El ingreso domiciliario y el autocuidado mejoran su control extrahospitalario



1 sept. 2014 13:22H
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Redacción. Madrid
Según datos del Ministerio de Sanidad, en 2012 el coste anual de la EPOC ascendió a 3.000 millones de euros. En este sentido, cabe destacar que las exacerbaciones representaron el 45 por ciento de dicho coste sanitario. “En las enfermedades crónicas, como la EPOC, es muy importante que el paciente conozca y aprenda a manejar su enfermedad. La educación terapéutica y la formación en autocuidados es una estrategia clave para mejorar su calidad de vida”, ha declarado Carmen Hernández, especialista en Enfermería Respiratoria y miembro de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ).

Carmen Hernández, de la Separ.

“Los recursos tecnológicos de los que disponemos hoy en día se han convertido en una herramienta muy útil en el refuerzo de la atención domiciliaria, creando nuevos modelos asistenciales que son potencialmente beneficiosos para su calidad de vida y para la optimización de los recursos económicos destinados a dicha enfermedad”, ha señalado esta especialista.

La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) representa una importante carga económica para los sistemas de salud en todo el mundo. Los ingresos hospitalarios son el problema principal en el abordaje de esta enfermedad crónica, ya que tienen un impacto muy negativo en el pronóstico, en la calidad de vida de estos pacientes y los costes económicos. Esta situación aún se intensifica más en los pacientes más graves.

“Las alternativas a la hospitalización en la EPOC, la hospitalización a domicilio y determinados programas de prevención de las exacerbaciones dentro de un modelo integrado en el territorio y con la participación de los diferentes niveles asistenciales, son coste-efectivos siempre y cuando se realice una adecuada valoración del paciente, tratamiento y plan terapéutico personalizado teniendo en cuenta la comorbilidad”, ha explicado.

“Tal intervención asistencial debe ser coordinada entre los diferentes niveles asistenciales, con un papel clave de los especialistas, médico y enfermera, y se ve significativamente beneficiada con el apoyo de las tecnologías de la información”, añadió.

El envejecimiento de la población y los cambios en el estilo de vida son los factores determinantes del aumento continuado de la prevalencia de las enfermedades crónicas. Los modelos clásicos de salud actuales no se adaptan a las necesidades de los pacientes crónicos ya que continúan estando en muchas ocasiones, fragmentados, son reactivos, con una relación episódica con el paciente, con intervenciones en procesos agudos para curar y pocas para cuidar.

“Es necesario incorporar los términos prevención, cuidar, continuidad en la atención, sistema sostenible y evaluación constante de las diferentes intervenciones realizadas. Debe favorecerse el papel activo del paciente en el control de su propia enfermedad. Es en este sentido que se precisan cambios estructurales de los sistemas de salud”, ha subrayado.

Cambio de paradigma asistencial

Las necesidades actuales del paciente con EPOC no son las mismas que hace 15 años, ya que se trata de una población muy compleja y, dada la situación económica actual, reformular la atención sanitaria se convierte en un reto que tiene como objetivo buscar programas innovadores que mejoren aún más la atención en la EPOC con un coste controlado.

La logística del tratamiento de la EPOC se ve claramente facilitada con la incorporación de dichas tecnologías, aplicadas de múltiples formas, como el seguimiento telefónico y/o el control remoto de los síntomas a los pacientes realizadas por profesionales de la salud capacitados para dar respuesta a la demanda urgente. Los principales beneficios de este modelo asistencial son la prevención de las hospitalizaciones en los pacientes frágiles con alto riesgo de agudizaciones, la mejora de la hospitalización domiciliaria y el alta precoz en pacientes con exacerbaciones graves.

Las TIC no deben suplir el abordaje terapéutico tradicional

Asimismo, también fomenta un estilo de vida saludable entre los pacientes estables, enseña a identificar agudizaciones y la gran ayuda que supone el apoyo remoto de un especialista. “De todas formas, debe entenderse que las tecnologías de la información son una herramienta tanto para el paciente como para el profesional, en ningún caso deben ser la única intervención”, acotó la especialista.

“Actualmente, la investigación y la implementación de nuevas formas de cuidar los pacientes con EPOC deben ser consideradas como una aportación beneficiosa en el abordaje de dicha enfermedad. Dado el alcance de los efectos positivos en estos pacientes y su contribución en la rentabilidad del gasto sanitario, estas nuevas prácticas consolidan una importante fuente de progreso potencialmente significativa para las próximas versiones de las guías de la práctica clínica y del manejo de la EPOC y nos deben permitir aún más innovar”, añadió.
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