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14 jun. 2023 18:27H
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MADRID, 14 (EUROPA PRESS)

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha añadido una cuarta prueba a la lista de pruebas precalificadas para detectar el virus del papiloma humano (VPH).

Aunque la mayoría de las infecciones por VPH desaparecen por sí solas, algunos tipos de alto riesgo pueden provocar cáncer cervicouterino. Las pruebas de detección del VPH forman parte integrante del cribado del cáncer cervicouterino.

"Un pilar fundamental de la estrategia de eliminación del cáncer cervicouterino es que los países aumenten la cobertura del cribado con una prueba de alto rendimiento. La precalificación de estas pruebas permite poner a disposición de los países más pruebas de calidad. Este es un paso importante hacia la eliminación del cáncer cervicouterino", ha comentado la directora del Departamento de Enfermedades No Transmisibles de la OMS, Bente Mikkelsen.

El programa de precalificación de la OMS para el diagnóstico 'in vitro' evalúa una serie de pruebas, entre ellas las utilizadas para la detección de genotipos del VPH de alto riesgo en el cribado del cáncer cervicouterino.

La incorporación de otro producto a la lista amplía la gama de pruebas de alto rendimiento a disposición de los países, especialmente en los casos en que los gobiernos, los organismos de las Naciones Unidas o los asociados confían en el programa de la OMS para facilitar sus adquisiciones.

La Asamblea Mundial de la Salud aprobó en 2018 una resolución histórica en la que se pedía la eliminación por primera vez de un cáncer. Desde entonces, la OMS ha estado apoyando a los países a través de su iniciativa emblemática para eliminar el cáncer cervicouterino.

La Estrategia Mundial establece metas para cada uno de los tres pilares estratégicos. Si se alcanzan para 2030, los objetivos situarán a los países en la senda hacia la eliminación del cáncer cervicouterino.

En concreto, los objetivos son que el 90 por ciento de niñas totalmente vacunadas contra el VPH antes de los 15 años; el 70 por ciento de mujeres sometidas a cribado mediante una prueba de alto rendimiento antes de los 35 años, y de nuevo antes de los 45 años; se consiga el tratamiento del 90 por ciento de las mujeres con precáncer y del 90 por ciento de las mujeres con cáncer invasivo.

Incluso en los países en los que se ha introducido la vacuna contra el VPH, los programas de cribado siguen siendo fundamentales para identificar y tratar el precáncer y el cáncer de cuello uterino, a fin de reducir su incidencia y mortalidad.

Las pruebas de detección del VPH ofrecen mejores resultados que los métodos de cribado alternativos, como la citología vaginal y la inspección visual con ácido acético, por ejemplo, lo que ayuda a identificar a más pacientes que necesitan tratamiento.

La mayor calidad también significa que las pacientes que reciben un resultado negativo en una prueba de detección del VPH a menudo pueden esperar más tiempo entre pruebas, lo que beneficia tanto a las pacientes como al sistema sanitario.

Además, algunas pruebas de detección del VPH permiten incluso que la paciente recoja su propia muestra con un simple hisopo, lo que ofrece a las mujeres la posibilidad de someterse a la prueba sin necesidad de que un profesional sanitario les realice un examen pélvico.

Muchas pruebas de detección del VPH pueden incluso realizarse en los mismos equipos que se utilizan para las pruebas de PCR de COVID-19 y las pruebas del VIH, entre otras, por lo que pueden incorporarse a los sistemas de laboratorio existentes.

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