Se trata de un documento con 200 medidas destinadas a reducir en 2 días la estancia media y los reingresos en un 20%

Primera guía española para acelerar la recuperación en cáncer ginecológico
Profesionales del Servicio de Ginecología de Vall d’Hebron


11 ene. 2022 17:50H
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Acelerar la recuperación y disminuir las complicaciones de las mujeres intervenidas de un cáncer ginecológico es el principal objetivo de la Guía de Recuperación Intensificada en Ginecología Oncológica lanzada por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (Sego).

Este documento, pionero en España, incluye hasta doscientas medidas basadas en la evidencia científica -con sus respectivos indicadores- para optimizar la recuperación y reducir la respuesta al estrés quirúrgico, permitir una mayor rapidez en la recuperación de la función intestinal, mejorar el control del dolor, reducir la estancia hospitalaria, los reingresos y las complicaciones, y favorecer la incorporación de la paciente a su vida normal. 

Dividida en tres partes, la guía incluye recomendaciones tanto para la fase preoperatoria, como para la intraoperatoria y la posoperatoria. En la primera, el consejo, preparación y acompañamiento a la paciente adquiere una relevancia fundamental. Se trata de explicar y empoderar a la paciente en todo el proceso de su intervención, implicándola en el objetivo de acelerar su recuperación.

La optimización de la anemia es otra cuestión crucial en esta fase, por lo que a las pacientes con este problema se les debe aportar hierro de forma venosa u oral durante dos semanas antes para evitar la transfusión de sangre durante la operación.

¿Cuáles son los consejos clave en la operación?


Asimismo, es clave el componente nutricional: por ello, se recomienda la evaluación a través de un test para decidir si la paciente necesita un complemento nutricional de proteínas. Finalmente, otra parte significativa en el preoperatorio es evitar la preparación mecánica del colon, algo que se hacía antiguamente, y que implicaba preparar el intestino de forma muy compleja.

En la fase intraoperatoria, se desaconseja el uso de yodo (Betadine) para desinfectar la piel, recomendándose en su lugar el empleo clorhexidina al 2 por ciento, o el rasurado del vello púbico, que no se estima necesario por lo general, y, en caso de que sea preciso, debe realizarse con maquinilla eléctrica. También se recomienda limitar al máximo el uso de morfina o mórficos para el dolor y practicar una analgesia multimodal a fin de evitar las posibles adicciones, así como el posible impacto que tienen estos fármacos en los factores de crecimiento de los tumores.

Asimismo, en cirugía abierta se recomienda, si resulta necesario, utilizar la anestesia regional o epidural, de manera que la paciente esté 48 horas sin dolor. Se desaconseja igualmente el uso de drenajes abdominales, cuya eliminación mejora el confort y disminuye las secreciones intraabdominales. En cirugía laparoscópica, en lugar de la anestesia epidural, se recomienda la infiltración de los trócares de los puertos de trabajo con el mismo objetivo de disminuir el dolor posoperatorio.

En general, siempre que sea posible, la recomendación es la de realizar una cirugía mínimamente invasiva (robótica o laparoscópica). Otra cuestión relevante es iniciar la movilización de las pacientes a las seis horas de la operación.

Cumplimiento del 80% de las medidas


La guía, elaborada conjuntamente con un grupo multidisciplinar de profesionales del ámbito nacional, se publica después de que diferentes estudios, como el PROFAST, desarrollado en el hospital barcelonés, hayan evidenciado con resultados la eficacia de estos procedimientos. En este estudio, la mediana de estancia hospitalaria se redujo dos días, los reingresos bajaron un 20 por ciento, y también se vio una disminución de la morbilidad de complicaciones menores.

Otro beneficio adicional que se demostró es que, si las pacientes se recuperan antes y se van antes a casa, pueden también iniciar antes los tratamientos oncológicos (quimioterapia, etc.), lo que también podría tener un impacto a futuro en la supervivencia.

Se considera que se debe cumplir un 80 por ciento de los ítems de la guía para que haya un impacto en la estancia mediana, en el descenso de los reingresos y en la comorbilidad. En la adherencia a estos protocolos, la implicación y empoderamiento de la paciente también es crucial, así como  la colaboración de los diferentes profesionales y especialidades resulta fundamental. "En cada fase del proceso son varios los profesionales que participan, y la colaboración es esencial", destaca José Luis Sánchez Iglesias como coordinador del documento. 

Un ejemplo sobre la importancia de esta colaboración es el caso del cáncer de ovario avanzado, una enfermedad donde el tumor está avanzado por toda la cavidad abdominal, y por tanto, las pacientes van a someterse a una cirugía compleja. "Son operaciones que duran 5-7 horas. En estos casos es fundamental que el nutricionista valore a la paciente y le dé el soporte nutricional necesario para que tenga buenas proteínas en el posoperatorio. Además, el psiquiatra prepara a la paciente mentalmente para la cirugía a la que va a someterse, cómo tiene que comportarse, cómo tiene que respirar...", detalla.


Consumo de alcohol durante el embarazo


Al hilo de las publicaciones en la red social Instagram con amplio eco sobre el consumo de alcohol durante el embarazo, desde la Sego insisten en que no existe "ninguna cantidad segura". La recomendación a todas las mueres que deseen un embarazo o estén embarazas es no beber alcohol ya que supone un un factor de riesgo que puede producir muerte fetal, aborto espontáneo, parto prematuro, retraso del crecimiento intrauterino, y bajo peso al nacer.

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