El 8th International Symposium on Mechanical Thrombectomy Acute Stroke (Symtas 2025), celebrado en Santiago de Compostela, ha vuelto a convertirse en el epicentro del conocimiento clínico y tecnológico en torno al abordaje del ictus isquémico. Esta cita ha reunido a neurólogos, neurorradiólogos intervencionistas e investigadores nacionales e internacionales con un objetivo común: compartir evidencias, tecnologías y estrategias que impulsen un tratamiento más eficaz y personalizado del ictus.
Uno de los protagonistas fue Alejandro González, del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, quien destacó el valor del evento como foro interdisciplinar que permite analizar “ensayos clínicos recientes, innovaciones tecnológicas y estrategias de atención integral”, además de fomentar un “diálogo interdisciplinar, lo que resulta esencial para avanzar en un abordaje más eficaz y personalizado”. Para González, buena parte de ese avance vendrá de la mano de la inteligencia artificial, una herramienta que, según aseguró, “transformará radicalmente el manejo del ictus mediante mejoras en diagnóstico precoz, optimización terapéutica y rehabilitación personalizada”.
En el marco del simposio, González presentó un modelo de machine learning para pronóstico funcional, desarrollado dentro del estudio RCP-Sevilla. En su opinión, la utilidad real de estas herramientas dependerá de la calidad de los datos que las alimentan: “Si la base de datos de trombectomías tiene datos incompletos o inexactos, o si está sesgada hacia ciertos tipos de pacientes o técnicas, cualquier modelo de ML entrenado con ella será limitado”. Añadió que “los modelos de ML en medicina deben someterse a rigurosas pruebas y validaciones clínicas para demostrar su seguridad y eficacia antes de poder utilizarse en la práctica clínica”.
Una visión convergente fue la de Alejandro Tomasello, del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, quien definió a la IA como “un potenciador de nuestras rutinas”, capaz de “facilitar la selección de pacientes, agilizar la toma de decisiones, mejorar la comunicación entre equipos y permitir un manejo más dinámico de grandes volúmenes de datos”. Aunque consideró que su impacto ya es notable, especialmente en imagen médica, advirtió que “el efecto real de la IA dependerá en gran medida de lo bien estructurados que estén nuestros propios protocolos”.
Tomasello reivindicó también el papel de congresos como Symtas en la construcción de conocimiento colectivo. A su juicio, “un congreso no es solamente un espacio donde se aprende. Es, sobre todo, un lugar donde se debate, se confrontan ideas y donde, en ocasiones, pequeñas propuestas marginales comienzan a transformarse hasta convertirse en nuevos centros de conocimiento”. Valoró especialmente el clima humano generado por la organización, reconociendo que “Symtas ha representado no solo una instancia académica, sino también un acto de comunidad y crecimiento compartido”. Elogió la labor del organizador, indicando que “impulsado por Pumar, cuya labor se distingue no solo por su excelencia científica, sino también por su profesionalidad cercana y comprometida, ha logrado reunir a un grupo notable de médicos y especialistas, no solo de España, sino de diferentes lugares”.
La innovación tecnológica de sello español también fue protagonista durante el encuentro, gracias a la presentación de Juan Macho, del Hospital Clínic de Barcelona. En ella abordó los resultados preliminares del estudio S3MTiC, un proyecto liderado por iVascular que evalúa una nueva generación de dispositivos para trombectomía mecánica desarrollados íntegramente en España. Según explicó, “SEMTIC es un esfuerzo por parte de iVascular de aportar datos clínicos que acompañen la entrada al mercado de una nueva línea de tratamiento y nuevas herramientas para el tratamiento del ictus”. En concreto, el estudio incluye un catéter de acceso distal con balón (iNedit), una nueva línea de microcatéteres (iNdeep) y un stent retriever (iNtercept).
iVascular: liderazgo clínico en ictus con sello español
Macho destacó la importancia de presentar estos avances en un foro nacional y con vocación clínica, recordando que “nuestro país ha sido pionero y referente tanto en el tratamiento endovascular del ictus como en su organización sanitaria y administrativa para poder dar respuesta a la enorme demanda sociosanitaria que supone esta patología”. Sin embargo, reconoció que hasta ahora “el desarrollo tecnológico en este campo siempre ha estado completamente liderado por las multinacionales”, por lo que la entrada de empresas nacionales como iVascular representa “una enorme oportunidad para afianzar esta posición de liderazgo clínico en el tratamiento del ictus, así como para racionalizar costes en un entorno sanitario empobrecido y tensionado como el que actualmente tenemos en nuestro país”.
En ese sentido, González coincidió en que “nuestro país esté dando pasos firmes hacia el desarrollo y fabricación de soluciones tecnológicas propias” y valoró que ello suponga una “apuesta por la innovación y la independencia tecnológica, permitiendo adaptar los productos a las necesidades reales de nuestro entorno sanitario y social”.
Macho, por su parte, se mostró “orgulloso y satisfecho” de poder colaborar con la industria nacional. Subrayó que “en momentos sociopolíticos como los que hemos vivido y vivimos, sin caer en nacionalismos rancios, creo que es una gran oportunidad para afianzar y defender nuestro sistema sanitario”. En la misma línea, elogió la excelencia de los dispositivos presentados por iVascular: “Todos ellos cumplen los más altos estándares de calidad e innovación por parte de una empresa que desarrolla y aplica su propia tecnología, ofreciendo soluciones para los pacientes mediante productos innovadores basados en tecnologías propias e integradas”. Explicó que la compañía realiza en su propia sede todas las fases del proceso, “desde la extrusión de los catéteres, a los mallados y los recubrimientos hidrofílicos, sin olvidar un sistema de control de calidad automatizado que analiza el 100% de los dispositivos”, y afirmó que esa “filosofía de integración vertical permite una rápida incorporación de las nuevas ideas y de las mejoras en los dispositivos y más aún una independencia tecnológica, que permitirá una rápida adaptación futura a nuestras necesidades, como profesionales de la salud”.
Tomasello cerró su intervención con una reflexión sobre el papel que debe asumir la industria a partir de ahora. Afirmó que “el papel de las compañías no debe limitarse a ofrecer dispositivos, sino también a colaborar activamente con los líderes sanitarios para garantizar que tecnología y personas trabajen hacia un mismo fin: el beneficio del paciente”. Para ello, consideró esencial que las soluciones estén alineadas con los objetivos clínicos y los recursos disponibles: “Avanzar también significa usar bien los recursos, equilibrando innovación, costes y valor real para el paciente”.
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