José Manuel Cucalón considera que la formación del profesional sanitario es clave para abordar este problema en consulta

"Necesitamos más campañas informativas para prevenir la obesidad infantil"
José Manuel Cucalón, miembro del grupo de trabajo de Endocrinología, Metabolismo y Nutrición de la SEMG.


24 dic. 2019 10:00H
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Una de cada cuatro personas en España padece sobrepeso u obesidad. José Manuel Cucalón, miembro del grupo de trabajo de Endocrinología, Metabolismo y Nutrición de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), recomienda medidas de prevención y la difusión de mensajes informativos a los consumidores que ensalcen la dieta mediterránea y, así, reducir la obesidad infantil.

"A ver si es verdad que poco a poco reconducimos esa pequeña desviación que ha tenido la sociedad en el tema de alimentación para volver hacia el patrón clásico, que se ha demostrado muy brillante. De hecho, somos el primer país después de Japón en esperanza de vida. Y la alimentación es fundamental en este campo", asegura en una entrevista con Redacción Médica. En este sentido, la formación al profesional es también fundamental para conseguir unos hábitos de alimentación saludables. 

La alimentación de los españoles, ¿es equilibrada?

En líneas generales sí. Como pasa siempre, España es un país dicotómico. De contrastes. Por un lado tenemos noticias muy esperanzadoras. La alimentación española es buena. Somos uno de los países donde más vive la gente y la alimentación es parte fundamental de la esperanza de vida. Pero, por otro lado, hay siempre condicionantes negativos, porque seguramente seamos el país europeo con más tasa de obesidad infantil.

Eso quiere decir que por un lado hacemos las cosas bien pero, seguramente, nos descuidamos en otros factores. La alimentación en general sí que estaría bien.

¿En qué acierta y en qué falla?

Cucalón considera que, en líneas generales, la alimentación de los españoles es equilibrada.

Acierta en que sí seguimos el modelo tradicional de dieta mediterránea. Es la típica dieta italiana, griega española o del norte de los países africanos, rica en verduras, en frutas y en hortalizas, totalmente sana. Falla en lo que llamaríamos la amerizanición de esta dieta.

De unos años a esta parte, unos 20 o 30, hemos americanizado la dieta con eso que hemos llamado siempre comida rápida o comida basura, de tal manera que en España el primer plato más consumido sigue siendo la ensalada, pero el segundo es la pizza. Eso quiere decir que estamos equivocando la dirección de la dieta saludable.

Muchos estudios están alertando de la rápida proliferación de la obesidad en la población infantil. ¿Se están haciendo los suficientes esfuerzos para combatirla?

Seguramente no, porque las tasas de obesidad infantil, y también en adultos, empiezan a ser preocupantes. Eso quiere decir a las claras que no estamos haciendo una buena alimentación. Quizá nuestros mayores sí continúan con una dieta mediterránea, mientras que los niños han equivocado el camino. Deberíamos tomar un poco conciencia de qué se puede mejorar.

¿Son suficientes las campañas de prevención para frenar el aumento de la obesidad infantil?

Nunca es bastante ni se hace todo lo que se debería. Y menos en prevención. Las medidas preventivas creo que son las más adecuadas, económicas y eficientes. Y, por tanto, siempre hay que anteponerlas a cualquier medida asistencial y tratramiento.


"Deberíamos empezar a concienciar desde las consultas de Medicina de Familia" 


Creo que se hace bastante campaña publicitaria informativa de prevención, sobre todo las sociedades españolas de Salud Pública, y los médicos de Familia en concreto, pero creo que todavía se podría hacer un poco más.

¿Qué otros métodos de lucha contra la obesidad cree que pueden resultar efectivos?

A parte de la promoción y la información, que son dos pilares básicos, deberíamos empezar a concienciar desde las consultas de los médicos más cercanos a pie de calle, que son los médicos de Familia.

Tendríamos que comenzar a enseñar a lo padres, sobre todo, que los niños deben hacer una dieta más parecida a lo que era la  tradicional: rica en verdura, en hortalizas, en lengumbres y frutas, y dedicar menos tiempo a la carne.

Desde unos 30 o 40 años en adelante estamos comiendo casi todos los días carne cuando normalmente se recomienda dos o tres veces a la semana. Sin embargo parece que una persona no ha comido o no ha cenado si no hay en su dieta carne o pescado. En general, comemos poco pescado y demasiada carne.

La industria alimentaria, ¿está adaptándose a los cambios en los hábitos alimenticios de los españoles?

Desgraciadamente, como pasa siempre, la industria alimentaria va por detrás de los hechos. Tiene que demostrarse que hay una alta tasa de obesidad infantil para que las autoridades primero, y la industria después, se den cuenta de que hay que hacer modificiaciones en las campañas industriales de cualquier alimento.

Hemos pasado de recomendar a todos los niños llevar al colegio un zumo de lleno de azúcar a los tamaños de hamburguesas o de pizzas. Todo esto debemos cambiarlo. ¿Que está concienciada la industria? Seguramente sí. ¿Que como siempre vamos por detrás? Probablemente, también.

La entrevista con José Manuel Cucalón se realizó en el plató de Sanitaria 2000.


¿Cómo está variando la industria la composición de los alimentos y bebidas para responder a las nuevas necesidades alimentarias?

Nos hemos dado cuenta desde hace ya bastante tiempo de que quizá el elemento primordial de la obesidad son los azúcares, los carbohidratos. Y por lo tanto es la industria la que precisamente está intentando intervenir en todos aquellos alimentos ricos en ambos.

Ahora sí que es verdad que estamos regulando mejor. De hecho, hace unos meses salió publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la regulación de los azúcares en determinados alimentos. Y creo que la industria está haciendo caso. Pero, insisto, quizá un poquito tarde.

¿Considera la proliferación de máquinas de 'vending' un peligro potencial para el aumento de la obesidad infantil?

Directamente hay que decir que sí, aunque no podríamos prohibirlo. Siempre hay situaciones donde un snack te puede salvar de una jornada laboral muy larga o de una incapacidad para poder acercarse al domicilio a hacer una comida tradicional. Pero confundimos esa excepción con una normalidad.

Si lo que hacemos es poner ese tipo de máquinas para una normalidad, donde además de una alimentación ya adecuada acercas a la persona a las máquinas, se crea ese peligro de la obesidad.

¿Podrían aprovecharse para promover una alimentación saludable?

Deberían. En esas máquinas no solo se tendría que decir que son de uso excepcional, sino que se debería tener un contenido primero informativo, a toda la población, de lo que hay ahí dentro y, segundo, la industria debería poner productos de bajo poder calórico, de bajos niveles de azúcares. Si no, no hacemos ningún favor a la sociedad.


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