Nicolás González, Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo; Margarita de la Pisa, Patriotas por Europa y Elena Nevado, Partido Popular Europeo.
El
Parlamento Europeo retoma el debate sobre la aplicación de la Biotecnología en las Ciencias de la Salud, aún en fase de negociación, que se extiende desde verano. La Cámara Europea vuelve a mostrar divisiones internas: en julio se discutió el informe
Aspectos de salud pública de la biotecnología y las ciencias de la vida, un texto que aunaba los compromisos de ECR, ESN, Vox y Patriots.
Redacción Médica adelantó entonces la postura de los partidos españoles. En ese momento, el
Partido Popular se mostraba abierto a colaborar con estas corporaciones. De hecho, la eurodiputada Elena Nevado subrayaba la necesidad de “una cooperación estrecha entre la industria, las asociaciones de pacientes y los organismos de salud pública”. Ahora, fuentes de distintos grupos españoles consultadas por este periódico, señalan que el PP europeo negocia “a dos bandas”, elaborando un nuevo texto junto al PSOE, S&D y Renew Europe. Como consecuencia del cambio de parecer, la votación,
prevista para el mes de noviembre, ha sido retrasada.
La doble negociación del PP en Europa
El informe presentado por Vox defiende las aplicaciones de la
biotecnología en el sector de la salud, mencionando tecnologías como CRISPR, vacunas de RNA y la reproducción de órganos en laboratorio para estudiar enfermedades, conocidas como “órgano chip investigation”. "Su objetivo es asegurar que el progreso biotecnológico sirva siempre al bien común, a la dignidad humana y a la confianza de los ciudadanos", defienden desde Vox. El texto detalla cómo estas herramientas pueden contribuir al diagnóstico y tratamiento de dolencias, destacando su papel en enfermedades raras y la importancia de mantener la capacidad para
desarrollar vacunas esenciales para la población. "Europa necesita establecer un equilibrio entre innovación y precaución, avanzando en biotecnología de forma segura y ética, sin paralizar su potencial transformador", aseguran. Además, subraya que ninguna vacuna debería comercializarse sin haber superado previamente todos los controles de seguridad pertinentes y plantea la necesidad de simplificar la regulación, con e
special atención a las pymes. En este sentido, ya en verano, el partido hablaba de la necesidad de
identificar y eliminar los obstáculos que frenan el desarrollo de productos y aplicaciones por parte de las empresas, como la complejidad regulatoria, la falta de inversión o las dificultades en la transferencia de conocimiento entre universidades y sector privado.
Esta era la única propuesta que estaba sobre la mesa. El miércoles
5 de noviembre era la fecha límite para que los distintos grupos que no habían participado en las negociaciones presentaran otras propuestas. Fue entonces cuando se presentó el proyecto alternativo del bloque mayoritario, que se se alió de acuerdo al principio del cordón sanitario y cuyas negociaciones se han llevado de forma paralela a la otra propuesta. Por su parte, el PP también quiso participar en estas negociaciones. “El PP pidió que se retrasara la votación, por lo que se pospuso, y en principio tendrá lugar
el 2 de diciembre”, aseguran a este periódico desde el grupo parlamentario Vox, que también confiesan que se enteraron de forma tardía de las dobles negociaciones del
Partido Popular.
En este punto, las fuentes consultadas apuntan a que existe cierta división interna en el PP europeo. “Varios miembros del partido quieren apoyar el texto de Vox, pero otros se niegan a respaldar un documento, incluso aunque el contenido les convenza e incluya muchas de sus ideas o enmiendas”, afirman a
Redacción Médica desde Vox. Por otro lado, desde el PSOE, donde confirman la doble negociación del Partido Popular, señalan una cuestión electoralista como el l
eitmotiv de esta decisión.
La alternativa del cordón sanitario consta de
más de 40 páginas en las que,
desde el PSOE, aseguran que se recoge la mayoría de las enmiendas presentadas por los grupos. En su caso, en verano ya centraron sus prioridades en la autonomía estratégica, la seguridad y el impulso a la innovación europea. “Es fundamental incorporar la agenda de la competitividad, pero una competitividad real, basada en reforzar nuestras capacidades, no en una desregulación ciega. Apostamos por una arquitectura biotecnológica sustentada en los Derechos Fundamentales”, aseguró entonces
Nicolás González.
Al mismo tiempo, la corporación pidió reforzar la educación y la investigación públicas mediante una mayor
inversión en I+D y la creación de un marco ético que garantizara el acceso equitativo a las terapias avanzadas. Asimismo, propuso
reducir la brecha entre la ciencia básica y la clínica, combatir la desigualdad de género y proteger los datos en el uso de la inteligencia artificial.
En paralelo, advirtió sobre los riesgos de la eugenesia y defendió limitar las terapias génicas al tratamiento de enfermedades hereditarias graves. También exigió mejorar las condiciones laborales del personal investigador, impulsar la formación continua y aumentar el apoyo a las enfermedades desatendidas. Por último, planteó regular el uso del ADN y establecer
mecanismos de retorno público por la inversión estatal en medicamentos, asegurando precios justos y acceso universal para los pacientes.
Diciembre, un mes clave en el SANT
Por su parte, el Partido Popular no da demasiadas pistas sobre su posición. A las preguntas de este periódico, solo contesta que “se está negociando” el informe sobre biotecnología y su votación está prevista para diciembre. Además, recuerdan que están a la espera de la propuesta de la Comisión sobre el
Biotech Act, fechada también para antes de fin de año. Un dato que desde el PSOE también destacan, ya que podría limitar la viabilidad del debate. Y es que, al coincidir ambas propuestas, existe el riesgo de que el expediente del informe quede sin efecto, ya que en ese momento sería necesario presentar enmiendas al texto de la Comisión.
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