La jornada ha tratado las principales innovaciones tecnológicas del sector

Cardiva reúne a expertos en Cardiología Intervencionista de toda España
El presidente de Cardiva, Ignacio Vega.


10 mar. 2017 18:30H
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POR MARCOS DOMÍNGUEZ
Cardiva celebra en Marbella su cuarta Reunión de Innovación en Cardiología Intervencionista, a la que han acudido un nutrido grupo de jefe de Servicio de Cardiología y responsables de unidades de Hemodinámica procedentes de hospitales de toda España. Una jornada que ha servido para presentar y debatir las novedades en scoring balloons, stents bioabsorbibles o guías de presión, así como tratar los avances en enfermedad de tronco, entre otros temas de interés para los especialistas.

Redacción Médica ha tenido la oportunidad de charlar con Ignacio Vega, su presidente, sobre los retos de la compañía española de tecnología sanitaria, que prevé para este año dar un salto a nivel productivo y de expansión.

¿Cuáles son las perspectivas de Cardiva para 2017?

Es un año importante porque nos hemos planteado inversiones en España, sobre todo en dos puntos. Primero, en Málaga, con una ampliación de la fábrica de 7.000 metros cuadrados: vamos a ampliar nuestra capacidad de producción. El segundo, en Vizcaya, en Bilbao, en un gran almacén inteligente desde el que vamos a distribuir a todos los puntos de venta de Cardiva.

La segunda parte del crecimiento será abrir Cardiva Italia para atender al tercer país de Europa, tras Portugal y España.

¿Cómo está el sector de la tecnología sanitaria en Cardiología Intervencionista?

Todavía está sometido a una fuerte presión de precios, aunque es una tensión que se va suavizando un poco según mejora la economía del país. Desde el punto de vista de la tecnología, está discutiendo unas innovaciones de mejoras en los productos. Durante este año, no preveo ningún avance tecnológico, sino más bien una asimilación de lo que son las TAVI, también el mundo de los stents en la discusión de los biopolímeros... Pero no se ve un cambio en las tendencias del mercado que llevamos desde los últimos años.

¿Cuál es la vía de la innovación en esta área?

Es complicado responder a la pregunta. Si quitamos los ámbitos de las células madre, de investigación en genética, desde el punto de vista de dispositivos médicos la perspectiva es mejorar lo que hay más que un cambio revolucionario de la tecnología. Es un avance marginal, lento, de los productos que tenemos para ir solucionando los pequeños problemas que siguen subsistiendo con la tecnología actual.

Más evolución que revolución.

Desde luego, en el corto plazo yo creo que es así. No se perfila ningún evento o producto que revolucione el actual estado del tratamiento de estas enfermedades.

Un reto para 2017: la crisis ha quedado atrás, en teoría. ¿Se notará en el sector?

Espero que se note. La crisis produce un control del gasto, y todo control del gasto trae consigo un constreñimiento del consumo para la mejora de los pacientes. Eso tiene que ir avanzando en función de la mejora económica del propio país. Eso no quiere decir que no se haya tratado correctamente a la población aun en crisis, pero siempre que el presupuesto se abra se puede implementar siempre con una mejora en usar más técnicas, tener menos listas de espera, aumentar la actividad... La crisis te hace ser más restrictivo.

¿Se prevé que aumente la inversión pública en estos campos?

Como mínimo, esperemos que no retroceda. El sector sanitario, cuando empieza la crisis, tarda más tiempo en percibirla, y cuando percibe el crecimiento es que la sociedad ya ha la olvidado. Siempre que la economía mejora, el sector sanitario, como tal, también mejora.
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