Los regímenes basados en everolimus y tacrolimus mejoran el pronóstico de los trasplantados

Identifican las terapias inmunosupresoras ideales en trasplante hepático
De la Mata y Rodríguez Perálvarez, la izquierda. A la derecha, Marta Guerrero.


29 jun. 2017 13:30H
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Investigadores del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (Imibic), el Hospital Universitario Reina Sofía y la Universidad de Córdoba (UCO) han realizado un estudio que evidencia que los tratamientos con inmunosupresores basados en tacrolimus o everolimus mejoran el pronóstico de los pacientes sometidos a trasplante hepático.

Según ha indicado el Imibic en una nota, estos resultados son fruto de un meta-análisis en red, una metodología estadística que puede comparar múltiples opciones de tratamiento en pacientes que comparten una situación clínica determinada, como el trasplante hepático. Mediante dicho análisis es posible combinar los datos provenientes de diferentes estudios y analizarlos como si de un solo ensayo clínico de enormes dimensiones se tratase.

De este modo, es posible generar una clasificación de tratamientos inmunosupresores, identificando aquellos más eficaces y seguros para priorizar su uso en la práctica clínica. El meta-análisis ofrece el grado más alto de evidencia científica y por tanto las recomendaciones derivadas de este tipo de estudios son de gran importancia para la toma de decisiones médicas.

En concreto, en este trabajo en red se han incluido 26 ensayos clínicos que han permitido analizar a un total de 3.842 pacientes sometidos a trasplante hepático en todo el mundo. El estudio ha demostrado que los regímenes de inmunosupresión basados en sirolimus o en ciclosporina se asocian a mayor mortalidad y necesidad de volver a trasplantar, respectivamente, y por tanto no deben usarse como tratamientos de primera línea. Por el contrario, los tratamientos basados en los fármacos tacrolimus o everolimus serían más seguros y efectivos. El artículo final ha sido publicado en la Cochrane Library.

Mínimos efectos secundarios

El trasplante hepático es el único tratamiento curativo para pacientes con enfermedad hepática avanzada o cirrosis hepática y los pacientes sometidos a trasplante dependerán el resto de su vida de un tratamiento inmunosupresor para evitar el rechazo del hígado implantado. Por tanto, es de gran importancia estudiar la combinación óptima de inmunosupresores que permita mantener la función del hígado con los mínimos efectos secundarios posibles.

El éxito de este proyecto es fruto de la colaboración entre el hospital Royal Free de Londres (Inglaterra), el grupo hepato-bilio-pancreático (HPB) de la Cochrane Collaboration y el Imibic. Entre sus autores se encuentran Manuel Rodríguez Perálvarez y Marta Guerrero, investigadores del grupo 'Estrés oxidativo y nitrosativo en hepatopatías agudas y crónicas' del Imibic, dirigido por el profesor Manuel de la Mata. De hecho, los dos investigadores del instituto cordobés han realizado estancias en el centro sanitario londinense para recabar datos y recibir apoyo metodológico.

En este sentido, ambos investigadores han destacado la importancia de establecer vínculos de colaboración internacionales como herramienta para generar evidencia científica de calidad, que sirva para mejorar la asistencia clínica y el pronóstico a largo plazo de los pacientes.
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