César Dilú, miembro del Grupo de Trabajo de Salud Digital de Semg
La
Inteligencia Artificial ha vuelto a cambiar las reglas del juego. En este caso, gracias al desarrollo de Delphi DM2, una especie de oráculo tecnológico
capaz de predecir más de 1.000 enfermerdades con 20 años de antelación.
Atención Primaria, como puerta de entrada al sistema sanitario, ve cierta utilidad en el uso de esta herramienta -sobre todo a la hora de impulsar la
prevención de ciertas patologías, en una sanidad todavía demasiado reactiva-, aunque advierte del elevado coste de tiempo y dinero que supondría testear esta herramienta en el Sistema Nacional de Salud (SNS) con datos de pacientes nacionales.
César Dilú, miembro del Grupo de Trabajo de Salud Digital de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) habla de cifras concretas. Implementar en España este modelo, según sus cálculos, requeriría
tres años de ensayos con pacientes de, al menos,
tres comunidades autónomas y una
inversión mínima de entre 3 y 5 millones de euros.
Teniendo en cuenta la falta de una historia interoperable y el decalaje en el desarrollo sanitario autonómico, el experto considera que haría falta
analizar las bases de datos de "tres o cuatro" sistemas de salud autonómicos si se quiere conseguir una evidencia lo suficientemente robusta.
Seguimiento en Primaria
En todo caso, aclara que se trataría de un estudio "retrospectivo" en el que se
analizó la evolución de ciertas enfermerdades en las últimas dos décadas, teniendo en cuenta los datos clínicos y de estilo de vida de una población danesa, compuesta por 400.000 habitantes. Por tanto, todavía es pronto para hablar de un uso clínico de la herramienta Delphi DM 2 "porque no se ha probado" en vida real y lo que plasma son niveles de riesgo. "No es que una persona como tal pueda predecir 20 años antes su enfermedad", declara.
Así, haría falta un
ensayo prospectivo que asignara "una
vigilancia específica" a un grupo de pacientes -esto es, visitas regulares a "su médico de Familia"- durante un número de años determinado para ver, utilizando la IA, "qué enfermedades desarrollan los que están en el grupo del estudio" y cuáles se manifiestan en el resto de pacientes que se encuentran fuera de esta cohorte. Eso sí, habría que esperar entre 3 y 5 años, según Dilú, para ver si existe
consistencia en los datos obtenidos en ambos colectivos, y lograr una inversión de seis cifras para poner en marcha un estudio de tal magnitud.
Proyecto ambicioso
Y es que España apenas cuenta con evidencia en este campo, al no haber investigaciones de este tipo. De momento, el estudio Framingham es el único que desarrolla una línea científica en esta dirección, aunque también "hay experiencias con millones de pacientes, pero a nivel de
Estados Unidos y en Reino Unido". Esto obedece a que, en nuestro país, "se dispensarizan las enfermedades, pero en el tema de la prevención y de los riesgos, hemos bajado un poco la guardia", lamenta el facultativo.
Se trata, en cualquier caso, de "un proyecto importante que necesitaría una
decisión institucional para validar la herramienta en población española", explica este médico de Familia en el CAP Albera Salut de Peralada. La decisión, por tanto, estaría ahora en manos de la Administración, en caso de que quisieran trasladar este modelo a la sanidad española y se "pusieran para ello en contacto con los investigadores del Instituto Europeo de Bioinformática, el Centro Alemán de Investigación Oncológica (DKFZ), y la Universidad de Copenhague" como creadores de este modelo.
Herramienta exclusiva para sanitarios
En cualquier caso, esta IA estaría únicamente dirigida a la práctica clínica, sentencia Dilú. "Claramente, esto no es una herramienta para la población, es una herramienta para los sistemas sanitarios", aclara Dilú, situando la
Atención Primaria como el nivel prioritario para acoger esta nueva herramienta, teniendo en cuenta las carencias que existen, a día de hoy, en el plano preventivo.
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