Familia envía a Sanidad sus recomendaciones para solucionar la falta de tutores y actualizar el programa formativo

SEMG demanda la acreditación continua de plazas docentes y más competencias
Pilar Rodríguez Ledo, vocal de SEMG en la Comisión de Especialidades.


29 oct. 2021 13:50H
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POR IVÁN FERNÁNDEZ
El programa formativo de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria lleva sin actualizarse 11 años. Un periodo de tiempo en el que, según afirma la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), los responsables de las distintas unidades docentes han ido compensando los cambios en las condiciones y necesidades para adaptarse a la situación diaria.

Desde el Ministerio de Sanidad buscan poner fin a este periplo de ausencia normativa y han abierto una consulta pública sobre el programa formativo de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria, los criterios de evaluación de los especialistas en formación y los requisitos de acreditación de las Unidades Docentes Multiprofesionales (UDM) de Atención Familiar y Comunitaria.

El plazo para presentar alegaciones concluyó el pasado lunes 18 de octubre y Redacción Médica ha tenido acceso a las propuestas realizadas por la SEMG. Entre ellas, destacan la ampliación de la formación específica en pandemias y cronicidad, la acreditación permanente de UDM y la flexibilización de la formación en los centros rurales.

Agilizar la acreditación de UDM


En relación a los criterios de acreditación de las UDM, la organización de médicos de Familia considera “necesaria” la modificación del procedimiento y criterios actuales con objeto de agilizarlo y flexibilizarlos para tratar de cumplir el objetivo de incrementar las plazas de formación actuales manteniendo el nivel de calidad docente.

Para caminar hacia este objetivo, proponen que el sistema de solicitud de acreditación de plazas esté abierto de forma permanente y no únicamente en periodos limitados de tiempo. “Así el Ministerio de Sanidad podrá resolver las solicitudes planteadas antes de la siguiente convocatoria. Puede establecerse una fecha límite, pero permitiendo la formulación de solicitudes en el aplicativo informático en todo momento”, detallan.

Una medida que no acarrea ningún cambio normativo y evitaría los problemas de acceso a la aplicación por la concurrencia de usuarios al ser escalonada en el tiempo. Como medida complementaria, la sociedad también recomienda incorporar la figura de la declaración responsable al proceso de acreditación.

“Las declaraciones responsables permitirían el reconocimiento de una nueva acreditación desde el día de su presentación por parte de la Comunidad Autónoma correspondiente, sin perjuicio de las facultades de comprobación, control e inspección que correspondan al Ministerio y, de acuerdo con ello, la posibilidad de su incorporación automática a la siguiente convocatoria”, resaltan en el documento enviado a Sanidad.

La sociedad también propone otras medidas como desvincular las UDM en Primaria de los dispositivos hospitalarios; eliminar la designación de tutores antes de la acreditación de la UDM; reconocimiento expreso de las bibliotecas virtuales o digitales entre los recursos de apoyo o acceso a la producción científica; no establecer un tiempo mínimo de funcionamiento del centro de salud para permitir su acreditación como dispositivo; no exigir la presencia de Pediatría en el centro de salud; y no establecer mínimos de recursos materiales y humanos en el centro o reducir el número de 4 médicos especialistas en MFyC y de 4 enfermeros de cuidados.


Materias "ensenciales" para el programa formativo de Familia


Desde la sociedad científica consideran que se deben incorporar dentro del área docente “competencias esenciales”, no incluidas en el momento actual o “insuficientemente desarrolladas”. En concreto, en el documento enviado a Sanidad, aluden a la cronicidad, envejecimiento sostenible, la salud pública, formación en pandemias, atención comunitaria, trabajo en red, trabajo colaborativo, competencias digitales en salud y gestión de consulta (gestión del tiempo, organización de la demanda, consultas compartidas). “Siendo fundamentales en el desempeño profesional, la necesidad de su incorporación en el programa formativo parece evidente”, resaltan.

Un aumento de la teoría que debe ir ligado a un aumento del tiempo de formación en los dispositivos de Atención Primaria. “Se debería favorecer la organización docente primando la adquisición de las competencias en los dispositivos más adecuados para hacerlo”, resaltan. En este momento el programa de la especialidad recoge un cronograma formativo que supondría un total de entre 22 y 25 meses en centros de Atención Primaria y de 19 a 22 en rotaciones por especialidades hospitalarias.

En este sentido, SEMG aboga por un reparto “orientativo” de las horas de formación expresado en formato de un intervalo con valores mínimos y máximos, para poder llevar a cabo su distribución tratando de tener en cuenta las recomendaciones del tutor tras valorar la formación del residente y personalizar su formación. “Con ello se lograría una docencia más personalizada y adecuada a sus necesidades y una mejor organización del sistema sanitario con mayor aprovechamiento docente”, detallan en el documento.

Flexibilización de requisitos en centros de salud rurales


La sobresaturación en los centros de salud es uno de los principales impedimentos para hacer atractiva la tutorización MIR y en ese sentido la SEMG ha elaborado varias recomendaciones. Una de las más llamativas pasa por flexibilizar los requisitos de acreditación a centros de salud rurales que, dadas sus condiciones de demanda y pese a no adaptarse a algunos criterios derivados de la dispersión tanto de la población como de los profesionales, se podrían compensar con medios telemáticos (por ejemplo, participación en sesiones clínicas de otros dispositivos) y “sí enriquecerían” el aprendizaje de la MFyC por su “mayor accesibilidad al individuo, su familia y a la comunidad”.

También se recomiendan otras medidas de flexibilización como no incluir de manera restrictiva criterios concretos de presión asistencial que influyan en la acreditación de tutores. “Sugerimos utilizar un rango de valores que permita ajustarse a la realidad asistencial actual, e identificar como recomendación (no requisito sine qua non) aquellos que se consideren óptimos para la docencia”, reza el documento. Además, creen que se debe establecer mecanismos para aquellos profesionales que sin ser tutores quieran colaborar con la formación de los residentes. 
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