La detección precoz de la anomalía previene la hemorragia



15 ene. 2014 14:52H
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Redacción. Madrid
En la actualidad, más de 80 niños y adolescentes con malformaciones arteriovenosas cerebrales  han sido tratados mediante Radiocirugía en el Grupo IMO, lo que lo posiciona como centro de referencia en España en el manejo de la técnica para este tipo de patología: “Nuestros resultados son muy satisfactorios ya que, en más del 70 por ciento de los niños tratados, se pudieron resolver las lesiones sin que presentaran secuelas neurológicas permanentes y permitiendo a estos pacientes tener un  desarrollo madurativo y una escolarización normales”, ha asegurado Luis Lorenzana, neurocirujano del Grupo IMO y uno de los especialistas con mayor  experiencia en este procedimiento terapéutico.

El presidente del Grupo IMO, José Samblás.

Las malformaciones arteriovenosas cerebrales en niños son congénitas y se producen por una anómala formación de los vasos sanguíneos cerebrales que se origina en el periodo embrionario de gestación.  Los síntomas  más frecuentes que se dan en este tipo de pacientes son la aparición de ataques epilépticos y cefaleas muy intensas, inhabituales, acompañadas de náusea y vómitos, que pueden ser indicativas de la aparición de una hemorragia cerebral.

“Este tipo de síntomas –ha recalcado Lorenzana– suelen manifestarse a partir de los doce años, aunque en algunos casos se pueden presentar en niños de menor edad. Cuando los padres detectan este tipo de anomalías, lo más conveniente es acudir al pediatra o al neurólogo, quien valorará la necesidad de realizar una resonancia magnética, lo que  permitirá llegar a un diagnóstico preciso. Es muy importante detectar  cuanto antes este tipo de lesiones –añade Lorenzana– ya que el mayor riesgo que tienen estos pacientes, si no se tratan lo antes posible,  es que presenten una hemorragia cerebral con las consiguientes secuelas neurológicas  que suelen producir”.

La Radiocirugía, un tratamiento seguro y eficaz

Cada vez más, la Radiocirugías se aplica como terapia de elección en el tratamiento de las malformaciones arteriovenosas en niños y adolescentes,  ya que se trata de una técnica segura y eficaz, e incluso puede aplicarse en lesiones próximas a zonas del cerebro muy comprometidas, evitando la cirugía y los riegos que conlleva.

“La Radiocirugía –afirma el especialista del Grupo IMO– consiste en la aplicación de una alta dosis de radiación focalizada de forma exclusiva en la lesión vascular, con total precisión y seguridad, respetando las zonas sanas próximas a la malformación cerebral.  Además –recalca Lorenzana– en la actualidad el desarrollo tecnológico nos está permitiendo que los tratamientos de Radiocirugía sean más cómodos para los pacientes al sustituir el sistema de fijación craneal convencional por un sistema no invasivo como  el que posibilita el sistema de Radiocirugía Robotizada CyberKnife, el cual permite el control permanente del proceso de radiación durante todo el tratamiento gracias a su sistema robotizado guiado por imagen en tiempo real y manteniendo la precisión terapéutica en todo momento”, aclara.

“Otra gran ventaja es que se aplica a todo tipo de pacientes, no importa la edad, de manera ambulatoria y no requiere ningún tipo de anestesia, salvo en los niños muy pequeños que por seguridad sí  precisan una sedación para evitar que se muevan durante el tratamiento”, añade.

1,3 pesonas por cada 100.000 habitantes

La  incidencia de esta patología en la población en general es relativamente poco frecuente, y se sitúa en 1,3 personas afectadas cada año por cada 100.000 habitantes, según el estudio poblacional  más reciente realizado en Estados Unidos, pero no se especifica su incidencia en niños y adolescentes: “Lo más importante –concluye Lorenzana– es aconsejar a los padres que, a la menor sospecha, acudan con sus hijos al médico, y en que si se diagnostica una malformación de este tipo se trate cuanto antes, evitando así los futuros riesgos hemorrágicos cerebrales”.

“Que tengan en cuenta que la Radiocirugía se está consolidando cada vez más como una técnica terapéutica eficaz y segura en estas lesiones, consiguiendo la oclusión completa en más de siete de cada diez niños tratados por malformaciones arteriovenosas cerebrales. Además, se puede repetir sin mayores riesgos en aquellos casos en los que el primer tratamiento no haya sido efectivo al cien por cien”, sentencia.

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