Un estudio analiza el papel del cotransportador KCC2 sobre ratones

Universidad de Lethbridge.
Universidad de Lethbridge.


11 ago. 2023 19:10H
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Científicos de la Universidad Laval (Francia) y de la Universidad de Lethbridge (Canadá) han logrado revertir ciertas manifestaciones cognitivas asociadas al alzhéimer en un modelo animal de la enfermedad.

"Aunque todavía no se ha demostrado en humanos, creemos que el mecanismo que hemos descubierto constituye una diana terapéutica muy interesante, porque no sólo ralentiza la progresión de la enfermedad, sino que también restaura parcialmente ciertas funciones cognitivas", ha explicado el líder del estudio, Yves De Koninck, cuyo trabajo se ha publicado en la revista científica 'Brain'.

Estudios anteriores han demostrado que, incluso antes de que aparezcan los síntomas del alzhéimer, la actividad cerebral está alterada en las personas que acaban desarrollando la enfermedad.

"Hay hiperactividad neuronal y desorganización de señales en el cerebro. Nuestra hipótesis es que un mecanismo que regula la actividad neuronal, más concretamente el responsable de inhibir las señales neuronales, está alterado", ha detallado el investigador.

El principal inhibidor de las señales neuronales en el cerebro humano es el neurotransmisor GABA. Funciona en estrecha colaboración con un cotransportador, el KCC2. Se trata de una bomba de iones, situada en la membrana celular, que hace circular iones de cloruro y potasio entre el interior y el exterior de las neuronas.

Una pérdida de KCC2 en la membrana celular puede provocar hiperactividad neuronal. Un estudio ya demostró que los niveles de KCC2 estaban reducidos en los cerebros de pacientes de alzhéimer fallecidos. "Esto nos dio la idea de examinar el papel de la KCC2 en un modelo animal de la enfermedad de alzhéimer", apunta el investigador.


Resultados del estudio en ratones 


Para ello, los científicos utilizaron líneas de ratones que expresaban una manifestación de la enfermedad de alzhéimer. Los investigadores descubrieron que cuando estos ratones alcanzaban la edad de cuatro meses, los niveles de KCC2 disminuían en dos regiones de sus cerebros: el hipocampo y el córtex prefrontal. Estas dos regiones también se ven afectadas en las personas que padecen la enfermedad de alzhéimer.

A la vista de estos resultados, los investigadores recurrieron a una molécula desarrollada en su laboratorio, la CLP290, un activador de la KCC2 que impide su depleción. A corto plazo, la administración de esta molécula a ratones que ya presentaban niveles reducidos de KCC2 mejoró su memoria espacial y su comportamiento social. A largo plazo, el CLP290 los protegió contra el deterioro cognitivo y la hiperactividad neuronal.

"Nuestros resultados no implican que la pérdida de KCC2 cause la enfermedad de alzhéimer. En cambio, sí parece causar un desequilibrio iónico que conduce a una hiperactividad neuronal que puede llevar a la muerte neuronal. Esto sugiere que, impidiendo la pérdida de KCC2, podríamos ralentizar y quizá incluso revertir ciertas manifestaciones de la enfermedad", ha resaltado De Koninck.

Por diversas razones, el CLP290 no puede utilizarse en humanos. El equipo del profesor De Koninck está buscando otras moléculas activadoras de la KCC2 que sean bien toleradas por los enfermos de alzhéimer.

"Hemos desarrollado nuevas moléculas que se están evaluando actualmente en nuestro laboratorio. Paralelamente a esta investigación, estamos probando en humanos fármacos que se utilizan para fines distintos del alzhéimer, con el fin de evaluar sus efectos sobre la KCC2. Reposicionar un fármaco existente aceleraría el trabajo en esta nueva vía terapéutica", ha remachado el investigador.
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