24 oct. 2012 10:39H
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EL CAFÉ DE REDACCIÓN MÉDICA
Lide Verdugo, directora general de Takeda
“La industria tiene que ser responsable y darse cuenta de que las cosas están cambiando”
La compañía aspira a formar parte del pódium de laboratorios en el área de oncología en 2020

Eduardo Ortega Socorro / Imagen: Miguel Ángel Escobar. Madrid
Un año después después de la compra de Nycomed por la nipona Takeda, Lide Verdugo, directora general del laboratorio japonés, acude al plató de Sanitaria 2000 para explicar que ya ha finalizado un proceso de integración por el que Takeda se dota de una mayor presencia comercial en Europa. Verdugo cuenta que la apuesta de la multinacional no pasa por otro vector que no sea el de la innovación, con el objetivo de convertirse en uno de los tres principales laboratorios en el área oncológica para 2020. Asimismo, considera que, en la actual situación de crisis, la industria farmacéutica tiene que ser responsable con el cambio de los tiempos y demostrar la eficacia de los productos desde el punto de vista clínico, médico y económico. De igual forma, respecto al problema de los impagos de la administración, indica que no es un problema ni únicamente de nuestro tiempo ni exclusivamente español.

Lide Verdugo, en la sede de Sanitaria 2000.

Se trata de un momento clave de la compañía que dirige. Finalmente, se ha oficializado la fusión entre ambas empresas, Nycomed y Takeda. ¿Cómo ha sido la culminación de este proceso?

Efectivamente, La compañía lleva un año en un proceso de integración de las dos organizaciones, y finalmente ha sido a finales de septiembre cuando se ha consolidado el nuevo laboratorio a nivel de registro y a nivel de todos los pasos que hay que desarrollar en España para constituir una nueva entidad legal con todos los parabienes. Esto ha sido justo un año después de que se anunciara la compra de Nycomed por Takeda.

Usted era directora por entonces de Nycomed, precisamente, y mantiene el cargo en la nueva compañía. ¿Cree que la operación ha sido positiva?

Yo creo que sí. Las dos organizaciones teníamos presencia en España. En caso de Takeda, como una start up fundada en 2008, con lo cual tenía una estructura bastante más pequeña. En el de Nycomed, fue una start up del año 2005 que me tocó a mí desarrollar, con lo cual la estructura ya estaba un poco más desarrollada. Con todo, estamos hablando de dos organizaciones muy jóvenes en España y en estos procesos siempre hay dos candidatos para una misma posición. En este caso, he tenido la suerte y el privilegio de ser la elegida para hacerme cargo de la operación española.

¿Cómo ha sido el proceso de integración?

La experiencia que tengo de este proceso es que, a diferencia de otros, ha sido un poco más largo, y lo está siendo porque no está todo ni mucho menos terminado, y yo destacaría el aspecto temporal, en el sentido de que es la propia cultura japonesa la que dota de gran importancia al tiempo y a desarrollar las cosas importantes sin premura, para que puedan hacerlo con toda la profundidad y el mimo que necesitan. Los plazos  son más generosos y se dilatan más en el tiempo, lo cual también permite afinar más y tomar decisiones más sopesadas, más robustas, sin caer en errores de bulto por acelerar demasiado las cosas.

Además, todo coincide en un momento del sector y de la realidad económica no sólo española sino europea, muy especial, porque estamos en una dinámica complicada. La propia industria, no sólo Takeda, tiene que estar continuamente reinventándose. Es curioso, porque es como una combinación de la filosofía de la compañía, que concede tiempo al tiempo para que las cosas se hagan bien con un profundo respecto y con fe en las personas, con un entorno muy cambiante, que exige muchísima flexibilidad a la hora de adaptarnos a un mercado y a una situación económica convulsa como la que tenemos. Es cuestión de combinar esos dos elementos.

En estos meses de preparación para el resultado final… ¿Ha percibido cambios en la forma de trabajar con Takeda?

Creo que la cultura japonesa es bastante única, es milenaria. Nuestra propia empresa bastante única en sí misma, porque probablemente sea la compañía farmacéutica más antigua del mundo. Tiene 231 años de historia, y creo que prácticamente ninguna puede remontarse al periodo que va entre la Revolución Francesa y la creación de Estados Unidos. Se crea en Osaka, y su propia historia, dentro de una cultura tan singular como es la japonesa, representa una  permanente adaptación al cambio, teniendo de fondo unos valores y una cultura empresarial muy, muy marcados. La compañía tiene unos valores intrínsecos muy importantes, lo que se viene a llamar el takedaísmo, que están muy arraigados no tan sólo en la compañía, sino en la cultura japonesa, como  son el valor de las personas, poner el foco en hacer las cosas bien con transparencia y con honestidad… Son una serie de elementos que configuran los valores de la compañía, y que han permanecido y han prevalecido estables. Al mismo  tiempo, la compañía se ha ido adaptando a las necesidades de pacientes y médicos, que han ido evolucionando con el paso de los años. Eso es quizá lo más singular de trabajar en una compañía como esta.

¿Y cómo se trasladan todos estos valores?¿Se nota la diferencia entre trabajar en una compañía europea a una japonesa?

Nosotros, en realidad, tenemos una interacción con Japón bastante tamizada, porque tenemos headquarter en  Europa, concretamente en Zurich. Con todo, tenemos mucha interacción con compañeros japoneses, no sólo en reuniones de trabajo, sino también mediante teleconferencias y correo electrónico, con lo que están muy presentes, pero no vamos a Japón regularmente, y nuestro foco está en Europa. ¿Qué si nos llegan los valores de la compañía? Inequívocamente  sí. Takeda hace esfuerzos muy importantes por que sus valores lleguen hasta los empleados, y todo ello a pesar de un momento como el actual, en el que se está generando una nueva Takeda en Europa tras la integración de Nycomed, con valores culturales distintos. Hay un esfuerzo para que todos los empleados se hagan partícipes del takedaísmo y hay una serie de iniciativas en curso, como concursos de haikus, campañas de participación de empleados en valores de compañía… Es muy sensible a generar esa cultura y a que todos participen en ella. Y nuestra responsabilidad como gestores es impulsar esa cultura y participar en todas las actividades y en todas las oportunidades para que esto sea más factible.

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Verdugo explica el proceso de fusión de Nycomed y Takeda que se inició hace un año.

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La directora general de Takeda cuenta los objetivos de la operación.


¿Cuál es el objetivo de la adquisición de Nycomed?

Tiene varios ejes estratégicos que la justifican. El primero es combinar la potencia innovadora, a través de su foco en ciencia y en desarrollar soluciones para pacientes que no las encuentran a su enfermedad,   que es lo que aporta Takeda, con una inversión muy robusta en I+D, con una tradición de apostar siempre por innovación y por su propia capacidad de desarrollar productos innovadores, a través de inversiones que están en el rango del 20 por ciento anualmente, que es de los más altos de la industria en I+D, sin menoscabo de que haya acuerdos de colaboración con universidades y empresas privadas. Por tanto, se combina esa robustez en investigación y desarrollar productos innovadores con presencia geográfica, que es lo que aporta Nycomed, sobre todo en lo que es Europa. Takeda tenía una presencia consolidada en algunos países, pero no estaba en todos. En el caso español, su presencia era reciente y su estructura incipiente, y se han combinado ambas cualidades.

La operación ha sido una de las más importantes del año pasado. ¿Está justificada en un mercado europeo cada vez más a la baja?

Creo que sí, y lo voy a argumentar. Es verdad que Europa está en una situación complicada y el sur del continente, donde está nuestro país, todavía más. Pero no podemos olvidar que España está entre los cinco países más desarrollados y más avanzados en tecnología sanitaria y en el cuidado de la salud de la Unión Europea, con un modelo sanitario que ha sido referente para muchos estados durante mucho tiempo. Yo soy médico, y soy una firme defensora del mismo.  Hay espacio para la mejora, pero nos tenemos que sentir orgullosos.

La compañía tiene un enfoque muy claro: trabajar por los pacientes a través de empleados motivados y de los que entendamos sus necesidades, para desarrollar nuestros productos. Una compañía que trabaja en esta dirección desde hace 231 años y que además lleva todo este tiempo haciéndolo bien, porque si no no podría haber sobrevivido, está por encima de las crisis coyunturales que viven los países y los continentes. Yo pienso que es una apuesta estratégica firme, dado que en Europa siempre habrá centros de referencia en investigación y tratamiento de enfermedades,  centros de conocimiento muy importantes tanto para trabajar con ellos en el ámbito empresarial y desarrollar innovación para ayudar a estos pacientes como para beneficiar a los pacientes de esa innovación. La dimensión temporal de la compañía le permite no estar tan enfocada al corto plazo y tener una visión holística y mucho más ambiciosa del mundo en términos de tiempo.

¿Cómo ha afectado a Takeda la crisis?

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