Sanidad transformará su armazón legal para eliminar los sesgos de género

La ministra de Sanidad, Mónica García, lo tiene claro y así lo dejó patente en la gala de los VII Premios Sanitarias, organizados por Redacción Médica, el pasado jueves: “Es crucial continuar abogando por políticas que promuevan la igualdad de género en el Sistema Nacional de Salud (SNS), desde el acceso a la formación y al desarrollo profesional, hasta el combate por los sesgos de género en salud”. La subestimación de síntomas, las diferencias en el trato del dolor y la desigualdad en la investigación científica son algunos de los aspectos en los que se reflejan esos sesgos, y, a las puertas del Día Internacional de la Mujer -este viernes-, desde la cartera sanitaria subrayan a este medio su compromiso para acabar con ello “incluyendo la perspectiva de género en todas las normativas y estrategias que salgan del Ministerio y reforzando el conocimiento de los profesionales implicados”.

García, en su discurso en los VII Premios Sanitarias, puso el ejemplo del abordaje del infarto agudo de miocardio, cuya patología “está estudiada fundamentalmente en los hombres”. “A los síntomas que afectan a las mujeres se les ha llamado síntomas atípicos”, dijo. Es algo que, en nuevas declaraciones a este periódico, reafirma al subrayar la necesidad de crear “más concienciación” al respecto. “Hay que incluir a la mujer de forma paritaria en los estudios y en los ensayos clínicos, y tener en cuenta las diferencias de género en la sintomatología, en el diagnóstico, en el tratamiento hospitalario y en el farmacológico”, señala.

Para alcanzar esos objetivos, en Sanidad consideran “imprescindible” la colaboración de las sociedades científicas. “Estamos trabajando en ello”, subrayan fuentes ministeriales, que, aunque no deslizan medidas concretas, sí se remiten a tres pilares en los que se apoyan estos objetivos, a saber, la Ley de Igualdad, la Estrategia en Salud Cardiovascular en el SNS y el III Plan Estratégico para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres.

Distinción de las necesidades sanitarias de mujeres y hombres

En el primer caso, el artículo 27 de la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, recoge, de forma específica, medidas para la “integración del principio de igualdad en la política de salud”. “Las políticas, estrategias y programas de salud integrarán, en su formulación, desarrollo y evaluación, las distintas necesidades de mujeres y hombres y las medidas necesarias para abordarlas adecuadamente”, reza el primer apéndice del artículo.

Por su parte, uno de los “puntos críticos” identificados en la Estrategia en Salud Cardiovascular en vigor -la nueva está pendiente de implantarse en su totalidad- se refiere a la necesidad de “estimular la realización de estudios epidemiológicos sobre diferencias de prevalencia de enfermedades cardiovasculares condicionadas por género u otras inequidades”. Entre sus objetivos se halla la incorporación y consolidación de la perspectiva sexo-género en las investigaciones sobre esta clase de dolencias.

En cuanto al III Plan Estratégico para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres, desde Sanidad se destaca su relevancia en tanto en cuanto “recoge la agenda política en materia de igualdad para el periodo 2022-2025”. Se considera “un instrumento básico para la Administración General del Estado, ya que constituye el marco de referencia para alcanzar los cambios sociales necesarios en materia de igualdad”.

Entre otras medidas, este documento recoge la priorización de programas de formación que incluyan conocimientos sobre perspectiva de género en las escuelas de formación del Instituto de Salud Carlos III -la Escuela Nacional de Sanidad y la Escuela Nacional de Medicina del Trabajo-, el refuerzo de las capacidades y competencias de las y los profesionales de la sanidad en integración de la perspectiva de género en sus áreas de actividad, y el impulso de cursos formación para la detección precoz y prevención de la violencia de género, en colaboración con la Escuela Nacional de Sanidad.