El aplazamiento del sistema de facturación en tiempo real deja fuera a las grandes farmacéuticas, ya adaptadas al SII

La industria farmacéutica, ajena y tranquila ante el retraso de Verifactu
Juan Yermo, director general de Farmaindustria.


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El Gobierno ha decidido aplazar in extremis la implantación obligatoria de Verifactu, el sistema que iba a exigir a millones de empresas y autónomos compartir en tiempo real sus facturas con la Agencia Tributaria.

La medida, anunciada a pocos días de su entrada en vigor, ha generado inquietud en buena parte del tejido empresarial español, aunque su impacto en el sector sanitario se presenta desigual. Mientras que las grandes compañías farmacéuticas no se verán afectadas por el retraso, las pymes sanitarias deberán seguir adaptándose a un calendario incierto y a nuevas obligaciones administrativas que, tarde o temprano, deberán asumir.


La gran industria farmacéutica, ya cubierta por el SII


Farmaindustria aclara a Redacción Médica que la medida apenas tendrá repercusión en sus compañías asociadas. Según la patronal, "la mayoría de nuestras compañías están excluidas de Verifactu porque están adheridas al SII", el Suministro Inmediato de Información que ya obliga a un envío telemático casi instantáneo de los registros de facturación.

Este sistema, vigente desde 2017 para grandes empresas y determinados sectores, "garantiza trazabilidad y cumplimiento normativo", subraya la organización. En la práctica, esto significa que el grueso de la industria farmacéutica ya opera bajo un modelo muy similar al que persigue Verifactu, por lo que el retraso no modifica sus obligaciones ni condiciona su funcionamiento.


Las pymes sanitarias afrontan un nuevo periodo de adaptación


El escenario es diferente para las pequeñas y medianas empresas sanitarias (distribuidoras, proveedores de equipamiento, empresas de tecnología médica o compañías de servicios) que quedarían sujetas a Verifactu cuando finalmente se active. A diferencia de las grandes farmacéuticas, muchas de estas pymes no trabajan bajo el SII y deberán adaptar sus sistemas de facturación, invertir en software certificado y reorganizar sus procesos internos para cumplir con los requisitos fiscales.

Otra realidad muy distinta es la que describen los profesionales sanitarios independientes y autónomos, especialmente en el ámbito privado. Según publicaba este medio, muchos médicos autónomos celebran el retraso del sistema, calificando Verifactu de "engorroso".

Fuentes de la sanidad privada consultadas por este medio señalan que el retraso supone un respiro necesario, dado que "nadie conoce exactamente cómo funciona Verifactu" y el calendario inicial era "imposible de cumplir con garantías".

Una prórroga que abre ahora un periodo de transición en el que las pymes sanitarias deberán prepararse para un sistema que, aunque pospuesto, sigue siendo inevitable. La modernización del control de facturación busca combatir el fraude, mejorar la trazabilidad y reducir la economía sumergida. Sin embargo, su implantación exige claridad normativa, apoyo técnico y un calendario estable para evitar que las empresas más pequeñas se vean obligadas a adaptar sus procesos en el último minuto.
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