Carlos Martín y su equipo de la Universidad de Zaragoza han creado un antídoto para el que ahora buscan financiación

La vacuna para erradicar la tuberculosis podría estar lista en cinco años
Jesús Gonzalo, Carlos Martín, Nacho Aguilo y Dessi Marinova, parte del equipo de MTBVAC de la Universidad de Zaragoza.


10 abr. 2023 14:20H
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POR ESTEFANÍA DOMINGO
Carlos Martín, catedrático de Microbiología de la Universidad de Zaragoza, lleva treinta años estudiando, palmo a palmo, la tuberculosis (TB). Su objetivo es erradicar una enfermedad que, en países endémicos, sigue provocando el pánico. Mientras en España las cifras están en alrededor de diez casos por cada cien mil habitantes, sigue habiendo lugares en el mundo donde hay dos o tres pacientes por cada cien. La necesidad de atajarlo apremia. 

Parece que este científico español, junto a su equipo, están más cerca que nunca de conseguirlo. El camino ha sido largo pero, en cinco años, el estudio que acaba de empezar podría dar sus frutos para cumplir el sueño. "Es algo muy ambicioso", reconoce Martín a Redacción Médica. Pero eso no les baja en ánimo. Hay que vacunar a un total de siete mil niños para comprobar la efectividad del antídoto. La mitad con BCG, vacuna que se utiliza frente a la tuberculosis, la otra mitad con MTBVAC, la que están construyendo en Zaragoza. 

Se trata de una dosis única, puede conservarse a temperatura ambiente y no tendría demasiado problema para el transporte. Por eso, para este científico español, el paso sería muy grande. "La vacuna siempre aspiró a ser universal, asequible y que se pueda utilizar en el mayor número de casos que se necesite", analiza. 

Por eso, secuencia lo que ya es un "sueño" para él y su equipo: "En teoría, el estudio está diseñado para que sean cinco años". Empezó a finales del año pasado pero se aceleró en febrero o marzo de 2023. Serían cinco años en vacunación, y otros dos de seguimiento. La vacuna 'española' contra la tuberculosis se encuentra en la Fase 3, y se realiza en cuatro centros en Sudáfrica, uno en Senegal y otro en Madagascar. Como en Sudáfrica es donde más incidencia de TB hay, allí será donde se estudiaría la eficacia; la seguridad y la inmunidad, en los tres.

Los plazos se pueden acortar tras la pandemia


De todas formas, estos plazos se podrían acortar porque "son las estimaciones que se han hecho con el número de casos de tuberculosis que se estaban dando anteriores a la pandemia. Ahora no sabemos qué va a pasar. Si el número de casos aumenta y la velocidad de vacunación se acelera, en mucho menos tiempo se podrían tener esas adjudicaciones de casos, que es lo que se ha hecho con los estudios de covid", sostiene sobre la incertidumbre tras la aparición del coronavirus. 

Sabe que todavía no hay nada confirmado y que por cualquier razón, el proyecto se podría caer. Pero han avanzado mucho más que en ninguna otra ocasión, y están a la cabeza de una especie de competición que se ha creado para erradicar la enfermedad infecciosa que más muertes ha producido en la historia de la humanidad. "Se hará primero en bebés pero luego será mucho mayor la inversión. Pero si tenemos esa confirmación de que funciona en bebés, podemos tener una idea completamente revolucionaria", identidica. 

La financiación, un empujón necesario


Han sido tres décadas, pero todavía queda "el paso más importante", admite Carlos Martin. La Unión Europea concedió casi veinte millones de euros al proyecto enmarcados en el proyecto EDCTP (ensayos clinicos en África). "Confiaron en el prometedor proyecto de MTBVAC", asume, "pero ahora necesitamos más".

El motivo es la ausencia de una financiación fija. "Como es una vacuna que no va a dar grandes beneficios, las multinacionales no están interesadas en invertir muchos millones. Entonces, ahora la UE ha invertido 20 millones de euros pero necesitamos más, por eso hemos creado la fundación ‘T-End’", explica el científico español. De esta forma, se esperan otras aportaciones altruistas con el objetivo de "apostar por algo que podemos decir que puede funcionar", sentencia. 
 
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