Esta tecnología también cuenta con ventajas, especialmente en el diagnóstico precoz y el tratamiento individualizado

La IA promueve el avance hacia un modelo sanitario ágil e individualizado
Médico trabajando con Inteligencia Artificial.


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La tecnología es uno de los principales motores del cambio del mundo. El desarrollo técnico altera la realidad y la propia percepción que tenemos de ella. Incluso, la manera en la que se aborda se modifica con el aterrizaje de nuevas herramientas. Un avance que ha venido encabezado por distintas invenciones a lo largo de la historia. La rueda, la máquina de vapor o el ordenador revolucionaron su época. Ahora, es el turno de la Inteligencia Artificial (IA).  Un instrumento que altera todos los aspectos de la actividad económica, los mercados de trabajo y la sociedad. El ámbito sanitario no es ajeno a su intervención. Eso sí, no todo lo que aportan es positivo. 

Según un informe del Consejo Económico y Social (CES), pese a sus múltiples ventajas, esta entraña distintas amenazas, que pueden derivar en una alta peligrosidad. Uno de los puntos que más preocupa es la protección de datos del paciente, que puede verse en riesgo a través del uso de algunas de estas herramientas. El CES ha remarcado que esta es unos problemas más difíciles de sortear, pero, como mínimo, los desarrolladores de instrumentos que emplean la IA tienen que garantizan que respetan la intimidad personal y familiar durante todo su ciclo de vida. Hay que recordar que los datos sanitarios se consideran información sensible.

A nivel asistencial, la IA puede también ser peligrosa por el desarrollo de sesgos a la hora de analizar a pacientes. Estos pueden provocar un mal diagnóstico o el descarte de determinados pacientes por motivos externos al propio estado físico y mental.


La IA puede comprometer la calidad de las futuras publicaciones científicas



Otros van asociados a uno de los sectores que más se beneficia del empleo de la IA: la investigación sanitaria. Si bien es cierto que esta es fundamental para el desarrollo de nuevas líneas científicas, también puede afectar a los propios trabajos llevados a cabo por los profesionales. Por ejemplo, su uso masivo para la redacción de papers puede comprometer la autenticidad y la calidad de las publicaciones. Asimismo, puede afectar a la comunicación entre profesionales, la atribución de autorías o las retribuciones en ciencia, al abaratar los costes investigadores. Y es que ninguna invención es completamente perfecta.


Ventajas de la IA


No obstante, también ofrece infinitos beneficios, la mencionada innovación puede convertirse en una aliada de los equipos sanitarios y, por ende, de los pacientes. Y es que el organismo considera que esta tecnología puede mejorar el proceso asistencial y la investigación médica. En este sentido, señala el empleo de aplicaciones de IA para el diagnóstico precoz de patologías, el desarrollo de tratamientos personalizados y la automatización de los procesos administrativos en los hospitales. Además, permite el impulso de disciplinas como la Biomedicina, la robótica o la nanotecnología, todas ellas aplicables a las labores asistenciales.

La IA impulsa la digitalización de los servicios sanitarios. Un proceso a través del cual se recortan los tiempos de espera y se agiliza la propia asistencia al paciente. Una mejora que se consigue gracias a que el médico o enfermera pueden centrar su atención completamente en la persona que tiene en frente, al dedicarse la citada herramienta a la realización de tareas menores, como la anotación de la información.


La IA ayuda al diagnóstico precoz, el desarrollo de tratamientos personalizados y la automatización de los procesos administrativos



Por otro lado, esta tecnología es garante de la Medicina de Precisión. Así, la IA se ha convertido en una de las bases del cambio de paradigma del proceso asistencial, cada vez más centrado en el paciente y no en la patología. Y es que esta facilita la producción de terapias avanzadas, la mayoría diseñadas para un único individuo o para un grupo pequeña. Más allá de esto, esta tecnología favorece la exactitud en el procedimiento quirúrgico, gracias a la introducción de la robótica y el análisis digital previo de la intervención.


Aplicaciones reales


En España, existen numerosos proyectos que aúnan IA y salud, tanto procedentes del ámbito público como privado. El trabajo realizado por CES señala varios. Uno de ellos procede del programa Retech -Redes Territoriales de Especialización Tecnológica-, dependiente de la Secretaría de Estado de Digitalización e IA. Se trata del plan Salud Digital Inteligente, con el que se pretende distribuir robótica asistencial entre empresas del sector sanitario.

También menciona la herramienta SiSo, implantada en Castilla-La Mancha. Este ayuda a evaluar la inclusión social a través de la medición de distintas dimensiones, entre las que se incluye la sanitaria. Por otro lado, menciona al algoritmo de IA empleado para detectar posibles fraudes en torno a las bajas laborales. Este -incluido dentro del proyecto LINCE- evalúa el estado de salud de las personas y predice la probabilidad de su aptitud para regresar al trabajo. De esta forma, se sabe que expedientes se han de revisar primero por parte de los técnicos.
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