Foto de familia de los representantes de la Farmaindustria española durante el encuentro anual.
El convulso panorama internacional, con crecientes
presiones comerciales por parte de Estados Unidos, y la incertidumbre regulatoria que afecta al sector farmacéutico tanto en España como en Europa son los principales asuntos a debate en el
Encuentro Anual de la Industria Farmacéutica en España, que celebra este jueves y viernes su vigésimo cuarta edición en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander.
La cita ha duplicado este año su aforo, con
más de 300 representantes de administraciones públicas, centros de investigación, sociedades científicas, pacientes, ámbito académico y compañías farmacéuticas, reunidas en el Paraninfo de la Magdalena.
Durante la inauguración, la presidenta de Farmaindustria,
Fina Lladós Canela, ha situado el debate en un contexto internacional complejo, marcado por la incertidumbre geopolítica, regulatoria y económica, con la convicción de que el sector tiene capacidad para convertirse en un motor de cambio: “Desde la industria farmacéutica vamos a dar pasos firmes para
transformar la incertidumbre en oportunidad, y la oportunidad en progreso para la sociedad”.
En su discurso, la también directora general de Amgen España ha subrayado la necesidad, frente al contexto actual, de poner el foco en la recuperación de la competitividad en Europa: “Es urgente fortalecer los incentivos regulatorios y fiscales a la innovación y agilizar el acceso a los tratamientos, tanto en tiempos como en equidad. Porque mejorar la salud significa también fortalecer la economía del país”.
En un análisis más en profundidad, el director general de Farmaindustria,
Juan Yermo, y el CEO y presidente global de Almirall y vicepresidente segundo de la
Federación Europea de la Industria Farmacéutica (Efpia),
Carlos Gallardo, han analizado el papel del sector y su potencial en el contexto actual.
“Necesitamos urgentemente
repasar la Estrategia de la Industria Farmacéutica en España para contrarrestar las presiones internacionales y así proteger nuestro tejido industrial y promover nuestra autonomía estratégica en medicamentos innovadores”, ha apuntado Yermo. “Están en riesgo los 3.000 millones de euros que las compañías farmacéuticas invierten cada año en España, las 111 plantas de producción de medicamentos de uso humano y los 270.000 empleos directos, indirectos e inducidos del sector”, ha añadido.
La política arancelaria de Trump
El director general de Farmaindustria ha recordado que la política arancelaria de Estados Unidos
rompe un compromiso de 30 años de ausencia de aranceles para medicamentos innovadores y sus insumos y puede sumar un impacto de hasta 18.000 millones de euros para las compañías farmacéuticas europeas: “Los aranceles amenazan las cadenas globales de suministro, obstaculizan la I+D y perjudican a los pacientes de todo el mundo” y ha subrayado la existencia de “otras presiones derivadas de las políticas para atraer inversiones a Estados Unidos que ponen en riesgo miles de empleos a escala mundial y comprometen la capacidad del sector biofarmacéutico para invertir y desarrollar nuevos medicamentos”.
Yermo ha planteado las siete propuestas de Farmaindustria para que España logre convertirse en un centro global de producción e innovación biofarmacéutica y que ya han sido compartidas en el seno de la Estrategia. Entre ellas, disponer de un
marco regulatorio predecible que valore la innovación y facilite el acceso; reforzar el ecosistema de innovación; adecuar la nueva regulación medioambiental a los objetivos de innovación y competitividad; revisar las presiones fiscales; mejorar las minoraciones del Profarma y no incrementar las contribuciones obligatorias de la disposición adicional 6ª, y aumentar las deducciones por inversiones en I+D y los incentivos a la producción de medicamentos estratégicos o terapias avanzadas.
Europa en la encrucijada
Desde la perspectiva europea, Gallardo ha advertido de la encrucijada que vive la región que “está generando una oleada de inversiones en Estados Unidos por parte de las compañías farmacéuticas, lo que supone el riesgo de que medicamentos que hoy se fabrican en nuestro territorio podrían irse íntegramente a suelo americano, debilitando nuestra base industrial, el empleo cualificado y el valor añadido que genera la industria en la Unión Europea”.
El CEO y presidente global de Almirall también ha puesto en foco en las políticas del presidente estadounidense para bajar el precio de sus medicamentos en base al precio más bajo de los registrados en otros países: “Esto supondría una enorme presión a la fijación de precios en Europa, y
pondría en riesgo la sostenibilidad actual del sistema y la rentabilidad futura de la innovación”.
Gallardo ha repasado las fortalezas de España con la constatación de que enfrenta, al igual que Europa, una paradoja: la de la existencia de un gran potencial científico y clínico, pero unas crecientes barreras al acceso y la sostenibilidad. «Persiste una visión que considera a los medicamentos innovadores únicamente como un centro de costes. Esta perspectiva es profundamente equivocada: los medicamentos innovadores son, en realidad, una inversión en salud», ha apuntado.
En las sesiones del curso se espera también al
secretario de Estado de Sanidad,
Javier Padilla; el secretario general de Salud Digital, Información e Innovación en el Sistema Nacional de Salud, del Ministerio de Sanidad, Juan Fernando Muñoz, o el director general de la Cartera Común de Servicios del Sistema Nacional de Salud y Farmacia Ministerio de Sanidad, César Hernández.
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