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6 mar. 2019 17:33H
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MADRID, 6 (EUROPA PRESS)

Las personas que obtienen una baja proporción de sus calorías diarias a través de los carbohidratos, como los granos, las frutas y las verduras con almidón, son significativamente más propensas a desarrollar fibrilación auricular (FA), el trastorno del ritmo cardíaco más común, según ha demostrado un estudio presentado en la 68º Sesión Científica Anual del Colegio Estadounidense de Cardiología.

La investigación, que analizó los registros sanitarios de casi 14.000 personas durante más de dos décadas, es la primera en evaluar la relación entre la ingesta de carbohidratos y FA. Con fibrilación auricular, un tipo de arritmia, el corazón no siempre late o sigue el ritmo como debería, lo que puede provocar palpitaciones, mareos y fatiga. Las personas que la sufren son cinco veces más propensas a sufrir un derrame cerebral que las personas sin la enfermedad. También puede conducir a insuficiencia cardíaca.

La restricción de carbohidratos se ha convertido en una estrategia popular para perder peso en los últimos años. Si bien hay muchas dietas bajas en carbohidratos, incluidas las dietas cetogénica, paleo y Atkins, la mayoría enfatiza las proteínas y limita la ingesta de azúcares, granos, legumbres, frutas y vegetales con almidón.

"El efecto a largo plazo de la restricción de carbohidratos aún es controvertido, especialmente con respecto a su influencia en la enfermedad cardiovascular. Teniendo en cuenta la posible influencia sobre la arritmia, nuestro estudio sugiere que este método popular de control de peso debe recomendarse con precaución", explica el autor principal del estudio, Xiaodong Zhuang, cardiólogo del hospital afiliado a la Universidad Sun Yat-Sen en Guangzhou (China).

Los hallazgos complementan otros estudios anteriores que han asociado dietas bajas y altas en carbohidratos con un mayor riesgo de muerte. Sin embargo, aunque sugirieron que la naturaleza del componente no carbohidrato de la dieta influyó en el patrón general observado, el nuevo estudio no lo hizo. "Las dietas bajas en carbohidratos se asociaron con un mayor riesgo de fibrilación auricular, independientemente del tipo de proteína o grasa utilizada para reemplazar el carbohidrato", comenta Zhuang.

DETALLES DEL ESTUDIO

Los investigadores obtuvieron datos de un estudio supervisado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos que se realizó entre 1985 y 2016. De las casi 14.000 personas que no tenían FA cuando se inscribieron en el estudio, los investigadores identificaron a cerca de 1.900 participantes que posteriormente fueron diagnosticados durante un promedio de 22 años de seguimiento.

Se pidió a los participantes que informaran su ingesta diaria de 66 alimentos diferentes en un cuestionario. Los investigadores utilizaron esta información junto con la base de datos de nutrientes de Harvard para estimar la ingesta diaria de carbohidratos de cada participante y la proporción de calorías diarias provenientes de los carbohidratos. En promedio, los carbohidratos representaban aproximadamente la mitad de las calorías consumidas.

Después, los investigadores dividieron a los participantes en tres grupos que representan una ingesta baja, moderada y alta de carbohidratos, reflejando las dietas en las que los carbohidratos contenían menos del 44,8 por ciento de las calorías diarias, 44,8 a 52,4 por ciento de las calorías y más del 52,4 por ciento de las calorías, respectivamente.

Los participantes que informaron una ingesta baja de carbohidratos fueron los más propensos a desarrollar fibrilación auricular. Estos participantes tenían un 18 por ciento más de probabilidades de desarrollar FA que aquellos con una ingesta moderada de carbohidratos y un 16 por ciento más propensos que aquellos con una ingesta alta.

Según el investigador, puede haber varios mecanismos que podrían explicar por qué la restricción de carbohidratos podría conducir a fibrilación auricular. "Una es que las personas que consumen una dieta baja en carbohidratos tienden a comer menos verduras, frutas y granos, alimentos que se sabe que reducen la inflamación. Sin estos alimentos, las personas pueden experimentar más inflamación, que se ha relacionado con FA. Otra posible explicación es que comer más proteínas y grasas en lugar de alimentos ricos en carbohidratos puede conducir a un estrés oxidativo, que también se ha asociado con FA", detalla el investigador.

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