a “líderes comprometidos”. Hablando de liderazgo, la polémica sobre quién debe estar al frente de estos equipos es solucionada por Poveda con espíritu práctico: “tienen que dirigirlas quienes lo saben hacer”, más allá de cargos concretos.

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