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20 feb. 2019 17:22H
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MADRID, 20 (EUROPA PRESS)

Investigadores del Instituto de Tecnología de Georgia y la Universidad de Emory han validado un método, en un modelo de ratón, que permite detectar en un análisis de orina el rechazo a un órgano trasplantado, evitando así la realizado de una biopsia.

Y es que, un paciente puede sentirse bien y una biopsia puede parecer engañosamente limpia a pesar de que las células T ya han comenzado a atacar un órgano trasplantado. En este sentido, la partícula que cuenta el sensor del método, una nanopartícula, detecta un arma de células T, una enzima llamada granzima B, que empuja a las células de un órgano trasplantado al proceso de autodestrucción llamado apoptosis.

"Antes de que pueda ocurrir cualquier daño a los órganos, las células T tienen que producir granzima B, por lo que este es un método de detección temprana. De hecho, es lo suficientemente sensible como para detectar un posible rechazo antes de ver una lesión significativa en el órgano trasplantado, lo que podría ayudar a los médicos a tratar temprano con el fin de evitar daños", han dicho los expertos, cuyo trabajo ha sido publicado en la revista 'Nature Biomedical Engineering'.

En concreto, en el método las nanopartículas se juntan con óxido de hierro en el medio como una bola, la cual tiene doble recubrimiento con dextrano, un azúcar y polietilenglicol, un ingrediente común en los laxantes, para evitar que el cuerpo se deshaga de él demasiado rápido.

Las partículas se inyectan por vía intravenosa y son demasiado grandes para acumularse en el tejido nativo o para pasar a través de los riñones y fuera del cuerpo, pero lo suficientemente pequeñas como para acumularse en el tejido de los órganos trasplantados que luchan, donde vigilan el rechazo.

Una vez que las células T comienzan a secretar granzima B, esta técnica separa las cadenas de aminoácidos en las células del órgano trasplantado, lo que provoca que las células se desenreden y mueran. "Las púas de las nanopartículas imitan los objetivos de aminoácidos de la granzima en las células, por lo que la enzima corta las púas en la nanopartícula al mismo tiempo. Eso libera las moléculas informadoras, que son tan pequeñas que pueden pasar fácilmente a través de la filtración del riñón y entrar en la orina", han dicho los expertos, en cuyo experimento brillaba la orina de los animales.

Los investigadores planean aumentar su nuevo sensor para detectar la otra causa principal del rechazo del trasplante, los ataques por anticuerpos, que no son células vivas sino proteínas que el cuerpo crea para neutralizar entidades extrañas. "Los anticuerpos matan a sus células diana a través de tipos de enzimas similares. En el futuro, prevemos un solo sensor para detectar ambos tipos de rechazo", han apostillado los expertos.

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