Reelegido presidente de la patronal de la sanidad privada, analiza los principales retos y desafíos del sector en el SNS

Carlos Rus, presidente de ASPE.


14 dic. 2023 19:00H
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Carlos Rus ha sido reelegido presidente de la patronal de la sanidad privada para los próximos cuatro años. Un mandato que pretende ser continuista, pero con nuevos focos. Poner al sector allí donde se toman las decisiones es uno de los principales desafíos de esta nueva etapa, ya que la sanidad privada tiene fuerza para ello: representa el 32 por ciento del PIB y ya realiza más del 40 por ciento de las intervenciones quirúrgicas.

Rus sigue al frente de la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE) en un momento de cambio, con nombramiento de Mónica García como ministra de Sanidad, la primera que no nace del bipartidismo, sino de una nueva fuerza de izquierdas. “Esperamos que haya diálogo”, dice.

En esta entrevista con Redacción Médica, el presidente de ASPE pone soluciones a los principales problemas del Sistema Nacional de Salud (SNS), como la escasez de profesionales y las listas de espera. Además, analiza el modelo Muface, del que señala que “ya se ha firmado su muerte”.

Carlos Rus, reelegido presidente de ASPE, desgrana las líneas principales de su nuevo mandato.


El pasado 16 de noviembre fue elegido de nuevo como presidente de la patronal de la sanidad privada, ASPE. ¿Cuáles son los principales retos que se ha marcado para este mandato?

El mandato tiene que ser continuista, porque los asociados han decidido que siga en la presidencia. Tener un respaldo total es una satisfacción, como lo es que se hayan incorporado actores relevantes a la Junta Directiva, como es el caso de Hospiten y Ribera Salud. Gran parte del éxito que ha tenido ASPE en estos últimos cuatro años ha sido decidir en qué íbamos a focalizar nuestros esfuerzos en un plan estratégico. Este plan ha de continuarse.

Nos hemos dado cuenta de que hemos cometido un pequeño error. Tenemos al paciente en el centro de las instituciones, pero tenemos que ponerlo en el centro de ASPE. Por tanto, vamos a continuar con los retos anteriores pero poniendo al paciente en el centro de la relación institucional y del mensaje que la sanidad privada lanza a los ciudadanos. Ahora más que nunca esto va a ser muy importante.

Tenemos que mantener el alto nivel de diálogo con las instituciones que se ha conseguido. Tenemos una interlocución a nivel de portavocías parlamentarias a los consejeros autonómicos muy alta, también a nivel Ministerio y queremos mantenerla. ¿Por qué? Porque somos el 3,2 por ciento del PIB, hacemos el 42 por ciento de las intervenciones quirúrgicas y el 31 por ciento de las Urgencias. La sanidad privada tiene derecho a estar presente donde se toman las decisiones y a opinar.


"La sanidad privada tiene derecho a estar donde se toman las decisiones. Somos el 3,2% del PIB y hacemos el 42% de las intervenciones quirúrgicas"



Después, tenemos una línea muy importante en torno a la escasez de profesionales, a la necesidad de dotar al sistema de mayor flexibilidad y a una interlocución más formal con el sector asegurador. Somos dos sectores con un desarrollo y profesionalidad muy importante y, sin embargo, seguimos teniendo dieciséis talonarios distintos en las consultas y nuestras relaciones a veces no se encuentran formalizadas en un contrato.

Tenemos una carga administrativa que se podría simplificar y no somos capaces de sentarnos a ponernos de acuerdo. Hay que sobrellevar el problema de la competencia, de poder sentarnos entre sectores, superar ese miedo y llegar a tener un diálogo que nos haga superar y madurar como sector. Somos sectores que están condenados a entenderse y esa es nuestra voluntad. 

Su reelección llega al mismo tiempo que el nombramiento de la nueva ministra de Sanidad, Mónica García. Es la primera ministra que no nace del bipartidismo, sino de una nueva fuerza de izquierdas. ¿Cómo esperan que sea la relación con ella?

Lo primero es que esperamos que la haya. Podemos y Sumar no es lo mismo, pero representan un mismo espectro político. Con Podemos, hasta el día de hoy no hemos conseguido mantener una interlocución normal, es decir, no hemos logrado mantener una reunión partido-patronal. Hemos estado de forma conjunta en eventos, pero nunca una reunión. Esto no lo queremos. Habrá planteamientos en los que difiramos, pero seguro que hay puntos de encuentro y tenemos algo que aportar.

Tenemos un Sistema Nacional de Salud con un componente público y otro privado. El privado es el aliado estratégico, ese recurso que dota de flexibilidad a un sistema que la necesita. Contar con el ámbito privado, sobre todo en un entorno de envejecimiento, de incremento del gasto y de cronicidad, cuando en en gestión somos un modelo de referencia. Sin el concurso de la privada no existirá un sistema nacional ni sostenible ni solvente.  

La sanidad privada espera que haya una relación de diálogo con el 'nuevo' Ministerio de Sanidad.


¿Cuál va a ser la primera petición de ASPE?

La primera: sentarnos y dialogar. No podemos ir con una lista de temas a tratar, tenemos que sentarnos y ver dónde están los puntos de encuentro y desde ahí construir.

¿Cuál es la reforma más urgente que necesita nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS)?

A la parálisis por el análisis. Esta frase la digo porque no hay más análisis que hacer si se tienen perfectamente claros y definidos los problemas que tiene nuestro modelo. Lo que hay que hacer es tomar las decisiones para solventarlos. No se puede hacer desde lo alto de una tribuna, se ha de hacer desde el juego del buscar el convencimiento de otros sectores políticos.

Buscar el pacto, igual que se ha hecho en materia de las pensiones, donde no ha sido ningún drama y se ha ido consiguiendo una mesa que va regulando esa situación, pues lo mismo es en el campo sanitario. Necesitamos llegar a ese entendimiento y, en esa mesa de diálogo, la sanidad privada tiene que tener voz propia. 


"Tardamos diez años en 'fabricar' un médico y nos faltan profesionales. Hay que reformular las competencias"

 

Uno de los grandes problemas que tiene es la escasez de profesionales. ¿Qué medidas concretas propone ASPE para hacerle frente?

Tenemos muchas soluciones. Sabemos que las homologaciones no son la solución, pero son una ayuda. Ya se ha activado un cambio normativo que tenemos que ver. Se establece un periodo máximo de seis meses, se permite la presentación de forma digital y ya no hace falta que personas que provienen de las mismas facultades tengan que pasar procesos independientes. Ahí hay que poner parte del foco.

Después entramos en un tema que es más difícil, el de las competencias profesionales. Llevamos en España 21 años con las mismas competencias, no se han modificado, están reguladas por ley y, es cierto que cabe la delegación, pero necesitamos reformular el sistema. Tardamos diez años en 'fabricar' un médico y nos faltan profesionales.

La Enfermería está cada vez más dotada y mejor formada, pero sigue con las mismas competencias. Y somos uno de los pocos sectores que no estamos dotados de una FP de grado superior y necesitamos que las TCAEs, que son un grado medio, pasen a ser un grado superior donde también tengan una mayor competencia. Vemos que el recurso más escaso y más complicado es el médico, vamos a quitarle tareas que podamos descargar a la Enfermería. Este dotar de mayor competencia a la Enfermería implica un TCAE con mayores competencias. 

En esta formación por competencias, en nuestra apuesta hay soluciones que son más a corto plazo, como la compatibilidad. No tiene sentido que en un país como España no se deje que sea el profesional el que elija si quiere o no compatibilizar. Nos tenemos que pelear por el profesional entre el ámbito público y privado. Si hablamos de ciudades como Madrid, el problema es reducido, pero en la España más 'vaciada' la dificultad por encontrar profesionales nos ha llevado, por ejemplo, a que haya comunidades autónomas donde tenemos pactados los horarios en los que dos profesionales van para dar cobertura al ámbito público y al ámbito privado. Esto ya está ocurriendo. ¿Qué tiene de negativo?

Otro de los grandes problemas que tiene son las listas de espera. ¿Cómo puede ayudar la sanidad privada a aliviarlas?

Forma parte de nuestra naturaleza y nuestra razón de ser acudir allí donde se nos necesita en el ámbito público. Durante el Covid-19 lo hemos demostrado ampliamente. Tenemos ahora otra crisis sanitaria, la de las listas de espera. Las últimas cifras son tremendamente alarmantes. Es sorprendente que se tengan los recursos privados y no se estén usando en la inmensa mayoría de las comunidades autónomas.

La mayoría de las comunidades autónomas no están colaborando con el ámbito privado o lo están haciendo de una forma ínfima en relación al problema de listas de espera. Lo achacamos a que hemos vivido en un periodo muy corto dos procesos electorales y la sanidad privada da un poco de miedo, en el ámbito político se utiliza como piedra arrojadiza. Tenemos que superar este problema y necesitamos que se acuda a la sanidad privada para solucionarlo.

ASPE ha dicho en varias ocasiones que quiere participar en la formación MIR. ¿Cómo logra la sanidad privada fomentar la tutorización MIR, que suele ser un problema de la sanidad pública?

Lo que estamos haciendo es potenciar que haya más hospitales universitarios. Es un primer paso. El hecho de que los alumnos puedan hacer prácticas es un paso más sencillo con el que nos adentramos en el mundo de la universidad. Después necesitamos que los hospitales avancen con la acreditación de unidades docentes, lo que nos permite tener MIR.

Todavía son muy pocas las plazas que tenemos en el ámbito privado, pero llevamos años impulsándolo y hemos visto que se va dando un crecimiento cada vez mayor de hospitales universitarios. Estamos sembrando, tenemos que pasar de estos 100-150 que tenemos en el ámbito privado a 1.000-1.500 plazas.

El problema es que, mientras que en el ámbito público la inmensa mayoría de los hospitales tiene el carácter de general, en el ámbito privado hay hospitales focalizados en dos o tres especialidades. Muchas veces necesitamos la conjunción de varios centros para cumplir los requisitos. Hay que establecer ese diálogo, necesitamos una apuesta por el sector privado.

Carlos Rus espera que se aumenten las plazas MIR en la privada hasta las 1.500.


Hay dos proyectos normativos que preocupan a ASPE. Uno de ellos es la Ley de Equidad, que ahora mismo es una incógnita. ¿Cree que se llegará a ejecutar? ¿Por qué preocupa tanto a la sanidad privada?

Preocupa porque si pensáramos en equidad, sería conseguir los mismos tiempos de acceso independientemente de que hubieras nacido en La Rioja o Canarias; tener la misma tecnología sanitaria, mismo sueldo de los profesionales... etc. Sin embargo, ves una Ley de Equidad que lo que dice es "oiga usted, no colabore con el ámbito privado y si lo hace que sea de una forma excepcional".

Desde el principio, cuando se establece la colaboración público-privada, nunca se tuvo la intención de que tuviera que ser el Estado el que diera ese servicio. La colaboración público-privada nace de una forma absolutamente natural y sigue siendo gestión pública. Está la gestión pública directa, la gestión pública indirecta y la gestión pública de carácter indirecto. Esa Ley de Equidad no establece los mismos plazos de acceso, ni el mismo cuadro médico, ni los mismos servicios, ni las mismas prestaciones ni los mismos salarios de los profesionales. Establece que colaborar con nosotros sea algo excepcional y complica esa colaboración público-privada. 

El otro es la ley de ratios enfermeros. ¿Es posible en España una norma como esta tal cual está planteada?

No se pueden establecer unos ratios enfermeros porque lo primero que vas a provocar es destrucción de empleo. Son ratios de Enfermería que son absolutamente inasumibles porque no hay suficientes enfermeros. Es una ley que debe reformularse desde su base.

Nosotros estamos dispuestos a participar, pero para nada una continuidad del proyecto actual porque carece de sentido y luego no deja de ser un proyecto que invade las competencias de las comunidades autónomas, que son las que tienen la gestión del personal transferida. Además, muchas de ellas en la colaboración público-privada ya establecen ciertos ratios.

¿Qué opina del modelo Muface? ¿Le hace falta una revisión? Tras la mala situación que ha atravesado por la inflación, ¿cree que puede ser el final del modelo Muface tal y como lo conocemos si no se reestructura con más certezas y agilidad para adaptarse a los contextos económicos de cara a buscar empresas que concursen?

Muface es modelo que ideológicamente ha sido muy discutido en los últimos años, en los que muchas veces se ha dicho que se iba a acabar con él. Ahora vuelve a ser un temor. Yo creo que es un modelo de éxito y que se debe extrapolar a otros ámbitos profesionales. Sobre todo cuando hay libertad de elección y cuando entre el 75 y 80 por ciento eligen el ámbito privado. Pero es un modelo que al sector asegurador le resulta absolutamente insatisfactorio, ya que al final los costes son mayores que los ingresos.

¿Por qué continúa el sector asegurador? Porque hay muchos asegurados y porque luego, al sentarse a negociar con nosotros, tiene una mayor capacidad. Luego, el resultado del sector asegurador en su cómputo es positivo, pero en Muface no lo es. Está claro que el modelo tiene que ser sostenible por sí mismo y Muface no lo es. No por nosotros, porque esa carga que nos cae hace que tengamos distintas tarifas. Si el paciente viene por una póliza de Muface tiene distinta tarifa aunque tenga la misma compañía aseguradora. Por otro lado, no se está dejando que se incorpore gente joven al modelo y esto es el fin de Muface. Recordemos que el 80 por ciento del gasto se produce por encima de los 60 años y en Muface cada vez tenemos un funcionario más envejecido.

El final de Muface ya se ha firmado. Estamos acudiendo a una muerte lenta. En los próximos años veremos como más compañías aseguradoras abandonan y hay más centros sanitarios que no tengan ningún tipo de interés en seguir trabajando con este modelo. Para Muface ya se han puesto las bases para que acabe desapareciendo, si no se cambia el rumbo desaparecerá en pocos años. 

Por concluir la entrevista, estamos en un periodo muy bueno en ASPE. Con la buena marcha que tenemos de institución y el nivel de participación de los asociados. Tenemos retos apasionantes desde el punto de vista político y toda la intención de sentarnos con el Ministerio de Sanidad y crear algo juntos.

"Tenemos retos apasionantes desde el punto de vista político y toda la intención de sentarnos con el Ministerio a crear algo juntos", señala Carlos Rus.

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