El verano es una época del año que trae consigo un aumento en la
incidencia de ciertas urgencias médicas. Las actividades al aire libre, los viajes debido a las vacaciones y el cambio en las rutinas diarias contribuyen a que se presenten diversos problemas de salud que tienden a manifestarse con mayor frecuencia durante esta estación. Entre las urgencias más frecuentes, se encuentran
el golpe de calor y la deshidratación, las quemaduras solares, las infecciones gastrointestinales, las picaduras de insectos, los traumatismos y lesiones deportivas y los contratiempos relacionados con las actividades acuáticas.
Francisco Artero, médico de Urgencias de
HLA Clínica Montpellier, destaca la importancia de disponer de un
botiquín de primeros auxilios para afrontar los imprevistos que puedan surgir durante las vacaciones.
Una de las causas de las quemaduras solares graves es la
exposición excesiva a los rayos ultravioleta (UV) sin protección solar adecuada. Los síntomas que se presentan son: enrojecimiento, dolor, hinchazón, ampollas y, en los casos más severos, fiebre y escalofríos. “Ante este tipo de quemaduras, lo primero que hay que hacer es disminuir la temperatura con agua fría y
realizar una cura húmeda con pomada y gasas con vaselina”, indica Artero. El uso regular de protector solar con un factor de protección solar (SPF) adecuado, ropa protectora, sombreros, gafas de sol y evitar la exposición solar directa durante las horas pico (entre las 12 a.m. hasta las 4 p.m.) son medidas que ayudan a prevenir las quemaduras solares.
Por otro lado, en la época estival hay un aumento de la actividad de insectos como
mosquitos, abejas y avispas. Para protegerse contra las picaduras de mosquitos y otros insectos que pueden transmitir enfermedades, es recomendable usar repelentes de insectos que contengan DEET o picaridina además de llevar ropa protectora. Los síntomas que producen este tipo de picaduras suelen estar acompañadas de dolor, hinchazón, enrojecimiento, reacciones alérgicas locales y, en casos severos, anafilaxia. “
Ante la picadura que causa una reacción alérgica severa, se debe administrar adrenalina prescrita, mantener libre la vía aérea, hielo en la picadura y retirar el aguijón si se diera el caso. Si hablamos de una picadura de medusa, debemos limpiar la picadura con agua salada, nunca dulce, aplicar frío y luego una pomada de corticoide que nos indique el profesional médico”, añade.
Síntomas de un golpe de calor
Si mantenemos una exposición prolongada a altas temperaturas unida además a una falta de hidratación adecuada, pueden provocar un golpe de calor y deshidratación. Los síntomas del golpe de calor suelen ser
mareos, náuseas, confusión, piel seca y caliente, un ritmo cardíaco acelerado y, en los casos más graves, una pérdida de conciencia. “Ante un golpe de calor, debemos intentar bajar la temperatura con
baños de agua fría, hielo, ventiladores, etc. Los pacientes con enfermedades cardíacas, diabetes y otras condiciones crónicas pueden deshidratarse de una manera más fácil, agravando sus enfermedades de base. En las personas ancianas, debemos insistir en que mantengan una hidratación adecuada en verano, como si el agua fuese un medicamento, siempre con un vaso al lado”, insiste Artero.
En lo que se refiere a las actividades acuáticas en piscinas, playas, lagos y ríos sin las medidas de seguridad adecuadas, se pueden producir
ahogamientos con su consecuente pérdida de conciencia o lesiones espinales debido a los chapuzones con saltos o de cabeza. “La supervisión constante de los niños en el agua, el aprendizaje de técnicas de natación y de rescate, el cumplimiento de las normas de seguridad en áreas acuáticas y respetar el periodo post-pandrial (tras las comidas) son medidas de prevención ante ahogamientos y lesiones en el agua. Si una persona presencia un posible ahogamiento, hasta que llegue la ayuda médica, tiene que comprobar si el afectado respira y tiene latido cardíaco. En caso negativo,
se deberá practicar que la RCP básica (reanimación cardiopulmonar con masaje cardíaco y respiración boca/boca) y en caso positivo, se debe poner a la persona afectada de lado, en posición de seguridad y esperar hasta que llegue la asistencia médica”, explica el doctor.
Gracias al buen tiempo, se realizan diferentes actividades deportivas y recreativas como pueden ser la natación, montar en bicicleta, practicar deportes de equipo y deportes extremos. Estos últimos pueden provocar diferentes
traumatismos y lesiones como fracturas, esguinces, cortes, contusiones y lesiones en la cabeza. El uso de un equipo de protección adecuado, seguir las normas de seguridad de cada actividad y realizar un calentamiento adecuado antes de la actividad física, pueden ayudar a prevenirlos. “E
l mejor procedimiento para tratar cortes y heridas sufridas al aire libre es la limpieza con agua y jabón y posteriormente con agua oxigenada y/o povidona iodada. En caso de que se produzca una esguince o una fractura, hay que inmovilizar la zona, aplicar hielo y acudir rápidamente al servicio de urgencias. Para evitar emergencias al realizar actividades al aire libre, como el senderismo o el camping, hay que ser prudentes y adecuar la actividad a nuestra capacidad física. Muchos rescates se producen por un agotamiento físico, con lo que ello conlleva: movilización de recursos y personal”, señala el especialista.
Intoxicación alimentaria de vacaciones
En cuanto a las infecciones gastrointestinales, estas pueden darse por el
consumo de alimentos y agua contaminados, especialmente en picnics, barbacoas y viajes. Los síntomas que provoca el consumo de agua contaminada son náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal y fiebre. Para prevenir cualquier tipo de infección, es necesario llevar a cabo
prácticas adecuadas de higiene alimentaria, como lavarse las manos regularmente, cocinar los alimentos a temperaturas seguras, especialmente si hablamos de mariscos y carne, evitar el consumo de alimentos si no conocemos su procedencia y optar por agua embotellada.
Viajar internacionalmente durante el verano es una experiencia emocionante que ofrece la oportunidad de explorar nuevos lugares, culturas y actividades. Sin embargo, es crucial mantener la seguridad y la salud durante estos viajes para garantizar una experiencia positiva y evitar problemas que puedan arruinar las vacaciones. Es recomendable c
onsultar con un médico sobre las vacunas necesarias y recomendadas para el destino elegido, como las vacunas contra la fiebre amarilla, la hepatitis A y B, la fiebre tifoidea y otras enfermedades prevenibles gracias a la vacunación. En algunos destinos, puede ser necesario tomar medicación preventiva para enfermedades como la malaria.
Durante un viaje se recomienda llevar una c
opia de los registros médicos importantes, recetas y una carta del médico en caso de que se precise llevar medicamentos especiales. Es recomendable también conocer la ubicación de los hospitales en el lugar de destino y tener a mano los números de emergencia locales. Tomar todas estas precauciones no sólo ayuda a prevenir cualquier imprevisto médico, sino que también garantiza una experiencia de viaje mucho más agradable y sin contratiempos. “L
a educación en primeros auxilios para el público general es crucial en todas las épocas del año, pero adquiere una relevancia particular durante el verano debido al aumento de actividades al aire libre y el riesgo asociado de accidentes y emergencias médicas. Los conocimientos básicos en primeros auxilios pueden salvar vidas, por eso es fundamental fomentar y facilitar el acceso a programas de capacitación en primeros auxilios”, concluye el especialista.
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