Investigadores de CardioCHUS.                                            
                                        
                                        
                                            A pesar de que en los últimos años se han logrado 
grandes avances en el 
tratamiento del cáncer, también han quedado demostrados los
 graves efectos secundarios que experimentan los pacientes. Entre ellos, la 
cardiotoxicidad producida por los
 tratamientos antineoplásicos es uno de los efectos secundarios 
más importantes, repercutiendo negativamente tanto en la 
calidad de vida como en la 
morbimortalidad.
Los investigadores del Ciber de Enfermedades Cardiovasculares (
Cibercv), del grupo cardioCHUS del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago, liderados por 
José Ramón González Juanatey, trabajan en la prevención o tratamiento de la cardiotoxicidad a través de terapias específicas. En un 
estudio reciente de 
Ricardo Lage e 
Isabel Moscoso y financiado por la Fundación Mutua Madrileña, han demostrado que la
 omentina disminuye el daño inducido por el 
docetaxel en
 cardiomiocitos, sugiriendo que los niveles de esta proteína podrían modular la tendencia al desarrollo de cardiotoxicidad en pacientes oncológicos.
	Una adipoquina con efectos beneficios contra la inflamación
Si bien existe una 
sólida conciencia de la asociación entre la 
obesidad y la
 enfermedad cardiovascular, es menos conocida su asociación con el desarrollo de 
distintos tipos de cáncer y una
 mayor susceptibilidad a la 
toxicidad cardiaca. La 
omentina, cuyos niveles
 disminuyen con el sobrepeso y la obesidad, es una 
adipoquina (una proteína metabólicamente activa cuya síntesis tiene lugar en el adipocito y desempeñan función muy importante en la regulación de procesos metabólicos) con 
efectos beneficiosos en las
 respuestas inflamatorias, la
 homeostasis de glucosa y la
 enfermedad cerebro vascular. Niveles bajos de omentina, están relacionados con enfermedad arterial coronaria, insuficiencia cardíaca e infarto agudo de miocardio.
	
		
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					"Localizar a los pacientes con mayor riesgo de cardiotoxicidad permitirá implementar terapias dirigidas a prevenirla" | 
	
Según explica
 Ricardo Lage, “en el trabajo evaluamos los
 efectos del 
tratamiento con omentina frente a la toxicidad inducida por docetaxel, un fármaco ampliamente prescrito en el manejo del 
cáncer de mama y cuyo uso se ha asociado a
 problemas electrofisiológicos,
 isquémicos e
 insuficiencia cardiaca”.   
Los investigadores han demostrado en este estudio que la omentina
 inhibe la muerte celular inducida por docetaxel. La pérdida de cardiomiocitos es uno de los determinantes principales en la progresión de la disfunción cardiaca. Aunque la omentina no logró reducir el estrés oxidativo inducido por el fármaco, si fue capaz de
 disminuir el estrés del retículo endoplásmico sugiriendo su posible
 papel cardioprotector frente a la toxicidad por este tipo de fármacos.
	Implementar terapias dirigidas, en el objetivo
“Se trata de un estudio preliminar que ha de escalarse en pacientes. En primer lugar hemos de estudiar si el desarrollo de toxicidad en los pacientes está relacionado con los niveles de omentina y si estos están a su vez determinados por la obesidad” afirma
 Isabel Moscoso, última firmante del estudio. “Localizar a los pacientes con mayor riesgo de cardiotoxicidad permitirá implementar terapias dirigidas a prevenirla y un manejo adecuado y personalizado del tratamiento oncológico”, detalla.
Actualmente, la 
atención cardiovascular se enfrenta a un
 cambio de paradigma, ya no se trata de evitar la cardiotoxicidad sino
 prevenirla o
 tratarla en un paciente con el tratamiento oncológico óptimo desarrollando terapias específicas basadas en el conocimiento mecanístico del daño cardiaco, de ahí este trabajo impulsado por el grupo del Cibercv en el Hospital Clínico Universitario de Santiago.
                                        
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