La valoración de este aspecto se ha convertido en un 'salvavidas' en Medicina Interna

 Jeffrey Magallanes, Sonia López, Javier Teigell y María Mateos.
Jeffrey Magallanes, Sonia López, Javier Teigell y María Mateos.


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La fragilidad en un paciente debe tenerse en cuenta por el facultativo. De hecho, su adecuada valoración puede llegar a salvar vidas. Aunque, sobre todo, tiene que estudiarse en pacientes pluripatológicos mayores, que son los "más frágiles", aunque no los únicos.

La evaluación de esta fragilidad ha sido el foco temático de la mesa 'Valoración integral y fragilidad en la toma de decisiones complejas', enmarcada en la XII Reunión de Pacientes Crónicos Complejos, organizada por la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). En primer lugar, María Mateos, internista del Hospital Universitario Infanta Cristina, ha explicado cómo influye esta 'característica' en el ámbito quirúrgico.

Y es que "la fragilidad de un paciente puede ser un motivante para desestimar una cirugía". Pero no solo es un arma fundamental en prevención, sino también para optimizar los tratamientos

La fragilidad del paciente desde los quirófanos


Una encuesta realizada por la facultativa a 61 cirujanos muestra que "la mayoría creen que valoran la fragilidad, pero no saben qué es ni la saben valorar, pero la consideran importante en la toma de decisiones quirúrgicas". Aun así, las especialidades son distintas y muy diversas. Incluso ha afirmado que hay que diferenciar "el tipo de cirurgía, la urgencia, el objetivo y la recuperación postoperatoria".


María Mateos, internista del Hospital Universitario Infanta Cristina.



"Una identificación temprana de los pacientes con riesgo permite ofrecer una atención mutldisciplinar e integral", ha matizado. Todo ello con ciertos objetivos, como "la reducción a la mortalidad y la mejora de la calidad de vida posoperatoria". 


Mateos: "Una identificación temprana de los pacientes con riesgo permite ofrecer una atención multidisciplinar e integral"





"De todos los estudios que hay para evaluar la fragilidad, el Clinical Failty Scale (CFS) es la escala con mayor precisión para pedecir mortalidad, discapacidad, estancia hospitalaria prolongada y alta no domiciliaria, entre otros", ha explicado. Eso sí, debe ir acompañada de "una Valoración Integral y Multidimensional (VIMA)".

También existe la escala Frail, "validada en el paciente quirúrgico, aunque más común en el paciente comunitario". Su manejo es más sencillo, ya que incluso el propio paciente puede realizar la valoración.

Opciones de valoración de fragilidad: CFS y Frail


No obstante, Mateos ha subrayado que la CFS está más enfocada en pacientes críticos, de cara a un juicio clínico, y la Frail se puede usar de manera efectiva en Atención Primaria a modo de cuestionario. Ambas acompañadas de una VIMA

Tal y como ha apuntado, "desde Medicina Interna se debe ser más proactivos que reactivos, aparte de que hay que trabajar en equipo". "Además, hay que tener en cuenta que los pacientes quirúrgicos son más frágiles", ha añadido. Pero no solo eso, ya que, para ella, "la formación a internistas y a otros especialistas" en cuanto a fragilidad es fundamental.

Javier Teigell, internista del Hospital Universitario Infanta Cristina.


Respecto a los criterios para indicar tratamiento quimioterápico en pacientes frágiles, Javier Teigell, internista del Hospital Universitario Infanta Cristina, ha explicado cómo abordar la fragilidad de los pacientes oncológicos. "El frágil tiene mayor mortalidad", ha anotado. 


Teigell: "Se recomienda un cribado de fragilidad por encima de los 65 años"



Según las guías oficiales, "se recomienda un cribado de fragilidad por encima de los 65 años". El facultativo ha propuesto dos estrategias. La primera, basada en una VIMA, aunque "es algo que conlleva recursos y tiempo", o "hacer un primer cribado que pueden hacer los oncólogos o las enfermeras de Oncología".

Una de las escalas más importantes para el cribado de fragilidad, desde el punto de vista de Teigell, es la G8. "Se valoran items como la situación nutricional, la polifarmacia y la edad del paciente", ha sumado. Y es que, "aunque solo se hiciera un cribado, se discriminaría bien quiénes son los pacientes que pueden ir a mejor o a peor".

De esta forma, ha planteado que se obtendrían unos mejores resultados si la VIMA no la realizara un oncólogo, "debido a que otros profesionales pueden tener una formación más específica". Una valoración que debe influir "en la decisión del tratamiento oncológico inicial", no a posteriori y que tiene que estar acompañada de intervenciones sobre déficits.

Mejorar la vida del paciente después de la UCI


Aparte de en los quirófanos y en las áreas oncológicas, la fragilidad está muy presente en las unidades de cuidados intensivos (UCI)Sonia López, intensivista del Hospital Universitario Rey Juan Carlos, es conocedora de ello. 

 Sonia López, intensivista del Hospital Universitario Rey Juan Carlos.


Durante su intervención en la mesa, la facultativa ha explicado el síndrome post cuidados intensivos (PICS). Un conjunto de alteraciones físicas, mentales y psiquiátricas que pueden influir en una persona después de padecer una enfermedad grave que requirió de su ingreso en UCI.

Aunque su paso por la unidad no solo afecta a la persona en sí. "Entrar en UCI es como un tsunami que afecta al paciente y a la dinámica de su familia, ya que muchos se van a convertir en cuidadores", ha señalado. Además, "se altera el rol del paciente": "Pasa de ser independiente a ser dependiente".


López: "Debemos hacer de la UCI un ambiente más humano"




Debido a la existencia de este síndrome, "los profesionales sanitarios deben evitar lo máximo posible que aparezca". ¿Cómo? Modificando ciertos aspectos en la atención al paciente. Por ejemplo, emplear fármacos mejor tolerados para sedar o prevenir el delirium. "Vamos a intentar que no tengan alteraciones del sueño y que puedan tener consigo recuerdos en la habitación. Es decir, hacer de la UCI "un ambiente más humano".

Por otro lado, "se debe intentar poner ventilación mecánica los menores días posibles". "Hay que salvar la vida del paciente, pero tenemos que conseguir pueda recuperar su vida", ha afirmado. Pero incluso se debería tener en cuenta la hora de ingreso de un paciente en UCI. "Es mejor ingresarles por el día que por la noche", ha añadido.
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