También existen diferencias entre países europeos



26 sept. 2014 19:12H
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Redacción. Madrid
Las autoridades sanitarias europeas suelen tardar una media de seis meses más que las de Estados Unidos en aprobar los nuevos tratamientos contra el cáncer que desarrollan las compañías farmacéuticas y, en algunos casos, las diferencias pueden ser de incluso varios años. Así se desprende de los resultados de un trabajo del Sunnybrook Odette Cancer Center de Toronto (Canadá) presentado en el Congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO) que ha comenzado este viernes en Madrid.

El proceso de aprobación de los nuevos medicamentos que se van desarrollando para combatir los diferentes tipos de tumores es clave para que los pacientes puedan experimentar mejoras en su calidad de vida, según ha destacado el presidente de los oncólogos europeos, Rolf Stahel, que defiende la necesidad de identificar las barreras administrativas que impiden que el acceso a la innovación sea equitativo en todo el mundo.

En el estudio, los autores analizaron las diferencias en el tiempo de aprobación de 41 nuevos medicamentos entre Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea. De este modo vieron que, en términos generales, la Agencia Americana del Medicamento (FDA) tarda en aprobar estos fármacos unos seis meses menos que la Agencia Europea del Medicamento (EMA), y hasta 7,6 meses menos que las autoridades canadienses.

No obstante, dependiendo del fármaco se observaron diferencias aún mayores. La mayor se obtuvo con la azacitidina, que fue aprobado en Estados Unidos cinco años y medio antes (55,8 meses) que en Europa y seis y medio antes (66,1) que en Canadá. Asimismo, la aprobación más rápida de los fármacos analizados se obtuvo con cabazitaxel, que recibió el visto bueno de la FDA apenas 17 días después de que el laboratorio presentara la solicitud. En Europa y Canadá, sin embargo, tardaron 11 meses en aprobarlo.

Así, los autores del informe alertan de que “estos retrasos en el proceso de aprobación puede tener un impacto en la atención al paciente”. “El principal objetivo de los clínicos es asegurarnos de que los pacientes tienen la oportunidad de recibir aquellos tratamientos que han demostrado ser eficaces y seguros”, ha defendido el profesor Sunil Verma, uno de los autores del estudio, que pide a las autoridades una mayor coordinación internacional que “agilice” los procesos de autorización para que esto sea posible. Para ello, ha añadido este experto, sería necesario un mayor diálogo entre las agencias reguladoras, la industria, investigadores, oncólogos y asociaciones de pacientes.

Entre países europeos también hay diferencias

Otro estudio también presentado en esta primera jornada de ESMO ha evidenciado que dentro del territorio europeo también hay diferencias a la hora de acceder a las terapias oncológicas. En concreto, se analizó el acceso al trastuzumab, al que han tenido mucho menos acceso en los países de Europa del Este. En el estudio se analizaron los casos de pacientes con cáncer de mama HER2 positivo que se habían diagnosticado entre 2001 y 2013 en un total de 24 países (14 de Europa Occidental y 9 de Europa Oriental). Los investigadores analizaron el número de tratamientos anuales con trastuzumab adquiridos por cada país y vieron que en los países de Europa del Este las dosis utilizadas eran insuficientes para el número de pacientes registrados. “La adquisición sólo aumentó en Europa del Este a partir de 2005, cuando el fármaco recibió una nueva aprobación para poder usarse después de cirugía”, según ha explicado Ades Moraes.
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