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22 abr. 2019 18:07H
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MADRID, 22 (EUROPA PRESS)

Investigadores del Hospital Infantil de Philadelphia y de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos) han analizado la cohorte más grande hasta la fecha de pacientes pediátricos con neuroblastoma de alto riesgo tratados con radioterapia de protones (PRT). Según sus hallazgos, esta técnica es efectiva para reducir los tumores y tiene una toxicidad "mínima" para los órganos circundantes.

En un estudio publicado en la revista 'International Journal of Radiation Oncology', los investigadores estudiaron a 45 pacientes con neuroblastoma de alto riesgo que recibieron PRT en ambas instituciones entre 2010 y 2015. A diferencia de la radiación tradicional de fotones mediante rayos X, el PRT es un tratamiento preciso y no invasivo contra el cáncer que utiliza un haz de protones que se mueve a velocidades muy altas para destruir el ADN de las células cancerosas, matándolas e impidiendo que se multipliquen.

Altamente dirigido, el PRT es muy prometedor para el tratamiento de tumores en niños muy pequeños y puede reducir la exposición a la radiación en tejidos sanos en desarrollo que pueden resultar en impactos de por vida. "No solo observamos resultados excelentes y efectos secundarios mínimos que validan el uso de protones en pacientes con neuroblastoma de alto riesgo, sino que respondimos a una pregunta persistente sobre la terapia de protones: la preocupación de que, debido a que es tan específica, los tumores pueden volver a aparecer", explica la autora principal, Christine Hill-Kayser.

Cinco años después del tratamiento, el periodo de estudio más largo registrado en la cohorte más grande de pacientes hasta la fecha, los investigadores observaron resultados excelentes, con el 82 por ciento de los pacientes vivos y el 97 por ciento sin recurrencia de tumores en el sitio primario.

Las toxicidades, o efectos secundarios, se miden en una escala del 1 al 5, siendo el 5 el más grave. Ningún paciente observado en el estudio experimentó toxicidad hepática o renal aguda a largo plazo de grado 3 ó 4, y la mayoría de los pacientes experimentaron efectos secundarios de grado 1 por el PRT.

"Aunque esperamos datos a más largo plazo sobre estos pacientes 10 años después, los excelentes resultados que vemos aquí, junto con el hecho de que el enfoque de protones de precisión no aumentó las tasas de recurrencia, apoyan el uso expandido de la terapia de protones en el neuroblastoma y otros cánceres infantiles de alto riesgo", señalan los científicos.

El neuroblastoma es el cáncer más común en los bebés y representa más del 10 por ciento de todas las muertes por cáncer infantil. Los tumores del neuroblastoma primario son comúnmente tumores suprarrenales, que están muy cerca del riñón, el hígado, el páncreas y el intestino en los niños, lo que los hace difíciles de tratar sin dañar los órganos vitales de los cuerpos diminutos. El tratamiento generalmente implica una combinación de terapias que incluyen quimioterapia, radiación y cirugía.

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