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13 may. 2019 14:40H
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MADRID, 13 (EUROPA PRESS)

Los bebés de padres mayoes de 45 años tienen un mayor riesgo de nacimiento prematuro, nacimiento tardío, baja puntuación de Apgar (un test que evalúa el estado de un bebé al nacer), bajo peso al nacer, mayor incidencia de convulsiones y defectos congénitos como enfermedad cardíaca congénita y paladar hendido. Además, a medida que maduran, tienen una mayor probabilidad de padecer autismo, cánceres infantiles, trastornos psiquiátricos y cognitivos, según un estudio de la Universidad de Rutgers (Estados Unidos).

El estudio, publicado en la revista 'Maturitas' y que ha revisado 40 años de investigación sobre el efecto de la edad de los padres en la fertilidad, el embarazo y la salud de los niños, también concluye que los hombres mayores de esa edad son menos fértiles, y pueden poner a sus parejas en riesgo de mayores complicaciones del embarazo, como diabetes gestacional, preeclampsia y parto prematuro.

"Aunque se sabe que los cambios fisiológicos que ocurren en las mujeres después de los 35 años pueden afectar la concepción, el embarazo y la salud del niño, la mayoría de los hombres no se dan cuenta de que su edad avanzada puede tener un impacto similar", recuerda la autora principal del estudio, Gloria Bachmann, directora del Instituto de Salud de la Mujer de la Facultad de Medicina Robert Wood Johnson de la Universidad de Rutgers.

La investigadora atribuye la mayoría de estos resultados a un declive natural de la testosterona que ocurre con el envejecimiento, así como a la degradación de los espermatozoides y a una peor calidad del semen. "Además de la edad paterna avanzada que se asocia con un mayor riesgo de infertilidad masculina, parece haber otros cambios adversos que pueden ocurrir en los espermatozoides con el envejecimiento. Por ejemplo, al igual que las personas pierden fuerza muscular, flexibilidad y resistencia con la edad, en los hombres, los espermatozoides también tienden a perder la 'aptitud física' durante el ciclo vital", añade.

El daño al esperma por el estrés del envejecimiento puede llevar a una disminución en el número de espermatozoides y a un cambio en el esperma y el óvulo que se transmite de padres a hijos, y que se incorpora al ADN de las células del cuerpo de los hijos. "Además de reducir el potencial de fertilización, esto también puede influir en el embarazo en sí, como se observa en el aumento de los riesgos del embarazo cuando la concepción tiene éxito", comenta Bachmann.

Según estos científicos, estas mutaciones de la línea germinal o de la herencia también pueden contribuir a la asociación de la edad paterna avanzada y los trastornos en la descendencia, como el diagnóstico de autismo y esquizofrenia en estos niños. "Aunque está bien documentado que los hijos de padres mayores tienen más probabilidades de ser diagnosticados con esquizofrenia, uno de cada 141 bebés con padres menores de 25 años frente a uno de cada 47 con padres mayores de 50, la razón no se entiende bien", argumenta.

Por otra parte, agrega que "algunos estudios han demostrado que el riesgo de autismo comienza a aumentar cuando el padre tiene 30 años, se estanca después de los 40 y luego vuelve a aumentar a los 50". El estudio también encontró que los hombres mayores luchaban con problemas de fertilidad incluso si su pareja tenía menos de 25 años.

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