Discípulo del pionero Antonio López Borrasca, dejó huella asistencial y docente en el Servicio del Hospital de Salamanca

Hematología del Hospital de Salamanca, hematólogo Ignacio Alberca
Ignacio Alberca, a la derecha, recibe un premio del Colegio de Médicos de Salamanca, de manos de Manuel Gómez Benito.


31 ene. 2024 13:40H
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La Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH), entre otras entidades médicas, han hecho pública la noticia del fallecimiento a los 76 años del hematólogo Ignacio Alberca Silva.

Licenciado en Medicina y Cirugía en Salamanca, y doctor por la Universidad de Navarra, desarrolló su carrera principalmente en el Hospital Universitario de Salamanca, donde fue jefe de Sección durante décadas, como responsable de la Unidad de Hemostasia y Trombosis hasta su jubilación en 2014, cediendo el testigo a su discípulo José Ramón González Porras.

Fue referente en la provincia salmantina, tanto en el hospital como en los centros de salud, del control del tratamiento anticoagulante. Además, su implicación con las asociaciones de pacientes con hemofilia le hizo muy querido más allá del ámbito hospitalario.

Alberca era discípulo del primer catedrático de Hematología de España, Antonio López Borrasca, que junto a Agustín Ríos González fue pionero de la Hematología en Salamanca, poniendo ambos en marcha este Servicio en el hospital de la capital charra. 

A aquella generación de jóvenes hematólogos, en la que Alberca coincidió con Javier Batlle, Vicente Vidal, Vicente Vicente, Fernando Hernández Navarro, José María Moraleda y Jesús San Miguel se la llegó a conocer dentro del 'mundillo' de la especialidad como 'los borrasquines'.

La SETH ha definido a Alberca Silva como "figura clave en la creación y desarrollo del Servicio de Hematología de Salamanca"

Colegas especialistas de otros Servicios de Hematología, como el del Hospital Universitario Morales Meseguer de Murcia, han recordado en redes sociales al "gran compañero y amigo, persona afable, competente, trabajadora, simpática y querido por los pacientes".

Queda como anécdota en su despedida que, junto a su numerosa familia (tuvo 10 hijos con la también médica Rosario Zaballos) protagonizó un anuncio de lavavajillas allá por mediados de los años 90.
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