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Los profesionales buscan 'blindar' sus competencias ante otras disciplinas e impostores

Intrusismo, una 'guerra' sanitaria que se libra en dos frentes


17 jun. 2017 20:00H
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Guerra abierta contra el intrusismo. Los sanitarios han movilizado toda su artillería a las fronteras de sus competencias para evitar que sean sobrepasadas por otros profesionales del sector o, incluso, por personas carentes del uno de los grados de Ciencias de la Salud. Una batalla que se pelea diariamente en las trincheras de los tribunales, así como en la educación del paciente para que sea capaz de detectar irregularidades y avisar a las autoridades competentes.

Miguel Villafaina, presidente del Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas.

Uno de los ‘generales’ de este conflicto es Miguel Villafaina. El presidente del Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas, recuerda que una de sus batallas más recientes ha sido en contra de las titulaciones superiores en quiroprácticas, una iniciativa que presentaba el Real Centro Universitario Escorial Reina Cristina y que encendió las alarmas dentro del sector. A solo horas de conocerse su existencia, los representantes de la Fisioterapia enviaban una carta con sus críticas a los ministerios de Sanidad y de Educación.

“Los fisioterapeutas que realizan Osteopatía han tenido una formación teórico-práctica con el número de créditos necesarios para asegurar y garantizar los conocimientos para aplicar estas técnicas con la máxima seguridad y calidad, a diferencia de aquellos presuntos intrusos autodenominados osteópatas o quiroprácticos sin ser fisioterapeutas y cuya formación no está contralada ni regulada en España poniendo en peligro a los pacientes que acuden a ellos”, ha explicado el presidente del Consejo a LA REVISTA de Redacción Médica.

Villafaina aclara que, en 2016, se aceptaron 760 denuncias a trámite en 12 autonomías. “Entre las más activas se encuentran Navarra (112) o Andalucía (53), pero también hay una gran labor en los colegios de Murcia (40), País Vasco (28), Castilla y León (16) y Castilla-La Mancha (13)”, precisa. Es importante destacar que un elevado número de las mismas no tienen relación con un traspaso de los límites entre sanitarios, sino a casos de impostores que, sin preparación académica, han asumido el rol de un fisioterapeuta con el fin de lucrarse.  

Un mensaje desde los medios
El Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas da un salto mediático. La institución presentará en las próximas semanas una campaña en los medios de comunicación (radio y televisión) para dar a conocer sus competencias profesionales y advertir a la población del riesgo del intrusismo para su propia salud. “Hemos visto que un paciente informado ayuda a reducir el número de casos de intrusismos en el sector, así como un mayor entendimiento de los efectos contraproducentes que genera”, indica el presidente del consejo, Miguel Villafaina.
Para combatir ambas situaciones, desde el Consejo indican que hay tres frentes que se suelen emplear: “la denuncia en los representantes de Consumo, en inspecciones de Sanidad, y en los propios juzgados”. Villafaina reconoce que las herramientas a mano, sin embargo, aún se quedan un poco cortas.

“Las medidas que se puedan tomar desde la Dirección General de Consumo o Sanidad están muy limitadas y, desde el punto de vista jurídico, solo hay un artículo penal destinado a combatir los casos de intrusismo”, reclama el presidente del Consejo General. De ahí que hayan apostado por un nuevo canal. “Hemos visto que si acudimos a la Guardia Civil hay un proceso más ágil que se puede resolver en, incluso, menos de un año”, adelanta. No obstante, insisten en la necesidad de ampliar un marco legal que ponga fin a “una regulación insuficiente”.

‘PONER LA CORREA’ AL INTRUSISMO

Los veterinarios no son inmunes a esta problemática. Desde la profesión indican que es común que asuman sus labores “falsos profesionales” que, en realidad, son criadores, peluqueros o vendedores de mascotas. Uno de los casos más recientes fue el registrado en Gran Canaria, donde un naturópata fue obligado a pagar una multa por hacerse pasar por veterinario y tratar mascotas sin titulación que le habilite para hacerlo. Sin olvidar el caso de una mujer que vendía cachorros de chihuahua muy enfermos a través de internet y  donde ha intervenido hasta la Guardia Civil.

La Organización Colegial Veterinaria Española también vigila el intrusismo relacionado con otros profesionales de Ciencias de la Salud. Un tema que ha sido abordado en las últimas asambleas generales, donde se ha criticado, por ejemplo, el “intento de la Fisioterapia de introducirse en el mundo animal”, específicamente dentro del área de los caballos. “Esta circunstancia se está produciendo en parte por la existencia de estudios de postgrado en universidades que tienen escuelas de Fisioterapia, que es un ámbito profesional joven y con gran aceptación”, apuntan desde la organización.

Juan José Badiola.

Según explican, el problema se agrava porque “los fisioterapeutas ya están entrando en las clínicas de pequeños animales bajo la tutela de profesionales veterinarios”. De ahí que hayan decidido tomar medidas. “La Organización Colegial Veterinaria ha requerido a cerca de una treintena de centros para que desistan en su pretensión. Algunos se han mostrado receptivos a esos requerimientos comprometiéndose a retirar esa formación. La institución advierte su disposición a acudir a la Justicia en defensa de sus legítimos intereses”, indican portavoces de la institución.

Este no es el único foco de preocupación veterinario. Juan José Badiola, presidente de la organización, también advierte de los intentos por ingresar en el sector por parte de las farmacéuticas. En concreto citan el curso online ‘Farmascotas’ realizado por Bayer, en donde se enseñaba a los farmacéuticos en el ámbito del cuidado de la salud de las mascotas. Al respecto, Badiola ha sido muy tajante: “A los profesionales de la farmacia hay que recordarles que la Medicina animal no es su cometido”.

OTROS ‘FRENTES’

La lucha contra el intrusismo también se extiende hasta los psicólogos. En el Colegio de Psicología de Bizkaia, por ejemplo, se han emprendido medidas para evitar que la población relacione y confunda muchas terapias que trabajan el bienestar, el desarrollo personal, social, y laboral con intervenciones del campo propio de los profesionales de la Psicología. Sin embargo, una de las líneas de actuación más fuertes apunta a evitar el sobrepaso de las competencias profesionales desde la misma formación especializada.

Intrusismo ‘a todo gas’  
El transporte sanitario no está exento de los problemas del intrusismo. Los sindicatos de la empresa Ambuibérica, empresa que ha trabajado durante los últimos seis años con el  Servicio Cántabro de Salud, han criticado que la Federación de Taxis se haya postulado a la nueva convocatoria de un contrato de 48 millones de euros con el objetivo de poder garantizar el traslado de los pacientes al centro sanitario. La propuesta no ha tardado en ser tachada de intrusismo, al mismo tiempo que se critican que se intente “que otros traguemos con que gente sin formación quiera meter los dedos dentro de un sector que requiere algo más que un carné de conducir".
La fórmula de los psicólogos pasa por acordar, con el Ministerio de Educación, la reserva de denominación de título. Una medida que les beneficiará en dos sentidos: el primero impedir que se inauguren facultades de Psicología especializadas en un área específica (como ya se han presentado algunas peticiones frenadas por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación) y obligar a los aspirantes al PIR y al Máster de Psicología General Sanitaria a tener la titulación en esta área de conocimiento. Este último punto dejaría al margen a los pedagogos y psicopedagogos.

Los podólogos, por su parte, han presentado en Valencia una campaña para combatir a todas las empresas que, sin titulados, hacen estudios de la pisada. Para Maite García, presidenta del Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana, “hacer estudios de la pisada ya es casi utilizado por muchas compañías y comercios deportivos como una herramienta de marketing. Y, no sólo esto, tras realizarlo se atreven a proponer tratamientos, plantillas o tipo de calzado que debe utilizarse, por un tipo de profesional que no cuenta con la formación necesaria e imprescindible para realizarla”. Por eso, no descarta la posibilidad de tomar medidas legales.

Los dentistas también han mantenido sus esfuerzos constantes para controlar “esta lacra de la profesión”. Uno de los casos más recientes ha sido el juicio donde participó el Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Asturias, en defensa de una paciente que sufrió una severa infección bucodental y secuelas consistentes en daños anatómicos en quince piezas dentales al ser tratada por un “falso profesional”. Unos daños generados por la colocaron una prótesis fija sin haberle tratado previamente de la enfermedad periodontal que sufría, lo que le provocó graves lesiones en el hueso y las encías. Finalmente, desde el juzgado se impartió una sanción de tres años de inhabilitación por mala praxis, así como una indemnización de 55.000 euros.

MECANISMOS DE DENUNCIA

Los pacientes también pueden ayudar a frenar el intrusismo. El presidente del Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas indica que existen dos canales principales. El más evidente, transmitir la denuncia al colegio oficial de la localidad; el segundo, usar la plataforma digital habilitada por la institución para informar sobre posibles casos de intrusismo laboral. Sin embargo, José Santos, secretario general del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid, amplía las opciones.

José Santos, secretario general del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid.

“En estos casos, lo que solicitamos es que se presente una comunicación, bien por correo electrónico o a través de nuestra ‘App’, Cfisiomad. Pueden enviarnos una fotografía de la publicidad del centro o alguna documentación con la que podamos tener constancia de los datos del presunto pseudo profesional. A partir de ahí se asigna un número de expediente y pasa a ser valorado por parte de la Comisión de Intrusismo”, ha precisado.  

Santos ha recordado que “nuestro empeño es instar a la administración  a que los centros de terapia alternativas estén controlados por la Consejería de Sanidad y garantizar que las terapias que tengan más evidencia científica sean aplicadas solo por profesionales sanitarios”. Un mensaje que ha querido dejar claro para “informar que los acupuntores, osteópatas, quiroprácticos, quiromasajistas, y masajistas deportivos, entre otros, no son en ningún caso una profesión sanitaria que pueda aplicar tratamiento de lesiones a pacientes en España”. 

Los profesionales sanitarios, en general, están movilizando todo su ‘arsenal’ contra el intrusismo. Una sólida defensa que intenta, a través de las sanciones en los juzgados y la concienciación de la población, erradicar una práctica que pone en riesgo la salud de los pacientes, así como la propia reputación alcanzada por algunas disciplinas sanitarias. Es, en otras palabras, una ‘guerra’ abierta donde solo un bando puede ganar.
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