Su carácter mínimamente invasivo permite una mayor monitorización para flexibilizar su tratamiento

La biopsia líquida es útil para detectar el cáncer en cualquier estadio
Enrique Lastra, oncólogo del Hospital Universitario de Burgos.


16 may. 2017 13:00H
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POR MARCOS DOMÍNGUEZ
La biopsia líquida –detección del ADN tumoral circundante en fluidos corporales, generalmente en sangre– es una herramienta diagnóstica de gran dinamismo y útil para la detección del cáncer en cualquiera de sus estadios, tanto precoces como avanzados y residuales.

Así lo ha mantenido Enrique Lastra, oncólogo del Hospital Universitario de Burgos, en el marco del III Simposio Nacional de Genómica Aplicada en Oncología, que ha tenido lugar en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas  (CNIO). “Es la única posibilidad cuando no hay tejido sólido, y puede ser complementaria y alternativa a la biopsia sólida”.

Al ser una técnica relativamente reciente, todavía tiene que validar su utilidad en diferentes tipos de cáncer según el estadio. No obstante, su carácter mínimamente invasivo permite monitorizar la enfermedad y flexibilizar el tratamiento en función de su evolución.

Lastra considera que la biopsia líquida ha generado un nuevo paradigma en el manejo de la respuesta al tratamiento debido a su capacidad para “encontrar alteraciones genómicas de resistencia”. Además, ha mostrado un gran potencial en la detección de enfermedad mínima residual que permita ajustar el tratamiento.

Atacar los telómeros

El III Simposio Nacional de Genómica Aplicada en Oncología, que ha sido organizado por la Fundación Quirónsalud, ha contado en su apertura con la conferencia magistral de María Blasco, directora del CNIO. Blasco ha señalado que, gracias a la genómica, se han podido identificar proteínas llamadas shelterinas, que forman el armazón de los telómeros de las células cancerígenas y que, atacándolas, se destruye la célula.

Blasco ha hablado de la proteína TRF1, muy expresada en células madre independientemente de la longitud de los telómeros, y que al ser bloqueada inhibe la proliferación tumoral. Se ha conseguido su bloqueo en ratones con un cáncer agresivo (glioblastoma multiforme) con el uso de algunas moléculas en investigación, y en células humanas también se han conseguido resultados prometedores.

María Blasco, directora del CNIO, conversa con los coordinadores del Simposio, Jaume Capdevila (izquierda), del Centro Médico Teknon, y Enrique Grande, del Ramón y Cajal.


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