El papel del sanitario en relación a las pseudociencias a debate

Más regulación y menos intrusismo, claves para erradicar las pseudociencias
José Luis Baquero, Jesús María Fernández, Diego Ayuso


26 mar. 2017 20:30H
SE LEE EN 17 minutos
POR CARLOS COROMINAS
En las últimas semanas se ha encendido el debate sobre las pseudociencias y el papel que debe jugar el sanitario a la hora de denunciar posibles malas prácticas. La discusión ha llegado hasta el Congreso a través de una Proposición No de Ley de Ciudadanos y con innumerables reuniones que están manteniendo los diferentes grupos parlamentarios con asociaciones tanto a favor como en contra de dichas prácticas. Tres personalidades del mundo sanitario analizan en este debate de Redacción Médica la situación de las pseudociencias y si es necesaria una mayor regulación.

¿Cuál es su posición en relación a las pseudociencias?

Diego Ayuso, secretario general del Consejo General de Enfermería:
Nuestro posicionamiento como Consejo General de Enfermería en relación a las pseudociencias está enfocado a que siempre haya seguridad para el paciente en todos los tratamientos y cuidados que realizamos como profesionales enfermeros. La evidencia científica debe ser algo fundamental y todos los tratamientos y cuidados que prestamos deben estar avalados de forma científica para avalar esa calidad asistencial.

José Luis Baquero, vicepresidente y responsable del área científica en el Foro Español de Pacientes y asesor científico de la Asociación Española de Trasplantados: Primero tendríamos que definir qué es pseudociencia porque no existe el mismo concepto para todo el mundo. A partir de ahí, en el Foro Español de Pacientes creemos que es necesario perseguir la mala práctica o la producción de daño. Pero también hay que salvaguardar el derecho del paciente a elegir su terapia siempre que el paciente esté bien informado.

Jesús María Fernández, portavoz de Sanidad del PSOE en la Comisión de Sanidad: Estamos ante un debate fundamentalmente orientado a evitar los daños que determinadas terapias no convencionales pueden producir por activa o por pasiva en los pacientes. Por activa, porque generan un daño y por pasiva, porque a veces se usan para derivar a un paciente que está siguiendo una terapia convencional o una terapia que está avalada por la evidencia científica. En el último gobierno socialista se hizo un grupo de trabajo multiprofesional para estudiar el tema de las terapias naturales y salieron tres conclusiones. Una es la enorme heterogeneidad de prácticas a las que nos enfrentamos. La segunda es la escasa evidencia científica que existe sobre muchas de estas terapias. La tercera es la necesidad de regular estas terapias. Tenemos que tener cuidado con los términos porque ya hablar de pseudociencias tiene un matiz negativo. Deberíamos plantearlo sobre cuál es el valor y cómo evitar el daño que producen las terapias no basadas en la evidencia.

¿El primer paso tiene que ser definir qué es pseudociencia?

Barquero: Yo ratificaría que el concepto pseudociencia es peyorativo. Nadie va a asumir que practica una pseudociencia. Me centraría en qué tipo de evidencia tienes para ratificar lo que dices. En cuanto a ese grado de evidencia, hay que exigir unos mínimos de evidencia para que se convierta en terapia habitual o la reglamentada. Es otro el concepto que hay que aplicar y no el de pseudociencia porque es peyorativo.

Jose? Luis Baquero: "El paciente no suele estar bien informado"


¿Cómo se haría esto? ¿A través de un catálogo específico?

Fernández: Además de hacer un catálogo de estas terapias no convencionales deberíamos abordar los distintos supuestos que se están llevando a la práctica. Hay que distinguir cuál es el grado de evidencia que tienen estas terapias y cómo informamos a los pacientes de qué deben esperar de estas terapias. Hay que ver cómo regulamos su publicidad y cómo perseguimos la publicidad engañosa ya que hay mucho de estos casos. También hay que abordar el intrusismo: profesionales que, no estando cualificados para realizar determinadas prácticas, las realizan y no tienen la formación sanitaria que les permite utilizar con prudencia las terapias naturales. La legislación española establece que todos los centros y servicios españoles tienen que tener un titular responsable de una profesión sanitaria acreditada. En ese sentido, un médico o un enfermero que práctica unas terapias naturales tiene una cualificación profesional diferente que una persona que no tiene esa formación reglada sanitaria.

El último aspecto es el de la mala praxis. Existen profesionales que están cualificados, pero que realizan prácticas que pueden ser perjudiciales y que pueden producir un daño. Son supuestos diferentes siempre en relación al uso de terapias no convencionales y que requieren abordajes diferentes: en algunos sitios debe ser regulación de la publicidad, en otro aspecto puede ser abordar la transparencia de registros profesionales.

¿Son suficientes las normas actuales sobre publicidad engañosa e intrusismo?

Ayuso: No es suficiente. Sí que habría que regular lo relacionado con este tema desde la práctica. Nosotros como órgano regulador de la profesión de enfermería tenemos el deber de regular los cuidados y actividades que desarrollan los enfermeros y enfermeras. Debemos velar porque siempre haya una transparencia cuando se ofrecen este tipo de terapias y que se haga con información clara para los pacientes de manera que no haya engaño. Este es el meollo de esto. Que lo que se ofrezca tenga evidencia mayor o menor o que pueda actuar a niveles de reducción de la ansiedad antes de recibir tratamientos. En esto hay muchas alternativas como terapias complementarias y hay que contarlo tal cual: el tratamiento para el cáncer es este, pero con terapias alternativas puede usted tener una reducción de la ansiedad y del estrés con estas otras terapias. Si damos una información clara y hablamos de los beneficios y riesgos que conlleva y el paciente acepta libremente, estaríamos consiguiendo avances en esta línea.

Baquero: Es tan heterogéneo que la regulación se debe mover en mínimos, pero mínimos exigibles: preparación de quien la administra, la información que se suministra al paciente, el derecho del paciente a elegir. Siempre considerando la terapia convencional y esta como complementaria. Sobre todo en un sistema nacional en el que se pretenda dar una cobertura general se tiene que exigir cierto grado de evidencia con aquello que se pretende utilizar.

Jesu?s Mari?a Ferna?ndez: "Tenemos que pedir a los profesionales que denuncien los casos de daños"

Fernández: Precisamente por la heterogeneidad de este problema también está la regulación y las competencias para tomar medidas es muy heterogénea. Está el código penal que condena el intrusismo profesional en el artículo 403 con penas de cárcel para quien suplanta unas cualificaciones que no tiene o realiza funciones que no están recogidas en su catálogo de cualificaciones profesionales. Está el caso de la regulación de la publicidad sanitaria que es una competencia totalmente estatal y compartida con las comunidades autónomas. Por cierto, hace unos meses en la Comisión de Sanidad del Congreso aprobamos una Proposición No de Ley pidiendo al gobierno que dé un paso más en la regulación de la publicidad sanitaria. Intervienen los ayuntamientos, muchas veces dando licencias a centros que podemos llamar parasanitarios que no entran dentro de la legislación sanitaria, pero que sí pueden estar realizando prácticas alternativas como la acupuntura o determinados masajes que implican algún tipo de forzamiento de articulaciones o de partes del cuerpo.

También está todo el papel del movimiento consumidor que recibe reclamaciones y es el primero en detectar situaciones de mala práctica y los colegios profesionales que tienen capacidad para regular y vigilar la publicidad y el intrusismo y dar transparencia al registro de profesionales. Incluso hay países donde los colegios profesionales hacen públicos los casos de condenas por mala práctica que han tenido sus asociados. Creo que es un terreno complejo donde la responsabilidades son muy compartidas y tenemos que abordarlo de manera compartida y sabiendo que es una realidad que existe en la sanidad española y en todos los países y que no es una cosa de ahora.

¿Están los pacientes lo suficientemente informados? ¿Cuál debe ser la responsabilidad del paciente?

Baquero: El paciente no tiene por qué estar muy preparado y muchas veces la información que le llega es sesgada. Además, en su estado de salud es muy permeable a determinada información que le haga un allegado porque está en un grado muchas veces de desesperación y no está en las condiciones más apropiadas para tomar decisiones. Te diría que no está bien informado. Está informado seguramente por una visión parcial, seguramente por una persona que tiene su confianza que no tiene por qué estar bien informado, como puede ser un familiar sin relación con la sanidad. Hay que protegerle con medidas reguladoras de la publicidad y también de la mala praxis y del daño que le puede hacer otra persona. Muchos de estos pacientes en el momento que tienen un daño interponen la denuncia, pero a priori el paciente no suele estar bien informado.

¿Cuál es el papel del sanitario en cuanto a información?

Baquero: Cuando es un profesional sanitario el grado de información que le va a llegar es cualitativamente muy superior al que le va a llegar cuando es alguien ajeno a la profesión sanitaria. El que esté aplicando un tratamiento complementario, la información que le va a llegar cabe esperar que sea de mucha más calidad. Otra cosa es cuando es alguien ajeno a la profesión sanitaria el que está aplicando esa terapia, que apenas tiene garantías.

Ayuso: Las personas que dan este tipo de tratamientos complementarios y terapias alternativas tengan una formación reglada y una titulación académica que avale el desempeño de estas terapias. Si una persona que no tiene una formación sanitaria de ningún tipo y hace un cursillo de 30 horas se pone a hacer masajes puede provocar una lesión en el paciente y eso es lo que debemos evitar. De esta manera tenemos que ver que los profesionales que hagan estas terapias sean profesionales formados y titulados académicamente. Así garantizamos que el tratamiento que se va a dar va a ser más eficaz siempre informando de los beneficios y riesgos y si tiene mayor o menor evidencia.

También hay que plantearlo como un tema de mejora de la situación relacionado con la ansiedad y estrés y son muchas las técnicas que hacen este tipo de mejoras al paciente y son efectivas. Cuando yo fui director en el Hospital Puerta de Hierro tuvimos una experiencia muy interesante con el reiki: cuando se daba al paciente en la sala de hospital de día para administrarse el tratamiento de la quimioterapia y bien antes o después del tratamiento se hacía una sesión de reiki. Era voluntario y gratuito y se trataba de un tratamiento complementario. La evaluación que hicimos es que la satisfacción del paciente superaba el 90 por ciento y la gente decía que tenía una reducción del estrés y que se sentían con más fuerza a partir de esos tratamientos.

Diego Ayuso: "Tenemos que garantizar que los profesionales que hacen estas terapias están formados"

Entiendo que el problema surge cuando una sesión de reiki se convierte en sustituta.

Sí, ese es el problema.

¿Qué opinan de que sean los propios profesionales los que denuncien a otros colegas que practiquen pseudociencias?

Baquero: No se debe perseguir la aplicación de estas terapias. Se debe perseguir la aplicación, es decir: que la aplica quien no debe y que sea un profesional sanitario y esté legitimado o que se haga con mala intención o produciendo un daño. Creo que el paciente puede recurrir a esas terapias como complementos si está bien informado y un profesional puede administrárselas informándole bien y sin causarle un daño. No debe perseguirse la aplicación de la terapia con más o menos evidencia sino el que se le produzca un daño o que se haga con mala intención.

¿Nos referimos solo a daño físico o también a daño económico?

Baquero: Sí, claro, tienes razón. Cualquier tipo de daño que se produzca. Esto es como los malos tratos. Ahora un profesional sanitario que ve un maltrato está obligado a denunciar. Aquí se debería aplicar lo mismo. Quién ve un daño debe ponerlo en conocimiento del órgano regulador que exista.

Fernández: Lo que hay que perseguir y lo que podemos pedir a los profesionales sanitarios es que denuncien los casos de daños comprobados tanto por activa como por pasiva del uso de estas terapias. Deben denunciar también casos como el que se produjo con la persona impulsora de la Asociación contra las Terapias Pseudocientíficas. Él era el padre en un caso en el que un médico, que no era médico, pero que su publicidad hacía ver como que era médico, desvió un tratamiento antineoplásico de un joven hacia unas terapias que no tenían ninguna evidencia científica y, desgraciadamente, el joven falleció. Por tanto, yo creo que deben perseguir o denunciar los casos de daños por activa y por pasiva, pero no el uso de las terapias per se. Ni siquiera cuando se hacen fuera de entornos sanitarios porque sería algo así como pedir a los médicos que hicieran de policías municipales para denunciar que se están haciendo infiltraciones o acupunturas en centros de piercing.

La proposición de Ciudadanos comete dos errores. Uno es que pide a los médicos denuncien los casos de prácticas que pudieran producir daños y no aquellos en los que se produce daño. El segundo es que pone el foco en los médicos cuando este problema que es tan multidimensional y que requiere intervenciones de asociaciones, colegios, instituciones e incluso ayuntamientos. Los profesionales ya tienen bastante con desarrollar una buena labor profesional y creo que no le corresponde.

Baquero: A mí, sin embargo, me gusta que exista un proyecto de ley porque hace que se pueda entrar en un debate en el que se hagan estas matizaciones. Me parece que es un buen paso el que da Ciudadanos. Lo que se debe perseguir es el daño y no la sospecha de que pueda producir daño, pero sí que creo que el profesional sanitario como parte de su labor está denunciar aquella que se le presente delante y no que la persiga. Si a mí se me presenta un caso, como en los malos tratos, debo denunciarlo. No voy a perseguirlo, no voy a buscarlo, porque tengo mis otras labores, pero si se me presenta tengo que denunciarlo. Creo que en esos dos conceptos los pacientes nos sentiríamos mejor resguardados.

Me parece interesante que en otros países los colegios se hagan públicos los casos de mala praxis. Quería preguntarle a Diego por su opinión.

Ayuso: En el caso de mala praxis de uno de nuestros colegiados aparece el expediente disciplinario y sanción, el motivo y se notifica a todos los colegios de España y lo comunicamos a la red europea. Si aquí ha cometido un daño y una mala praxis relacionada con el cuidado eso se registra automáticamente y será comunicado a todos los colegios de tal manera que saltaría cuando una persona quiera ser contratada en una administración pública. A nivel privado es más complejo, pero a nivel público no tendría trabajo.

Conclusiones finales: El papel del sanitario con las Pseudociencias

¿El ciudadano de a pie tiene acceso a ellos?

Ayuso: También. El paciente tiene la posibilidad de ver a las personas que están sancionadas, pero si un ciudadano pide al colegio una información relacionada conmigo tiene derecho a saber si estoy en activo y si he tenido un expediente.

Les pediría que me dieran sus conclusiones al debate.

Fernández: Ha sido muy productivo el debate. Fundamentalmente tenemos que proteger la seguridad del paciente, que el ciudadano tenga buena información sobre qué es lo que puede esperar, es mucho mejor que estas terapias naturales se den en entornos sanitarios y por profesionales sanitarios que saben cuándo y cómo aplicarlas y también que haya colaboración de todas las administraciones y colegios profesionales y las asociaciones de pacientes para perseguir la mala praxis.

Baquero: Ratificando todos los puntos añadiría más. El derecho a la elección de la terapia de un paciente bien informado. Sí pondría un acento en que la legislación sí que cuide a ese paciente ante el riesgo que pueda tener ante una mala praxis. Sí que abogaría porque se llegue a legislar cómo actuar ante un daño objetivable de esta terapia como de cualquier otra.

Ayuso: Definiría, en vez de pseudociencia, terapias alternativas o complementarias que sean aplicadas por profesionales de la salud y que demos una información clara al paciente de riesgos y beneficios y de tal manera que pueda elegir de forma libre si le es útil o no le es útil. 

Debate sobre El papel del sanitario con las Pseudociencias (Parte 1ª)

Debate sobre El papel del sanitario con las Pseudociencias (Parte 2ª)


Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.