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24 mar. 2023 12:02H
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MADRID, 24 (EUROPA PRESS)

Con motivo del Día Mundial del Cáncer de Cérvix, que se celebra este domingo, 26 de marzo, la Fundación Recover recuerda las diferencias que existen con respecto al tratamiento y la incidencia de esta enfermedad entre los países desarrollados y los que tienen ingresos bajos o medios como los que se encuentran en África subsahariana, donde la tasa de mortalidad de cáncer de cérvix es de 20,8 muertes por cada 100.000 habitantes, siendo esta cifra en España de dos muertes por cada 100.000 habitantes.

El cáncer de cuello de útero o cáncer de cérvix es el segundo tipo más común de cáncer entre las mujeres de todo el mundo, con una incidencia de más de 604.000 nuevos casos en 2020, y una estimación de 342.000 muertes al año, localizadas en un 90 por ciento en países de ingresos bajos y/o medios. Este cáncer alcanza en África unos índices de mortalidad 10 veces superiores a los de España

Las previsiones para la enfermedad en el período de 2010 a 2030 revelan una tendencia ascendente en los casos, siendo mayor el riesgo para las mujeres de países con bajo índice de desarrollo, particularmente del continente africano. Se calcula que, en la actualidad, más de un millón de mujeres padecen este tipo de cáncer, aunque la mayoría de aquellas no han sido diagnosticadas aún, ni tienen acceso a tratamientos que podrían curarlas o prolongarles la vida.

La edad de mayor prevalencia del cáncer de cérvix son los 40-55 años con una variación entre países, de modo que en entornos con menor nivel de desarrollo la edad sería menor.

La diferencia entre países desarrollados y en vías de desarrollo es notable y viene dada en gran medida por programas de cribado y detección precoz puestos en marcha en los países con mayor índice de desarrollo humano que, junto con los tratamientos tempranos de la enfermedad, permiten reducir hasta en un 80 por ciento los fallecimientos.

En África, por el contrario, la detección precoz es escasa y se realiza de manera puntual, pues no existe el hábito entre las mujeres de realizarse revisiones ginecológicas periódicas debido a contar con un sistema sanitario cien por cien de pago. Por otro lado, la alta incidencia de VIH en el continente tiene como resultado el aumento de la población inmunodeprimida y, por tanto, aumenta el riesgo de contraer VPH (virus del papiloma humano), patología que está en el origen del 95 por ciento de los casos de cáncer de cérvix.

La jefa de ginecología y obstetricia del Hospital Universitario Rey Juan Carlos y voluntaria en Fundación Recover, la doctora Charo Nogueiro, explica que, "en los países con bajo índice de desarrollo, en los cuales aparecen la mayoría de los casos y con elevadas tasas de mortalidad, la reducción en la incidencia y muertes es muy lenta". En este sentido insiste en la importancia de "continuar monitorizando el cáncer de cérvix a nivel mundial, especialmente entre los países más desfavorecidos".

Por todo ello, mientras que el cáncer de cuello de útero es en Europa una enfermedad fácil de diagnosticar y de tratar, con unas buenas perspectivas de recuperación, la enfermedad representa una de las mayores causas de mortalidad entre la población femenina en el continente africano.

LA DETECCIÓN PRECOZ COMO OBJETIVO

La importancia de la detección precoz de la enfermedad es uno de los objetivos principales de Fundación Recover. Estas campañas incluyen frotis y posterior lectura, toma de biopsias (ante resultados anómalos) y análisis además de intervenciones según pertinencia (conizaciones e histerectomías).

La Fundación Recover realiza desde 2018 campañas de sensibilización y cirugías terapéuticas en Camerún. Estas campañas giran en torno a un triple objetivo: sensibilizar a las mujeres sobre la importancia de realizar revisiones ginecológicas, diagnosticar con rapidez los casos positivos y suministrar tratamientos tempranos, incluida la realización de cirugías terapéuticas (conizaciones o histerectomías), con el fin de evitar su progresión.

La directora de Fundación Recover, Marta Marañón, asegura que "las campañas de cáncer de cérvix que tienen en marcha en Camerún ayudan a prevenir esta enfermedad, algo que permite actuar rápido con el objetivo de evitar muertes".

LA VACUNA, CLAVE EN LA PREVENCIÓN

Junto a las pruebas de cribado, los tratamientos tempranos y la transferencia de conocimiento, la clave para la prevención del cáncer de cérvix es la vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH).

Así lo recoge el informe 'Estrategia mundial para acelerar la eliminación del cáncer del cuello uterino como problema de salud pública' de 2020 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), donde se insta a vacunar con pauta completa al 90 por ciento de las niñas menores de 15 años antes de 2030, con el fin de alcanzar un umbral de incidencia inferior a cuatro casos por cada 100.000 habitantes de aquí a finales de siglo, por debajo del cual se consideraría erradicada la enfermedad.

En África, la inclusión de la vacuna dentro de los sistemas nacionales de salud avanza lentamente. Ya está presente en países como Botsuana, Cabo Verde, Camerún, Kenia, Mauricio, Mozambique, República sudafricana, Ruanda, Seychelles, o Uganda.

No obstante, en 2020, solo el 13 por ciento de las niñas de entre 9 y 14 años a escala mundial estaban vacunadas contra el VPH. Hay aún unos 80 países -que aglutinan casi dos tercios de la carga mundial del cáncer del cuello uterino- que no cuentan con esa vacuna

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